En la década de 1840 se introdujo y desarrolló en Cuba el primer método fotográfico ideado por Daguerre. Era un procedimiento que requería mucho tiempo para preparar y revelar la placa y necesitaba varios minutos de exposición dentro de la cámara oscura para captar una imagen única e imposible reproducir que sólo se empleaba en hacer retratos y paisajes.
Con el desarrollo de la química y el invento del procedimiento negativo-positivo los métodos fueron menos complejos, aumentó la sensibilidad de las placas y podían hacerse las copias en papel que se necesitaran. Este avance propició que la fotografía se empleara en distintas ramas de la ciencia, las artes y el periodismo. Una de las primeras especialidades de la fotografía cubana fue la policiaca, tanto en su faceta técnica como periodística.
El primer “fotógrafo de cárcel” o de la policía
La primera noticia de la utilización de la fotografía en la policía colonial española se encuentra en el Decreto del 18 de julio 1865, firmado por el Capitán General de la Isla Don Domingo Dulce Garay, donde se designa a “D. Lorenzo Cabrera para retratar en fotografía a todos los penados y reclusos que tengan entrada en el departamental y correccional de vagos de esta plaza; para si se fugaren sean remitidos a los jefes de la Guardia civil, de policía, gobernadores y comandantes militares, el número de retratos necesarios para que estos a su vez las circulen a los Pedáneos quienes los expondrán al público en una tablilla de la puerta de la Capitanía, con lo cual será a todos fácil retener las facciones de los prófugos, y por consiguiente conseguir su aprehensión”.
Al día siguiente el Coronel Inspector de Prisiones Francisco Montaos envió al Teniente Coronel Comandante del Departamental de La Habana la siguiente disposición para que fuera leída a la población penal. Decía así:
El Excmo. Sr. Capitan General de esta Isla se ha servido disponer en oficio fecha de ayer que cuando se circulen á la policía las medidas filiaciones de los desertores de presidio, se acompañe tambien una fotografía de ellos, pues hasta ahora han sido ineficaces los medios que estaban en uso para su aprehension inmediata, y no es justo que mientras los que cumplen con resignacion sus condenas y llenan sus deberes, estén sufriendo las penalidades de su prision, los que comprometen el crédito de los Gefes que se hallan al frente de estos establecimientos presidiales, se estén paseando impunemente por las poblaciones.
Así es que se servirá V. disponer se haga saber á todos los penados del Departamental á su cargo, que el medio de que sus fotografías se mantengan reservadas en el archivo, sin que estén á la vista de nadie, es no desertarse, pues el que se deserte debe saber de antemano que no solamente su retrato será remitido á la policía y á la Guardia Civil, sino que dicha superior autoridad ha dispuesto se entreguen en el acto cincuenta pesos ó sean cien escudos al particular que aprehendiese cualquier desertor de presidio.
Para que nadie alegue ignorancia se servirá V. disponer que se lea y explique por el Ayudante de semana esta orden á todos los penados presentes en este destino y comunicándolo á los destacados á fin de que desechen el mal pensamiento de la deserción, prefiriendo el acudir á sus superiores siempre que no fuesen tratados con justicia ó no se les diere lo que les corresponde.
Dios guarde á V. muchos años. —Habana 19 de Julio de 1865. —
El Coronel Inspector, Francisco Montaos .
El día 27 de noviembre de ese año quedó terminado el gabinete fotográfico de la Cárcel y el Coronel Inspector Montaos le envió al Comandante del Departamental las reglas para su funcionamiento, donde se especificaban los requerimientos técnicos y deberes de los encargados.
El fotógrafo José Lorenzo Cabrera era un conocido y estudioso retratista habanero establecido desde 1855 en la calle O’Reilly número 60, donde ofertaba fotografías miniaturas hasta retratos al «tamaño natural» y las últimas innovaciones en el arte. Según una nota publicada en el diario la Gaceta de La Habana el 21 de noviembre de 1855 era “uno de los que más ha contribuido al adelanto fotográfico en La Habana”.
Como en aquellos años la policía no tenía ningún fotógrafo, el Coronel inspector de cárceles de la Isla, Francisco Montaos, le encargaba a Cabrera retratar algunos de los presos mas peligrosos que cumplían condena en las cárceles para identificarlos en caso de fuga, al igual que lo estaban haciendo los famosos cuerpos policiacos de La Sureté en Francia y Scotland Yard en Inglaterra. Como la medida resultaba muy útil para la identificación, el Coronel Inspector le propuso crear un departamento fotográfico en la cárcel. El fotógrafo aceptó y el 18 de julio 1865 el Capitán General lo nombró “fotógrafo de cárcel”, iniciando así oficialmente la identificación y organización de los penados por medio de la fotografía en Cuba, cargo que ocupó hasta 1874.
José Lorenzo Cabrera es el primer fotógrafo policiaco en Cuba y durante su desempeño retrató al joven José Martí, a Fermín Valdés Domínguez y a otros presos políticos cubanos vistiendo el traje de presidiario.
El primer reportero fotográfico.
El primer reportero fotográfico apareció dos décadas más tarde cuando se encontró la manera de reproducir las fotografías conjuntamente con el texto en los diarios y revistas por medio del fotograbado y la litografía. En 1887 existían en la Habana varias revistas ilustradas con retratos de galería o paisajes entre las que se destacaban por su presentación y calidad La Habana Elegante y El Fígaro, pero todas estaban dirigidas al mundo aristocrático, literario, artístico y deportivo de los habaneros.
El 4 de septiembre de 1887, salió La Caricatura, un semanario cómico distinto, muy ilustrado fundado y dirigido por el caricaturista José A. Rodríguez, más conocido por Helio, que era su firma artística. El semanario tuvo una gran popularidad por el tono satírico y crítico de las caricaturas y dibujos y por ser comprensible para los menos cultos y hasta por los analfabetos. A medida que pasaban las semanas Helio vio que a los lectores les llamaban mucho la atención unas notas breves e intrascendentes, algunas en verso, de los sucesos policíacos ocurridos durante la semana y comprendió que el público deseaba conocer más sobre la violencia que azotaba la ciudad y la fotografía podía ser de una gran ayuda.
En marzo de 1888 contrató a Higinio Martínez, retratista de banquetes, romerías y otras actividades que los fotógrafos de galería desestimaban, para que retratara los delincuentes, las víctimas, vistas de los lugares donde ocurrieron los delitos y las armas utilizadas y cualquier otro detalle interesante para los lectores. Así, tramitó los permisos con las autoridades competentes para que pudiera retratar en los cuarteles de la policía, las prisiones, el necrocomio, el cementerio y los hospitales, lo cuales fueron autorizados con recelo. En el mes de junio de 1888 le entregaron a Higinio una credencial de “redactor fotográfico” de La Caricatura y recibió una cámara fotográfica apropiada para facilitar su trabajo. En agosto todo estaba preparado para comenzar a retratar los sucesos policíacos.
El domingo 19 de agosto de 1888 La Caricatura publicó la primera información fotográfica de Higinio. Bajo el título de “El crimen de Santiago de las Vegas” aparecieron once fotografías que mostraban a un joven asesinado nombrado Pedro María Álvarez, el lugar del hecho, el asesino y algunos testigos y autoridades.
La información fue un éxito y el público demostró un marcado interés por las fotografías y las noticias policíacas, según leemos en la nota que publicó el semanario al domingo siguiente, día 26 de agosto:
“AL PUBLICO, Habiéndose agotado las tres ediciones de La Caricatura pertenecientes al domingo pasado, y siendo muchos los que desean conservar el retrato del infortunado joven Álvarez, lo reproducirnos en el presente número.
La Caricatura tuvo que aumentar su tirada y los jefes de policía de las demarcaciones, antes escépticos, ahora estaban entusiasmados, avisando rápidamente a la redacción cada vez que tenían un caso interesante. Helio reemplazó el subtítulo de La Caricatura “Periódico humorístico semanal” por el de “Periódico semanal, humorístico y de sucesos”
Las informaciones policiacas aumentaron considerablemente y las fotografías que publicaba La Caricatura se vendían en la administración del propio semanario como pan caliente. Para aliviar el trabajo cada vez más intenso de Higinio, el primero de febrero de 1889 se incorporó al semanario el también fotógrafo de calle Juan Francisco Steegers, convirtiéndose en el segundo reportero gráfico cubano.
En 1889 otros diarios comenzaron también a incursionar en la llamada crónica roja e Higinio el 12 de junio de ese año, colaboraba además en La Discusión que dirigía Antonio San Miguel, mientras que Steegers lo hacía en el semanario autonomista La Lucha dirigido por Enrique Villanova que fue clausurado al comenzar la Guerra de Independencia en 1895 y también para Gil Blas que tenia de subtítulo “Semanario satírico con monos y hasta grabaditos” de Domingo Gálvez del Monte y Ricardo de la Torriente.
Al poco tiempo de iniciarse la guerra libertaria, los militares españoles descubrieron las actividades conspirativas de Steegers, que era el enlace entre la Junta Revolucionaria y las fuerzas del General Néstor Aranguren. El fotógrafo pudo marcharse a Cayo Hueso antes que lo apresaran y continuó desde allí la lucha. Mientras tanto Higinio Martínez fue nombrado corresponsal de guerra de La Caricatura y retrató el cadáver de José Martí y su entierro en el cementerio de Santiago de Cuba y escenas de la campaña militar en Oriente.
El primer fotógrafo científico de la policía
Al terminar la Guerra de Independencia Juan Francisco Steegers se reincorporó al diario La Lucha y continuó retratando los hechos de sangre que ocurrían en La Habana pero esta vez, animado por su vocación a la fotografía, la experiencia en la guerra recién terminada y su estrecha colaboración con los jefes de la recién formada policía cubana lo animaron a estudiar dactiloscopia, criminalística y las últimas técnicas fotográficas de la policía francesas, conocimientos que lo llevaron a solucionar muchos de los delitos que se cometían.
El 21 de agosto de 1904 fue nombrado perito del Presidio de la Habana y continuó publicando en La Lucha los casos más interesantes. Introdujo la dactiloscopia y el 28 de noviembre de 1907 remitió al Juez de Instrucción del Distrito Central el primer informe dactiloscópico realizado en Cuba. El 1º de agosto de 1909 creó y organizó el Departamento de Identificación Criminal con un método propio de dactiloscopia fotográfica que llamó “Sistema Steegers”, el cual fue empleado con éxito en varios países latinoamericanos. En 1911 fundó, organizó y dirigió el Gabinete Nacional de Identificación hasta su fallecimiento ocurrido el 23 de marzo de 1921.
El 30 de abril de 1957 se emitieron dos sellos de correos, uno de 4¢ y otro de 12¢, en homenaje a Juan Francisco Steegers y Perera, pionero de la Dactiloscopía en Cuba, es el único fotógrafo cuya efigie aparece en la filatelia cubana.
Fuentes
- Rafael Pegudo: Álbum del Cincuentenario de la Asociación de Reporters de La Habana. Editorial Lex, La Habana 1952 pp. 375-382
- Recopilación de las Reales Ordenes y disposiciones del ramo de presidios dictadas por el Gobierno de S. M. y por la Capitanía General de la Isla de Cuba desde el año de 1861 hasta 1867. p 357.
- Julio Lagomasino, entrevista realizada en Santos Suárez, el viernes 23 de noviembre de 1951.
- Semanario La Caricatura. Se consultaron los números del 4 de septiembre de 1887 a julio 1890
- Rafael Soto Paz: “La Prensa Cubana de 1902 a 1952”. Libro de Cuba, La Habana, 1954, pág. 667
Muy interesante tu artículo, Jorge. Soy vicepresidente de los Capítulos Internacional y Español de la Asociación Iberoamericana de Periodistas Especializados y Técnicos (AIPET), que cuenta con un Capítulo Cubano, cuya creación impulsé hace ya casi un cuarto de siglo.
Estoy terminando un estudio sobre la historia de la Policía en la Cuba española, en el que se incluyen numerosos documentos que forman parte de mi colección. Me gustaría reproducir imágenes de detenidos, presos y dependencias policiales cubanas del siglo XIX. También me interesan imágenes de jefes, oficiales y agentes del Batallón de Orden Público y de la Dirección de Policía de La Habana, comisarios de Barrio, inspectores, celadores, uniformes, etc. ¿Podría contar con su colaboración en la búsqueda de estas imágenes?…
Recibe un fuerte abrazo desde Madrid,
Eugenio de Quesada
De la Real Academia Hispánica de Filatelia e Historia Postal
Buenas noches Eugenio, me interesaría mucho su obra sobre la Policía española en Cuba, ¿ya la publicó?, ¿dónde se puede encontrar? Gracias y saludos. Juan
Interesante trabajo, solo destacar que el trabajo de Steegers se hace patente también en la cobertura del incendio del almacén de la ferretería de Juan J. Isasi y Co., en el número 24 de la calle Mercaderes, esquina a Lamparilla. Junto a José Luís de la Carrera y a Higinio Martínez fotografió el desastre. Gracias a estas fotos y a la gran cobertura de prensa se pudo dilucidar que el incendio fue en el almacén y no en la ferretería, como se sigue diciendo. También me gustaría acotar que, según lo que he podido conocer, es real que Steegers participó en el proyecto del Gabinete Nacional de Identificación en 1911, pero seríamos injustos si dejáramos de acotar que su verdadero fundador fue el sabio cubano Don Fernando Ortiz, a quien el presidente José Miguel Gómez le encargó, a través de un decreto, la fundación del Gabinete, por los concocimientos y resultados científicos de Ortiz en el campo de la criminología y de la dactiloscopía. Es cierta la presencia de Steegers, incluso dirigía un departamento, el de fotoidentificación, donde desarrolló su método de fotodactiloscopía, pero el fundador fue Ortiz, incluso los primeros artículos periodísticos de Ortiz, que datan de 1902 tienen como leit motiv la identificación dactiloscópica, de lo que habla en su primer artículo publicado en Bohemia a raíz de la fundación del Gabinete. Gracias por todo
Rodolfo Zamora Rielo