Aunque Raúl Roa, el Canciller de la Dignidad, lo catalogara como un “eximio camaján de la politiquería criolla desde antes de que le saliera la primera cana”, las posiciones asumidas por Manuel Márquez Sterling durante la República Neocolonial no constituyen un obstáculo para que, en este 2019, al cumplirse el aniversario 85 de su muerte, el gremio lo recuerde como un auténtico “Maestro de Periodistas”.
Ricardo Ronquillo Bello, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), considera que la organización está en deuda con Márquez Sterling, pues en los medios no se le ha dado el merecido lugar para reconocer su prolífera obra, que establece las bases del más genuino periodismo de inicios de siglo XX, simiente de la historia de la prensa.
Sin embargo, el periodista Juan Marrero González, en el libro Dos siglos de Periodismo en Cuba: momentos, hechos y rostros, vio a Sterling desde otra perspectiva: “No fue un revolucionario cabal ni un hombre perfecto política e ideológicamente. Tuvo deslices, sobre todo en los últimos años de su vida, cuando sirvió a la política del sanguinario régimen de Gerardo Machado y a los intereses de los Estados Unidos”.
El periodista Baldomero Álvarez Ríos en el libro Manuel Márquez Sterling: periodismo, dignidad y patria, ahondó en que “vivió tan intensamente el periodismo que ni aun en situaciones difíciles en el curso de tareas diplomáticas complicadas le impidieron escribir incansablemente. Su papel en la diplomacia continental alcanzó crédito y renombre. Sirvió a Cuba en Argentina, Brasil, México y Estados Unidos en el período de 1913 a 1934. Para él el periodismo es un magisterio social al servicio del pueblo”.
“Si bien no era enemigo de la independencia, sí fue simpatizante de los Estados Unidos. Al asumir posiciones más reaccionarias quedó como una figura vinculada a la élite política, quizás, la causa por la que no es muy reconocido. No obstante, por su labor dentro del periódico El Mundo, la historia del periodismo en Cuba no se puede escribir sin mencionarlo, con sus virtudes y defectos”, comenta Gustavo Robreño Dolz, asesor de la Oficina del Programa Martiano y periodista por más de 50 años.
“La doctrina de Márquez Sterling, breviario diluido en la prensa, es, para Cuba, perenne haz de luz en las tempestades de la historia. Su mano, diestra y firme, lanzaba escala de seda a los balcones de gloria literaria, cuando Cuba rompía las amarras de cuatro siglos de vasallaje”, destacó en 1937, René Lufríu y Alonso, prologuista del libro Proceso histórico de la Enmienda Platt, de Márquez Sterling.
El Doctor en Ciencias Históricas Jorge Ibarra Guitart, investigador Titular del Instituto de Historia de Cuba, destaca que la singularidad de Sterling radica en que fue uno de los tres presidentes cubanos nacidos fuera de la Isla, el de menor tiempo al frente del país (apenas seis horas) y el único en ocupar ese cargo siendo campeón de Ajedrez, en México.
Francisca López Civeira, Doctora en Ciencias Históricas y Profesora Emérita de la Universidad de La Habana, dijo: “Es una figura que no tiene una línea absolutamente clara de pensamiento y acción durante la época republicana. ‘Contra la injerencia extraña, la virtud doméstica’ es el centro de su concepción. No quiere que haya intromisión, pero tampoco se plantea el alcance para obtener la plena independencia”.
La profesora añadió: “Presumo que todo esto ha influido en que no sea de las figuras paradigmáticas de la soberanía cubana. Hay que verlo con sus matices porque tiene un alto nivel de honestidad. No va a alinearse a las tendencias de izquierda, pero tampoco a la anexión, sino en un término medio”.
Para Luis Sexto Sánchez, Premio Nacional de Periodismo José Martí (2009), Sterling desempeñó una gran labor revolucionaria, tanto en la literatura como contra el régimen neocolonial, especialmente en las crónicas publicadas en el periódico El Mundo y en El Heraldo de Cuba, al implantar nuevas formas de orden técnico y saneamiento moral.
“La conversación entre Sterling y Tomás Estrada Palma en 1902 dio inicio a la entrevista moderna en Cuba. Supo manejar la ironía con gracia y desenfado y ahondó como pocos en la psicología del cubano de su tiempo. Fue maestro en las descripciones en una época en que el redactor debía llenar con palabras la ausencia de la fotografía”, refirió el cronista Ciro Bianchi Ross, en el libro Palabra de escribidor.
Graduada de la primera Escuela Profesional de Periodismo en Cuba Manuel Márquez Sterling, la periodista y escritora Marta Rojas Rodríguez reconoció que sí fue uno de los grandes periodistas cubanos de todos los tiempos. Valiosos fueron los aportes al periodismo, principalmente en la crónica, pues su agudeza como comunicador hizo que conquistara el reconocimiento del pueblo cubano.
“Hoy, su obra como la de tantos periodistas olvidados no se estudia a profundidad, aunque sí se pudiera incluir dentro de las asignaturas optativas, específicamente en Grandes figuras del Periodismo”, expresó la Doctora en Ciencias de la Comunicación Maribel Acosta Damas, presidenta de la Comisión Nacional de la carrera de Periodismo.
“Aun sin ser revolucionario, marxista, fue un periodista defensor de los intereses de Cuba. Aunque algunos no lo elijan como modelo, sería oportuno conocer más a fondo los ideales expuestos en obras como Los últimos días del presidente Madero y La diplomacia en nuestra historia. No en vano la Escuela Profesional de Periodismo llevó su nombre”, afirmó el Doctor en Ciencias Históricas Pedro Pablo Rodríguez López, investigador y Profesor Titular del Centro de Estudios Martianos.