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Rusia y Cuba, otra vez aliados

La palabra que un día se esfumó de los documentos oficiales y lo que es peor, del espíritu de las relaciones entre Rusia y Cuba, tras la desintegración de la URSS, reaparece en la primera página de la Declaración de enfoques comunes sobre asuntos internacionales, firmada por Vladimir Putin y Miguel Díaz-Canel este 2 de noviembre en el Palacio del Kremlin en Moscú, al término de las conversaciones oficiales entre ambos mandatarios.
El documento reitera “el carácter estratégico y de aliados de las relaciones entre Cuba y Rusia, unidas por firmes e históricos lazos de amistad, simpatía mutua, respeto y apoyo solidario” y destaca el “alto nivel de los vínculos bilaterales que se desarrollan de forma dinámica y ascendente, mantienen su carácter estratégico y se proyectan hacia el futuro”.
Las palabras  pueden sonar protocolares, pero marcan un hecho histórico que sólo se puede aquilatar con el paso de los meses y los años. Es decir, ahora mismo, una década después de la primera visita de Dimitri Medviedev a Cuba en 2008, de  las tres del General de Ejército Raúl Castro en 2009, 2012 y 2015 a Rusia y la de Putin a Cuba en 2014.
Lo comentaban los protagonistas, dirigentes del más alto nivel de ambos gobiernos, ministros y empresarios rusos y cubanos que acaban de encontrarse en la más reciente sesión de la Comisión Intergubernamental entre el 28 y el 30 de octubre pasado y en estos días, durante la visita de Díaz-Canel a Moscú.
Ricardo Cabrisas, vicepresidente del Consejo de Ministros y quien fuera fundador y posteriomente ministro durante más de 20 años de Comercio Exterior en nuestro país, no duda en ratificar la trascendencia de esta visita y de la visión de aliados.
Justamente es él quien marca la importancia de los primeros encuentros entre los líderes de ambas naciones y el punto de inflexión a partir de la decisión de Putin de encaminar los acuerdos hacia una “participación efectiva”.
Cabrisas y Yuri Borisov, vicepresidente del Gobierno ruso son Copresidentes de la Comisión, otra decisión clave para que los acuerdos trasciendan intereses sectoriales y se subordinen a los objetivos centrales definidos por las direcciones de ambos estados.
“‘La Comisión es el mecanismo que hace funcionar los acuerdos y garantiza que se orienten a los objetivos prioritarios, estratégicos y a favorecer los encadenamientos productivos que Cuba necesita tanto”, apunta Cabrisas.
Mientras hablamos, pasan a despedirse los directivos de las petroleras Rosneft, Zarubezhneft y la INTER RAO Export, que ya invierten en la prospección, las refinerías y la venta de combustibles a Cuba.
También hay representantes de los grupos GAZ  y KAMAZ, del transporte automotor, el primer vicepresidente de Ferrocarriles de Rusia y el director general de Ferrocarriles de Rusia Internacional, así como directivos de empresas financieras y bancos.
Todos tienen palabras de elogio para Emilio Lozada, quien fuera embajador de Cuba en Rusia cuando se abrieron la mayoría de los proyectos. Y algunos ya hablan algo de español de tanto viajar a Cuba en la última década.
Puedo escuchar cuando le comentan a los cubanos que la visita de Díaz-Canel está teniendo una cobertura intensa en los medios rusos. Y que todas las opiniones son favorables al estrechamiento de los vínculos.
A esa hora el Canal 24 transmite un noticiero que muestra imágenes de la visita una u otra vez y ellos apuntan a la pantalla en el lobby del hotel.
Hay un optimismo evidente en las dos partes de una relación económica y comercial que se propone escalar a los más altos niveles en lo inmediato con énfasis en la energía, el transporte, el turismo, la metalurgia, la agricultura y la farmacéutica, estimulando el intercambio en los dos sentidos, para lo cual Cuba necesita acelerar sus ritmos exportables.
Otros senderos más novedosos se abren en áreas de la Informática y la ciberseguridad; en lo cultural y lo educativo, entre los que resalta la decisión de abrir una filial del Museo Estatal ruso en La Habana y estimular los estudios de idioma y cultura de la gran nación con proyección hacia América Latina. Sin desconocer las potencialidades de los mecanismos de integración regional que Cuba defiende como uno de los principios medulares de su política exterior.
Nuestras abuelas dirían que cuando algunas puertas se cierran, otras se abren.
En  días de amenazas y sanciones, para Rusia como para Cuba y sus hermanos de Latinoamérica, desde un mismo centro de prepotencia imperial, la Declaración firmada este viernes en Moscú equivale a otra victoria contra el bloqueo.
Y nos enseña que las salidas del cerco pueden estar un poco más cerca. Para eso están los aliados.
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Arleen Rodríguez Derivet
Periodista, editora y conductora cubana. Graduada en 1982 en la Universidad de Oriente, comenzó su carrera como corresponsal de Juventud Rebelde, donde ocupó luego diversos cargos, incluyendo la subdirección y la dirección de 1989 a 1997. (Guantánamo, 1959)

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