Por Magali García Moré
Por primera vez se encuentra nominado un premio con el nombre del Maestro, en un acuerdo del II Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba, en el año 1966. En esa oportunidad se instituyeron un grupo de estímulos para diferentes géneros periodísticos. Así se crearon el Marcos Behmaras, de Humorismo; Ángel Boán, para temas internacionales; Juan Manuel Márquez, trabajos vinculados con la lucha del pueblo cubano por su liberación; Fernando Chenard, para fotografía y José Martí, que se conferiría a los mejores trabajos de periodismo literario. De esta forma lo recoge Juan Marrero en su libro Congresos de Periodistas Cubanos, publicado por la Editorial Pablo, en el año 2006.
Transcurridos ocho años, durante el siguiente Congreso (III) se decidió dar una nueva forma a los diferentes estímulos o reconocimientos al trabajo periodístico. A partir de ese momento se establecieron las distinciones de Periodista Destacado y Periodista Más Destacado del año, Periodista Internacionalista y la Orden Félix Elmuza, a más de otros concursos que se convocaran durante el año.
Nuevos cambios se sucedieron en el camino de estímulos y reconocimientos para los profesionales de los medios de comunicación. Se ratificaron los ya existentes Diplomas para los Destacados y Más Destacado y se instituyó el sello José Martí para los periodistas que durante cinco años consecutivos sobresalieran por su labor. Estos cambios tuvieron lugar durante el IV Congreso. Sin embargo, es oportuno señalar que en los documentos del cónclave quedó establecido que merecería la categoría de Periodista Destacado aquel que realmente sobresaliera en su desempeño y no por el simple cumplimiento de sus obligaciones. Se insistía en que estos reconocimientos “tuvieran la fuerza de los valores morales que deben primar en la sociedad que construimos” y en particular los que descuellan entre nuestros colegas.
Indagando en el acontecer de estos reconocimientos instituidos por la Upec, encontramos que en el II Pleno del Comité Nacional, en junio de 1987, aparece una reflexión crítica al movimiento de Periodistas Destacados y Más Destacados, señalándose que debía tener como principio el ejercicio elevado de la labor profesional y se otorgaría al periodista que realmente fuera reconocido como tal.
El análisis realizado por los delegados asistentes a ese Pleno consideró que el movimiento había sufrido un estancamiento y lejos de contribuir a fomentar la calidad creció casi únicamente en sentido cuantitativo “hasta hipertrofiarse y distorsionar sus objetivos”, según consta en los documentos de la reunión.
En 1989 entre los reconocimientos que otorga la Unión de Periodistas de Cuba se encuentra el Premio “Juan Gualberto Gómez”, que más tarde se establece para distinguir el trabajo excepcional de un año en la prensa impresa, el periodismo radial, televisivo, cinematográfico y gráfico, que incluye fotografía, diseño, camarógrafos, ilustradores, dibujantes humorísticos.
De nuevo, entre los años 90 y 93, se reconsideró la entrega del Premio Anual con el nombre del Maestro a un grupo de colegas cuyo trabajo resultó particularmente destacado. Con ese propósito se creó un Jurado que analizaría las propuestas y conferiría el Premio. Fue este el verdadero antecedente del actual Premio Nacional de Periodismo José Martí por la obra de la vida.
En 1993 los periodistas celebraron, en muy difíciles condiciones, su VI Congreso, marcado por la compleja situación que vivía nuestro pueblo en el llamado período especial, tras el derrumbe del campo socialista. En la reunión se trataron de manera específica los temas que posibilitaran afianzar el presente y preparar el porvenir, como enunciaba el documento central, debatido por los delegados. Las terribles limitaciones materiales que impactaron muy pronto en la prensa cubana y provocaron el cierre o la disminución de publicaciones y la reubicación de decenas de colegas, la hicieron pasar a una fase de prensa de resistencia.
En esta ocasión se acuerda establecer el 14 de marzo como Día de la prensa cubana, haciéndolo coincidir con la fundación del periódico Patria, momento de profunda trascendencia histórica y cuyo Centenario habíase celebrado en 1992. Desde ese momento, esta se convierte en la fecha de nuestros grandes recuentos y homenajes.
Entre ellos sobresale de manera particular la creación del Premio Nacional José Martí, con la sabiduría de jerarquizar un alto reconocimiento al trabajo profesional y, a la vez, “preservar a la Unión de Periodistas de formas manidas y devaluadas de otorgar los estímulos”, según consta en los documentos de la reunión. Y se destaca el trabajo riguroso y de calidad del Jurado, pero insiste en que “las delegaciones de base, que son las que deben realizar las propuestas de candidatos, no siempre han cumplido su responsabilidad (…)”
Más tarde, en el VII Congreso celebrado en 1999 encontramos una más cercana referencia al Premio José Martí. En el Informe Central –que cubre la labor desarrollada en el período 1994 al 98–, se considera que el sistema de reconocimientos fue objeto de un reordenamiento, para propiciar el destaque de aquellos que lo reciben por la trayectoria de excepcional calidad de toda una vida.
Se consideró además premiar a quienes resulten acreedores al distinguirse por laborar de forma muy destacada durante un año y se ratifica que llevaría el nombre de Juan Gualberto Gómez., como había sido propuesto unos años antes.
En ese informe, igualmente se reconoce que aun cuando todavía no hay cabal comprensión de la importancia de ambas distinciones por parte de toda la membresía, ya se hace evidente cómo ganan prestigio estos reconocimientos.
¡Y qué otro nombre podría llevar este premio sino el del Maestro!: “el más completo, el más enciclopédico de todos –y no lo digo porque se trata de un cubano sino que es cosa demostrada por los hechos, por la obra y por lo que está ante los ojos- fue José Martí”. (Alejo Carpentier, Conferencia ofrecida en los Talleres del periódico Granma, en enero de 1975.)
Selección de los candidatos
Por fin, en este empeño de reconocer a quienes se hacen merecedores de tal distinción por su calidad y dedicación al ejercicio del periodismo, en el II Pleno del Comité Nacional de la UPEC se aprueba un sistema único que había sido analizado en el VIII Congreso, luego de considerar las propuestas de los delegados, quienes se pronunciaron por elaborar un procedimiento único para los diferentes premios, en los distintos niveles de la organización.
Se decide entonces que cada mes de diciembre se libre la convocatoria para el Premio José Martí que se entregará en marzo del año siguiente, en ocasión del Día de la Prensa Cubana.
Las propuestas de los candidatos al Premio se efectúan en las asambleas de las delegaciones de base de la UPEC, en la cual se elegirá un solo candidato, que puede pertenecer al propio medio o a cualquier delegación del país. La presidencia nacional de la UPEC podrá hacer propuestas para este Premio, de modo excepcional.
Del Jurado
El jurado cuenta con 16 integrantes, uno de los cuales funge como Presidente, quienes son elegidos por el Congreso de la Upec o el Pleno del Comité Nacional, luego de la correspondiente consulta a las delegaciones de base. El jurado se renueva cada dos años y medio.
La cantera principal para la selección de los miembros efectivos se tendrá en cuenta del conjunto de los profesionales que ostenten premios nacionales de periodismo o aquellos periodistas de relevantes méritos. Las propuestas serán sometidas a la consideración del pleno del jurado y la decisión será por mayoría. El presidente del jurado votará solo en caso de empate para decidir el fallo. Hasta la fecha han ocupado esa responsabilidad los compañeros Juan Marrero, Gabriel Molina y Juana Carrasco, todos anteriormente premiados con el Premio José Martí.
Ejemplo de periodistas
Hasta el momento son 70 los profesionales de los medios que han alcanzado el más alto reconocimiento que se confiere a los periodistas cubanos. De ellos, 41 han fallecido.
El primer periodista que recibió el galardón fue Santiago Álvarez Román, quien lo obtuvo en 1991. Su desempeño como documentalista lo caracteriza de manera excepcional, así como por la creación y dirección del Noticiero Latinoamericano ICAIC. Este año lo honramos especialmente al cumplirse su centenario
Pero más que todo es preciso subrayar que en el conjunto de los profesionales premiados se encuentran los más notables periodistas de nuestro país de los últimos setenta años, pues una buena parte iniciaron su vida como tales en la década del 30 del pasado siglo. Muchos de ellos laboraron en más de un medio.
La mayoría de los premiados corresponden a la prensa impresa, siete se desempeñaron en la radio y 6 en la Televisión, dos de ellos como camarógrafos.
De otras especialidades se cuentan 4 fotógrafos, cinco caricaturistas y dos profesores. Uno de ellos Julio García Luís, con una larga trayectoria en la prensa impresa.
El total de mujeres reconocidas son 8 y los corresponsales de provincias que lo han merecido suman igual número. El más joven de los premiados ha sido el fotorreportero Ahmed Velázquez Sagués (post mortem), en cuya corta vida profesional demostró una calidad excepcional. En igual condición el Premio fue conferido a Elio E. Constantín y a Luis Suardíaz.
En el año 2008 se confirió este Premio al líder histórico de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz y al Comandante Hugo Chávez Frías, prominentes figuras políticas de América Latina. Ellos hicieron de la prensa su arma más efectiva para hacer llegar los fundamentos de su trabajo político y trasmitir los principios éticos que hizo crecer la obra revolucionaria de ambos hasta alcanzar las cumbres de una nueva era para los pueblos de la América Nuestra.
En el decursar de los años, si buscamos entre los diferentes periodos de la historia cubana, siempre encontraremos destacadísimos profesionales de la actividad periodística, desde los años fundacionales de la Patria independiente, en los periódicos que vieron la luz en la manigua redentora. Sucesivamente, en la etapa republicana y en los sesenta años de revolución, han nutrido nuestros medios excelentes periodistas.
Sustancialmente han cambiado la vida y la técnica que sostiene hoy al periodismo, que la influye y contribuye a cambiar este mundo. Pero la esencia del ser humano que lo desempeña debe ser alguien que posea no solamente inteligencia, talento, capacidad de análisis y la reflexión necesarias, sino un profundo humanismo y sensibilidad para comprender y asumir su enorme responsabilidad social y personal.
Como describe el documento Prensa pública, prensa del pueblo “la reflexión profesional pondrá acento en los desafíos del periodismo en el entorno digital y su decisiva contribución al nuevo modelo de prensa que demandó el X Congreso de la organización, y especial homenaje haremos al ejercicio profesional hecho en estas seis décadas de Revolución”.*
*Convocatoria de la Presidencia de la UPEC ante el inicio de la Jornada de la Prensa Cubana/ marzo de 2019.