Tras analizar las imágenes de ultrasonido llegadas en vivo y alta definición, los cirujanos de la provincia china de Sichuan sospecharon que el paciente podía tener el bazo dañado y dieron instrucciones precisas a los paramédicos a más de 200 kilómetros de distancia.
Una ambulancia equipada con tecnología de redes de quinta generación o 5G viajó de inmediato al epicentro del terremoto que sacudió el suroccidente de China a mediados de junio, provocando la muerte de 13 personas y más de 200 heridos.
El vehículo, desarrollado conjuntamente entre el hospital popular provincial de Sichuan y el proveedor de telecomunicaciones China Mobile, permite la transmisión de imágenes médicas de alta resolución en tiempo real, así como sistemas de telepresencia para especialistas a cientos o miles de kilómetros de distancia.
La proeza difícilmente se podría haber llevado a cabo sin los avances de China en el campo de la 5G, una tecnología revolucionaria que los expertos consideran podría significar la cuarta revolución industrial.
En teoría, la quinta generación puede alcanzar una velocidad de descarga de información superior a los 10 gigabytes (GB) por segundo, 10 veces más rápido que la 4G.
Utilizando un dispositivo con esa red se descargaría una película de resolución 4K en menos de 12 segundos. Dicha tasa compite con la fibra óptica y se logra sin necesidad de utilizar cables.
Las empresas de telecomunicaciones del gigante asiático, en especial Huawei, están a la vanguardia en el desarrollo de equipamientos y aplicaciones para la nueva tecnología.
De acuerdo con datos revelados recientemente por la directora legal de Huawei, Song Liuping, su empresa había invertido más de dos mil millones de dólares hasta finales de 2018 en investigación y desarrollo de redes 5G.
‘Eso es más que la inversión 5G total de todos los principales proveedores de equipos en Estados Unidos y Europa’, precisó Song.
La tecnología al servicio del ser humano
Ren Zhengfei, presidente y fundador de la compañía, aseguró que China y Huawei están dos años por delante de sus más cercanos competidores. Y las noticias de los últimos meses parecen darle la razón.
Mientras Estados Unidos y Europa están en la etapa de montaje y puesta en operaciones de las redes de 5G, China avanza en implementaciones concretas de la tecnología en la vida diaria.
La velocidad de conexión sería solo la base para un cambio radical que incluye inteligencia artificial, realidad virtual y comunicación entre equipos, conocida también como internet de las cosas.
Las aplicaciones en el país asiático van mucho más allá de la ambulancia utilizada para ayudar a las víctimas del terremoto de Sichuan.
En el mismo campo de la medicina, la Universidad de Xiamen, en el sur del país, construye un hospital oftalmológico basado en 5G con la ayuda de Huawei y la empresa China Telecom.
En el futuro, la tecnología se aplicará en áreas clave de intervenciones quirúrgicas del ojo transmitidas en vivo por internet, consulta remota por parte de especialistas y guía a distancia de cirugías oculares, dijo recientemente a la agencia Xinhua el vicepresidente del nuevo centro oftalmológico, Zhang Guangbin.
Por su parte, la ciudad de Shenzhen, uno de los polos tecnológicos de China, puso a prueba en mayo el uso de la red inalámbrica 5G en su sistema de metro.
El experimento permitió transmitir 25 GB de datos desde un tren en movimiento a la sala de control en sólo 150 segundos.
‘En tiempos de emergencia, la comunicación 5G del tren operará con reconocimiento facial y análisis de conducta inteligente para localizar personas y conductas peligrosas’, explicó a la prensa Ren Bo, gerente del centro de comunicaciones del metro de Shenzhen.
La revolución en el sistema de transporte también impacta en el mundo de los autos inteligentes. A inicios de febrero se reportó que un autobús autónomo asistido por la red móvil 5G estaba en fase de pruebas en un centro de fabricación de vehículos en Chongqing, en el suroeste del gigante asiático.
El ómnibus cuenta con un motor eléctrico y capacidad para 12 pasajeros. Alcanza una velocidad máxima de 20 kilómetros por hora y puede llevar a cabo todas las funciones de conducción de manera automática gracias al inmenso flujo de datos que le proporciona la 5G.
China encuentra aplicaciones para la nueva tecnología incluso en su pasado milenario. El conocido Templo de Shaolín instaló una red de quinta generación en junio para ayudar a manejar el tráfico de datos de los cerca de tres millones de personas que viajan cada año a conocer la meca del Kung fu.
De acuerdo con una investigación del grupo GSMA Intelligence y la Academia de Tecnología, Informática y de Comunicaciones de China, el gigante asiático se convertirá para 2025 en el mayor mercado mundial de 5G.
Se prevé que la nueva tecnología genere una producción económica de 6,3 billones de yuanes (un billón de dólares) para 2030 y cree tres millones de puestos de trabajo.
No por gusto la 5G está en el centro de la guerra comercial desatada por Estados Unidos contra China. Washington ve cómo se queda rezagado en un campo en el que, junto a sus aliados tradicionales, había gozado de total hegemonía durante las últimas décadas.