La Agencia Prensa Latina, que este viernes 16 de junio cumple 60 años, mantiene desde su fundación para difundir la verdad de la Revolución Cubana, el principio ético de nunca mentir, lo que la distingue de otros medios y la hace favorita, por su credibilidad y estilo novedoso de narración de los acontecimientos, entre editores y lectores en el mundo.
El escenario donde comenzó un nuevo periodismo en América Latina, con sus viejos teletipos y máquinas de escribir de teclas rígidas, cambió a formas modernas, pero la capacidad de sus periodistas con gran poder de análisis político, es la misma. No sale al aire una información donde subyaga un ápice de duda. Para llegar a la verdad se confrontan las fuentes, se estudian a fondo las situaciones nacionales y los contextos, en aras de ser realistas y creíbles. Ese es el día a día de la agencia, aun con tecnología de punta a disposición.
Fundada en 1959 a iniciativas de los líderes revolucionarios Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, conscientes de la necesidad de contar con un órgano mediático que difundiera con veracidad los acontecimientos que ocurrían en Cuba luego del triunfo de la Revolución, designaron como su primer director al periodista y revolucionario argentino Jorge Masetti.
Ese joven profesional relató en una entrevista que la idea de crear una agencia de noticias que difundiese la realidad latinoamericana fue concebida desde la lucha en la Sierra Maestra y se convirtió en propuesta formal cuando el líder de la Revolución Cubana habló el 22 de enero de 1959 ante más de 400 periodistas reunidos en La Habana durante la Operación Verdad.
¨Nosotros, precisó, mantendremos siempre, aun cuando se trate de gobiernos dictatoriales, la norma de informar claramente, sin adjetivos. Ya estamos convencidos de que una noticia cierta vale más que un editorial¨, afirmó el siempre recordado hombre de la prensa, que murió luchando, años después, en la guerrilla de Salta, en su natal Argentina.
El periodista José Bodes, uno de los fundadores, indicó a la revista Cuba Internacional, publicada por la agencia, que la ¨primera noticia que transmitió Prensa Latina fue precisamente el desmentido de lo que ahora se conoce, con la denominación un tanto encubridora, como una fake news, (noticia mentirosa o falsa) que para no variar atribuía a Cuba planes injerencistas:
Nueva York, junio 16 (PL) El embajador de Honduras en Naciones Unidas, Carlos Adrián Perdomo, declaró que desechaba la insinuación de que el Gobierno Revolucionario de Cuba tuviera relación con la abortada revuelta reportada en su país¨.
Por sus cualidades políticas y profesionales, fue Masetti – quien entrevistó a Fidel durante la guerra revolucionaria en la comandancia de la Sierra Maestra, centro de la lucha guerrillera contra la tiranía de Fulgencio Batista (1952-1959)- el encargado de atraer a La Habana a un grupo de profesionales de América Latina, y también a cubanos, con reconocidos méritos en la profesión, para integrar el nuevo cuerpo de la agencia que nacía bajo fuego enemigo.
Diligente, activo, en sintonía con los criterios políticos de la Revolución Cubana, el director dio instrucciones precisas sobre el quehacer del nuevo órgano de prensa: veracidad, rapidez y exactitud, normas vigentes para todas las generaciones que han trabajado en PL.
Para una pléyade de jóvenes periodistas que aceptaron la convocatoria de Masetti, Prensa Latina fue la oportunidad negada en sus países de denunciar las realidades de Latinoamérica y darles voz a millones de personas pobres que subsistían –y aún lo hacen- en la región, y también en otras áreas geográficas entonces sometidas a los poderes colonialistas.
Los profesionales de ese órgano, desde los fundadores hasta la fecha, han cumplido esa misión con honor, incluso a riesgo de sus vidas. La veracidad es el cuño que identifica los cientos de materiales transmitidos a diario, antes por los teletipos y ahora por las redes digitales.
Solo las versiones comprobadas de los hechos llegan a las redacciones de los clientes, seguros que recibirán materiales de calidad, exactitud y rapidez, como instruyó su primer jefe, que no por ello dejó el reporterismo de calle en Cuba.
Una de las preocupaciones que animaron, y aún lo hacen, los análisis informativos de la agencia es el público que recibe sus materiales. De ahí que otra cualidad sobresaliente de sus profesionales sea escribir con claridad, sin que por ello se resienta la profundidad de los análisis, entendibles e interpretados por todos los públicos.
La agencia latinoamericana era antes y es muy necesaria ahora, en esta época en que los países hegemónicos, en especial Estados Unidos, utilizan los medios al servicio de la derecha como centro de sus campañas para crear estados de opinión, desprestigiar el progresismo y el socialismo, derrocar gobiernos y fomentar guerras en distintos puntos del planeta, mientras esconden las realidades de los regímenes impuestos por sus propias mentiras.
Las noticias manipuladas devienen arma peligrosa del periodismo hegemónico, que cuenta con profesionales formados en el arte de la tergiversación de los hechos y un moderno y millonario sistema tecnológico que en segundos puede movilizar a grandes masas confundidas que existen en muchos países, donde el estudio y la capacitación institucional están reducidas drásticamente.
Prensa Latina está preparada para esta nueva batalla, más sofisticada. La superación profesional de sus periodistas es orden del día. El estudio de las engañosas maneras de traficar la noticia es motivo de reflexión. La agencia está en movimiento constante a favor de la verdad.
Mucho ha crecido PL en estos 60 años en la expansión de sus redes comunicacionales mediante sus oficinas en los más importantes países del orbe, y en especial en América Latina, sus variadas publicaciones, y sus convenios con otros órganos del Sur.
Constante ha sido en estas seis décadas el impulso de nuevas generaciones de periodistas, que hicieron suyas las orientaciones de Masetti.
Nuevos retos –que retrotraen a los de la década de creación de la agencia- tienen los profesionales actuales de este órgano que deviene un símbolo de la unidad y la mirada progresista sobre el destino de los pueblos de la América.
Prensa Latina es imprescindible en esta nueva etapa de lucha del progresismo latinoamericano, iniciado por el presidente venezolano Hugo Chávez en 1998, y seguida por otros países. Con los más crueles métodos, Estados Unidos trata de derrocar al gobierno revolucionario de Venezuela y arremete contra Cuba por ser su amiga, mientras recobra aliados conservadores en el subcontinente para tratar de reimplantar la anticuada Doctrina Monroe.
De ahí que para PL, sus periodistas y demás trabajadores, cada día sea un reto político en el que se mantienen válidos los criterios del periodismo necesario enarbolado por Fidel, el Che y Masetti, cuando abrieron una brecha revolucionaria con la verdad y las razones de quienes mantienen una lucha constante por la libertad y la independencia.