Era una noche apacible de ciudad provinciana. Un muchacho de 14 años y un hombre de avanzada edad cumplían su turno de guardia en los recién constituidos Comités de Defensa de la Revolución. Cuando caminaban frente a la Escuela Profesional de Comercio, ubicada en la Doble Vía al aeropuerto Ignacio Agramonte, los rebasa un vehículo que se les hace sospechoso y el mayor de los vigilantes indica a su compañero: «Cógele la chapa, que ahorita revienta la bomba». Poco después la explosión del petardo se suma a las acciones contrarrevolucionarias que ocasionalmente interrumpían la tranquilidad nocturna.
Esta es una de las anédoctas que recuerda el periodista de 74 años de edad, Enrique Atiénzar Rivero, quien vio nacer y crecer a la mayor organización de masas de los cubanos en la provincia de Camagüey. En ocasión del aniversario cincuenta y nueve de los CDR, se pretende recordar los antecedentes que acompañaron a este colega al formar parte del colectivo del periodico “Adelante”, primer órgano de prensa provincial fundado tras el triunfo de la Revolución.
-¿Cómo fue la transición de los CDR al periodismo?
«No puedo negarlo. El “bichito” por el periodismo empecé a sentirlo desde que me integré al trabajo de los CDR, cuando la oficina de la organización se creó provisionalmente en uno de los locales del museo Ignacio Agramonte, hasta pasar después a las actuales oficinas de la calle Avellaneda 266.
Apenas tenía catorce años –añade—cuando abandoné los estudios en el horario diurno y asistía a las clases por la noche para poder dedicar mayor tiempo al trabajo cederista en una etapa compleja para neutralizar a la quinta columna contrarrevolucionaria, asegurar la vigilancia y que hubiera equidad en la distribución de alimentos y de ropa que se encauzaba a través del censo que apoyaron los CDR».
Como otros jóvenes cubanos en el fragor de los primeros años participó activamente en el objetivo de convertir el barro en el milagro de una revolución social, a través de distintas responsalidades asumidas por la juventud cubana en la continuidad de seis décadas. Asi es como Atiénzar, apenas un muchacho, fue representante de la organización no gubernamental ante la Junta Provincial de Abastecimiento, en los momentos de muchos desafíos al inicio del genocida bloqueo sostenido hasta la fecha por una docena de gobernantes de los Estados Unidos.
-¿Fue la radio el punto del partida en el ejercicio del periodismo?
«Con los años me di cuenta de la importante labor en la propaganda de las tareas cederistas, en especial en un espacio creado en la antigua emisora CMJK. Yo elaboraba los textos y a dos voces salían al aire las noticias en la que recibí el apoyo incondicional de Lázaro Martínez.
Ha habido confusión de que Zafra Musical (programa matutino de Radio Cadena Agramonte) fue el primer espacio dedicado a los CDR, sin embargo, primero fue el CJMK, transformado con el tiempo en un espacio informativo musical».
Entre los recuerdos, Enrique Atiénzar no quiere dejar de mencionar a un compañero: Luis Eduardo Naranjo, quién asumía la responsabilidad de propaganda de los CDR y facilitaba muchos materiales que fueron sus fuentes como “corresponsal viajero” en Radio Cadena Agramonte, una categoría que tenía ese medio en aquellos años.
A la vocación que se hizo infinita mucho contribuyeron consagrados periodistas como Rolando Ramírez Hernández (Nombre del Premio a la Obra de la vida en Camagüey), Fuentes, José López Gastelú, Mario Torres López, Rolando Nieves Casas y Manuel Rodríguez Cruz, Rogelio Sarmiento (padre), entre otros.
«Para mí el momento cumbre –apunta Atiénzar– llegó en los primeros días del mes de mayo de 1966, cuando comencé en el periódico Adelante como redactor de mesa. Seis meses después estaba en la calle buscando noticias y como corresponsal en Guáimaro»
Fidelista hasta la médula conversa en la entrevista las coberturas especiales a la visita de el Líder de la Revolución en territorio camagüeyano, incluso de estar cerca de él en congresos y plenos de la Unión de Periodistas de Cuba y en sesiones de trabajo del Parlamento.
«Me impresionó su bondad, inteligencia, el profundo sentido de la vida y la lealtad por el pueblo, atributos que me marcaron para siempre. Lo he dicho en otras ocasiones es un gigante del humanismo y la solidaridad»
La formación profesional fue empírica, como muchos compañeros que esos tiempos accedían a las redacciones de radio y periódico locales. Se graduó en curso por encuentros en la Universidad de Oriente en junio del año 1986.
En el sentido de la superación periodística hay un detalle poco difundido: En su gestión como diputado en la Quinta Legislatura del Parlamento Cubano (1998 – 2002), Enrique Atiénzar tambien llevó a cabo contactos con el entonces Ministro de Educación Superior, Fernando Vecino Alegret, y promociones para que junto a la UPEC se fundara la Licenciatura de periodismo en la Universidad de Camagüey “Ignacio Agramonte Loynaz”, hecho acontecido el 21 de septiembre del 2006.
«No se agota la demanda de periodistas bien formados académicamente y que sus ideas enriquezcan el legado que Fidel dejó para todos los cubanos. Saber que en nuestra profesión, de la persona menos pensada, recibimos una lección.” Los jóvenes de hoy tienen la responsabilidad de no dejar caer las banderas del trabajo, en otras circunstancias que no son las mismas de ayer».
Magnifica entrevista… felicidades a Atiénzar y a los CDR
Felicidades por tu larga trayectoria revolucionaria.Ya puedes morirte tranquilo, porque se ha reconocido con creces tu irrenunciable apego a la obra de Fidel y la Revolucion.Nunca lo olvidarremos.