Además de las conexiones oportunas, los lanzamientos precisos, los corridos acertados y los guantes seguros de nuestros peloteros, la prensa territorial contribuyó también con lo suyo a la victoria del equipo de la provincia de Las Tunas en la 58va Serie Nacional de Béisbol, acontecimiento que forma parte de lo mejor y más trascendente ocurrido en cualquier época en esta provincia en materia de acontecimientos sociales.
Mis colegas no solamente siguieron al equipo Los Leñadores en cada etapa de la temporada. No se limitaron a reportar las incidencias de sus partidos y los anhelos de sus aficionados. También pusieron alma y corazón en cada noticia y en cada crónica. La pantalla, el éter y el papel pueden dar constancia de ese derroche de lealtad y de profesionalismo.
Las páginas web de los órganos de prensa de la provincia no escatimaron espacio ni tiempo para reflejar en sus secciones el acontecer en el terreno. Sus especialistas hicieron derroche de creatividad y de talento para que los recursos de la multimedia reflejaran en todo lo técnicamente posible la dimensión de la proeza.
Mención aparte merecen las redes sociales, devenidas amplificadoras de nuestros triunfos. Cada periodista tunero enrolado en la nave color verde potenció su uso, e hizo de Facebook, de Twitter, Instagram y YouTube alternativas para que el mundo conociera la hazaña de un colectivo históricamente sotanero y hoy convertido en titular.
Junto al eufórico reconocimiento que el pueblo tunero tributará a sus ya legendarios Leñadores, irá también el que merecen periodistas, camarógrafos, narradores, fotógrafos, comentaristas, editores y cuantos fundieron verbo e imagen para plasmar para la posteridad la excelencia deportiva de quienes hoy son auténticos símbolos.