Cuando la profesión o la vocación por otros nos acerca a la investigación sobre una comunidad, de cerca o lejos, como ha sido la de chinos en Cuba, el lector descubre muchas características, de quienes, hasta hoy nos acompañan.
El espacio, que con cierta frecuencia se dedica a la experiencia o simplemente al trabajo de las letras en el periodismo cubano, nos trajo esta semana a Miriam Castro Caso, incorporada a esta Delegación de Periodistas Jubilados en La Habana.
La nota para ustedes, colegas, no pretende reseñar el rato compartido con ella, sus experiencias en lo que ya es China en Cuba. Herederos del Celeste Imperio. Pero… al escucharla referirse con pasión a lo sucedido con tantas mujeres, por lo general “traídas…” como acompañantes de los hombres del mismo origen ya establecidos acá, se notaba que las entrevistas a descendientes encendía las expresiones de la colega, invitándonos a la lectura. En su texto, desde luego comenzó por ellas, pero también cómo vivían ellos, con o sin sus mujeres.
Confieso que hubo momentos en que al oírla pensé que faltaban los hombres chinos. Mas, de pronto, comenzó a promover la segunda parte de su libro con los “Hombres de Jade y Palmas… “, quienes desde años atrás nos acompañan y, no solo en el “barrio chino” del centro de la capital habanera. Por cierto, me recordó que conocí en la década del 70 en un pueblo cercano a la capital cienfueguera a algunos que, en un conocido central, se dedicaban al cultivo de las hortalizas muy frescas y sabrosas.
Pero… colegas o lectores aficionados, no quiero describir el libro, sólo proponérselos, para que conozcamos un poco más de China en Cuba. Herederos del Celeste Imperio. Gracias, Miriam, ya comencé a leerlo. (Rosario Fernández, Grupo Asesor, UPEC).