Con una sugerente gala cultural, que junto a redactores, fotógrafos, diseñadores, correctores, informáticos, directivos y demás trabajadores de la prensa, sumó a representantes de varios organismos y entidades, el periódico Invasor continuó celebrando sus 40 años de nexo directo con lectores de Ciego de Ávila, de Cuba y del mundo.
La cita permitió recordar la etapa impresa, diaria, del rotativo, entre el 26 de julio de 1979 y el inicio del llamado Período Especial, en la década de 1990, tiempo en que disminuyó su frecuencia hasta llegar a ser semanal. Hoy tiene una tirada de 20 000 ejemplares y está insertado en el ámbito digital, desde que abrió sus párpados el presente siglo.
Ascendentes a escala nacional, han sido los resultados del colectivo en el empeño de la prensa cubana por avanzar hacia el ejercicio de un periodismo mucho más profundo en campos como los de la investigación, la economía y el tratamiento de los asuntos que más preocupan o perjudican a la población y al país en general.
Sobre esas bases, el MsC Roberto Carlos Delgado Burgos, su director, se convirtió en receptor de la condición que vuelve a acreditar a Invasor como Colectivo distinguido nacional, entregada por Magalys Álvarez Pino, secretaria general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura en Ciego de Ávila.
Con similar sensibilidad y respeto hacia el periódico, concedieron reconocimientos el Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba, de manos de su Primer Secretario, el compañero Carlos Luis Garrido, así como la Asamblea Provincial del Poder Popular, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños y la Unión de Periodistas de Cuba en el territorio.
El colega Alexey Fajardo recibió la Distinción Raúl Gómez García: la más alta condecoración que otorga el sindicato que agrupa a los trabajadores de la cultura.
En deferente obsequio, miembros de la Compañía de Teatro Polichinela, los solistas Onel Juan, Adria Reyes, Minerva Portales, un dúo ocasional a guitarra y violín, así como los integrantes del Dúo de comediantes Los Fonoaritméticos, intercalaron pinceladas culturales para tornar más agradable y significativa la presencia de todos en la Sala Abdala, situada en el centro de la ciudad avileña.