Resulta conocido el hecho de que determinados sustantivos femeninos emplean el artículo el, lo que no es tan conocido es el porqué. Lo más cercano a una explicación es el hecho también sabido de que estos sustantivos comienzan con a tónica y que el cambio se hace para evitar la repetición del sonido: el arma, el aula, el área y muchos otros.
Lo cierto es que ese el no es realmente un artículo masculino, sino una variante del femenino. Ambas formas femeninas —la y el— provienen del latín illa, que evolucionó hacia ela y de ahí a la o el, según el caso.
Entre los sustantivos comunes referidos a cosas, animales y plantas se puede relacionar una buena cantidad que emplea la variante femenina el: ácana, acta, agua, águila, ala, ancla, asa, asma, aura, ave y muchas más. La relación incluye las que comienzan con la sílaba tónica ha: habla, hambre.
Ahora bien, este cambio por la variante femenina el ocurre en los sustantivos; pero no en los adjetivos. Así a pesar de la repetición de la a, se mantendría la alta representante, la actual administradora.
Hay palabras que pueden funcionar indistintamente como sustantivo o adjetivo, por ejemplo, alta. El sustantivo alta usaría la variante femenina el: el alta médica, mientras que el adjetivo utilizaría el artículo femenino la: la alta representante.
Lo mismo ocurre con alma mater, locución latina que significa literalmente “madre nutricia”, de donde se desprende que alma es el adjetivo, por lo que en referencia a la universidad debiéramos decir la alma mater.
En cuanto a las palabras compuestas que tienen como primer elemento una palabra que, aislada, empieza por a tónica, existen vacilaciones en el uso; pero la nueva Gramática de la lengua española (2010) recomienda el empleo del artículo femenino —la aguamarina— y no la variante el. Esto resulta válido en el caso de las palabras con prefijos: la autoayuda.
También suele haber vacilaciones en los topónimos y mientras que para referirnos a los continentes se usa mayoritariamente la variante el —el Asia, el África—, se utiliza el femenino en el nombre de la ciudad holandesa La Haya e, incluso, ese artículo ha pasado a ser parte del topónimo.
En cuanto a las siglas, esta norma es válida, pero ha de tenerse en cuenta la sílaba tónica del primer sustantivo del nombre abreviado. Por eso, en el caso de Alternativa Bolivariana para las Américas, lo establecido es decir la Alba, porque el sustantivo femenino alternativa no comienza con vocal tónica —la sílaba tónica es ti—; sin embargo, se dice el Alca (Área de Libre Comercio de las Américas), porque área sí comienza con a tónica.
No obstante, a mi juicio, resulta imperioso, que la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale) revise esta regla. La realidad es que, correcto o no, hablamos con siglas y a partir de esta sigla, leemos o decimos Alba y no Alternativa…; de modo que si usamos el artículo femenino, cometemos un error de pronunciación. Debe tenerse en cuenta, además, que el Alba se encuentra ya asentado en el uso.
No puede olvidarse que Darío Villanueva, director de la Real Academia Española y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española, ha reiterado que “Los auténticos dueños del idioma son los que lo hablan”.