La mayoría de los adolescentes pasan demasiadas horas del día usando sus teléfonos celulares, pero diversos estudios científicos han demostrado que esta adicción trasciende a los púberes y que tanto padres como hijos reconocen ser incapaces de vencer dicha dependencia.
Existe, sin embargo, una razón detrás de la obsesión de algunos usuarios por el uso compulsivo de los ‘smartphones’, según publica la web elperiodistadigital.com, al citar a Rusia Today:
“Compañías como Facebook realizan experimentos e invierten en investigaciones neurocientíficas con el fin de estudiar las reacciones cerebrales a determinadas tonalidades y averiguar qué resulta más llamativo al ser humano. El color — explica Bevil Conway, investigador del National Eye Institute de Estados Unidos— no es una señal para detectar objetos; en realidad, es algo mucho más fundamental, busca decirnos que ese objeto probablemente es importante.
Y añade:
“Como los colores que aparecen en las aplicaciones de esos servicios buscarían manejar la atención cerebral, configurar la pantalla del dispositivo para que solo muestre escala de grises podría ser la solución.
“No compramos cereales con cajas en blanco y negro, sino aquellas con colores realmente estimulantes”, así que “estas aplicaciones han desarrollado títulos, sombras y colores geniales, todo un diseño para estimular. El problema es que los fabricantes de teléfonos ´esconden´ esa posibilidad entre las opciones de personalización de sus aparatos. “Me llevó 40 minutos averiguarlo”, confiesa la presidenta ejecutiva de la empresa de ‘marketing’ SalientMG, Mack McKelvey.
“El estar constantemente pendiente de mensajes entrantes o de si el teléfono suena o vibra, y tener activadas diversas alertas de noticias y de correos electrónicos entrantes, puede abrumar a quienes no pueden dejar un solo mensaje sin revisar o contestar, o no resisten el impulso de ver todas las notificaciones de inmediato”, dice lanación.com al reseñar un estudio de la Universidad Estatal de San Francisco, EE. UU., publicado en la revista NeuroRegulation.
En palabras de Erik Peper, coordinador del estudio citado: “La adicción al teléfono inteligente comienza cuando se forman conexiones neurobiológicas en el cerebro. Esto funciona de una forma similar a como funciona la adicción a opioides o a personas que toman oxitocina para aliviar el dolor”.
De manera que, las nuevas tecnologías atraparán primero a quienes no sepan ponerlas a su servicio en vez de subordinarse a ellas. Numerosas investigaciones científicas lo alertan.