Nuestro amigo y colega Lino Betancourt se fue sin una despedida, afortunadamente no murió después de largos padecimientos, dejó de existir en una fría noche, pero con todos sus proyectos de vida cumplidos en 88 años; lo suficiente como para publicar muchas crónicas musicales y una amplísima saga de la trova, una edición Historia de la trova cubana, por la casa discográfica Colibrí del Instituto Cubano de la Música, y los libros: La trova en Santiago de Cuba, La trova y el bolero, Compay Segundo, Lo que dice mi cantar.
La despedida de Lino, organizada en una velada en la sede del Instituto Cubano de la Música fue como lo quiso el propio investigador: Cantaron y tocaron sus amigos Eliades Ochoa, Heidi Igualada, Pepe Ordaz, Geraldo Alfonso, Pancho Amat. Como en los viejos tiempos, en Santiago de Cuba, los trovadores eran despedidos con canciones de sus propios colegas y amigos.
Lino era una especie de biblioteca ambulante de la trova, siguió de cerca a los cantores desde su propio Santiago de Cuba, después en los bares y cantinas de La Habana, en la Peña de Sirique verdadera tertulia que dejó una huella en la canción en la capital.
Lino sabía que la música hay que seguirla in sito, cara a cara en el propio escenario, donde se desarrollan muchos eventos impredecibles, por el aquello de que la mejor música nunca se grabó. Existen en nuestro medio muchos investigadores de gabinete, lleno de libros y revistas, donde se pierden la verdad de la música.
Lino tenía una larga trayectoria, comenzó a trabajar en 1950 como locutor en la emisora CMKH. En 1952 se desempeñó como comentarista cultural en las emisoras guantanameras CMKH, CMKR y CMKS hasta 1959. En todo ese tiempo ¿a cuántos trovadores y músicos no entrevistó?
Ya en 1959 tuvo que vivir clandestinamente en La Habana, hasta la llagada de los rebeldes el 1 de enero de 1959. Durante el año 1960 y hasta 1964 se vinculó a diferentes actividades revolucionarias como Maestro Voluntario en el primer curso convocado por el Comandante en Jefe, en la Lucha contra Bandidos, en la Campaña de Alfabetización, profesor de la escuela Andrés González Lines en Varadero y oficinista en el Dpto. de Estadísticas en el Ministerio de Industrias. En 1964 se desempeña como Jefe de Prensa del INRA y Director de Relaciones Públicas del organismo.
Desde 1961, era punto fijo en la Peña de Sirique (Alfredo González Suazo), en el barrio de Carraguao, El Cerro, donde se daban cita desde Sindo Garay hasta Miguel Matamoros.
En 1965 comienza en Radio Reloj y en 1970 es designado Director de la emisora. Viaja como periodista en la Delegación presidida por el Comandante en Jefe Fidel Castro a Guyana, Trinidad y Tobago, Argelia (para cubrir la reunión de Países no Alineados) Iraq, Viet Nam, India y Checoslovaquia. Pasa a Radio Rebelde en 1978.
Viajó a Nueva York en 1979 para reportar la intervención del Comandante Fidel Castro en las Naciones Unidas ante la Asamblea General en su carácter de Presidente del Movimiento de Países no Alineados.
En 1980 visitó dos veces a Moscú para reportar el vuelo del Comandante Arnaldo Tamayo Méndez ofreciendo las noticias a través de la cadena de emisoras cubanas. Cubrió en Cancún, México, el diálogo Norte – Sur con la asistencia de numerosos jefes de estado y países.
La UNESCO lo invitó en el 2002 a ir a Puerto Rico, para dictar conferencias sobre música cubana en el Consejo de Educación superior en San Juan, en esa oportunidad la Universidad Interamericana le otorga la Placa Dorada conmemorativa del Centenario del Natalicio de Rafael Hernández, destacado compositor puertorriqueño.
Lino alcanzó el Premio Nacional de Radio en el 2007 y le ofrecieron una serie de con decoraciones, distinciones, premios y medallas. Al fallecer escribía y conducía el programa Cita con la Trova, en Radio Taíno.
La trova está de luto en este fin de año, pero los trovadores siguen cantando. (Por Rafael Lam)
Que dolor tan grande yo me despertaba para escuchar cita con la trova con un buen cafe en la mañana nunca lo olvidare ni a Lino ni al programa.