Paul Manafort, exjefe de campaña del presidente norteamericano, Donald Trump, trató de negociar en mayo de 2017 que Ecuador entregara a Estados Unidos al fundador del portal WikiLeaks, Julian Assange, según ha informado el periódico The New York Times.
De acuerdo con el diario, a mediados de ese mes del pasado año el antiguo colaborador del mandatario republicano viajó a la nación sudamericana para ofrecer sus servicios al presidente entrante de ese país, Lenín Moreno.
Aunque el objetivo principal del viaje era tratar de conseguir un acuerdo para que China invirtiera en el sistema de energía de Ecuador, las conversaciones pasaron a un punto de conflicto diplomático entre Washington y Quito: el destino de Assange, indicó el periódico.
El medio, que dice citar a tres personas familiarizadas con las discusiones de esos días, indicó que en al menos dos encuentros con Manafort, Moreno y sus asesores discutieron su deseo de deshacerse de Assange.
El periodista y programador australiano lleva más de seis años en la embajada ecuatoriana en Londres, donde buscó refugio en 2012 ante la amenaza de una extradición a Estados Unidos tras filtrar miles de documentos secretos relacionados con la guerra en Iraq y Afganistán, y los abusos en los centros de detención norteamericanos en Guantánamo y Abu Ghraib, entre otros temas.
Según el Times, a cambio de la entrega del ciberactivista, Ecuador podría recibir concesiones como alivio de la deuda con Estados Unidos.
Pero poco después de esas reuniones en la nación latinoamericana, el Departamento norteamericano de Justicia nombró a Robert Mueller como fiscal especial para investigar una presunta interferencia rusa en las elecciones de 2016 y una supuesta complicidad con el equipo de Trump.
Rápidamente quedó claro que el exjefe de campaña del gobernante era el objetivo principal de la pesquisa, apuntó el diario, el cual agregó que sus conversaciones con Ecuador terminaron sin ningún trato.
A decir de la publicación, no hay evidencia de que Manafort, acusado en la actualidad de cargos como lavado de dinero, fraude fiscal y manipulación de testigos, estuviera trabajando con Trump, ni de que informara al presidente o a funcionarios de la administración acerca de esas reuniones.
Tampoco hay pruebas de que esas conversaciones fueran motivadas por la preocupación acerca del papel que, según medios estadounidenses, pudieron desempeñar Assange y WikiLeaks en ayudar al republicano a imponerse en los comicios presidenciales de hace dos años, agregó el periódico.
El artículo del Times se divulga tras revelarse a mediados del mes pasado que el Departamento de Justicia presentó cargos penales contra el fundador de WikiLeaks en un procedimiento secreto.
Para ese propio diario, las imputaciones contra el periodista, que no han sido confirmadas por el Gobierno estadounidense y cuyos detalles aún se desconocen, marcan una drástica escalada en la lucha de varios años que mantiene Washington contra Assange y su grupo de divulgación de documentos clasificados.
Prensa Latina