Por Jorge Rivas Rodríguez
Nacido en la Isla de la Juventud en el año 1961, Acanda comenzó a incursionar en este género para poder «clasificar en los espacios informativos. Encontré la fórmula cuando me di cuenta de que el público de la isla grande no conocía la isla chiquita (Isla de la Juventud). Con esa premisa hice mis primeras crónicas sobre la isla del tesoro, su fauna, su flora, y sus gentes, con arraigado sentido de insularidad».
Este profesional emprende sus relatos valiéndose de una pequeña y vieja cámara de video que siempre le acompaña. Posteriormente, su amigo y editor Adrián E. Migueles se encarga de adecuar para el breve tiempo de la trasmisión televisual, los proyectos pensados para el NTV, muchos de los cuales devienen valiosas y complementarias lecciones sobre Cuba y su gente, nuestras costumbres e identidad; así como referencia de disímiles acontecimientos y peculiaridades de esta ínsula y de otros países.
Acreedor de disimiles condecoraciones, entre ellas los premios Juan Gualberto Gómez, el Caracol en varias ocasiones, el 26 de Julio, el Patria, el Violeta Casal, el de la Sociedad Antropológica de Cuba, el reconocimiento Gitana Tropical, el Diploma por los 50 años de la Televisión Cubana y el de la Popularidad durante varios años consecutivos, Julio, ciertamente, dispone de poco tiempo libre. Su vida actualmente no solo está entregada a las actividades informativas e investigativas, sino también a la conducción de un esperado espacio de la pequeña pantalla: Entre amigos; la locución durante diez años del informativo Habana Noticiario, del Canal Habana; y la dirección artística de uno de los más emblemáticos centros nocturnos de la capital: el Café Concert El Gato Tuerto, un espacio promotor del feeling y de lo mejor de la cancionística cubana.
Entre sus investigaciones más sobresalientes se encuentran las concernientes a un segmento de la vida de José Martí trasmitidas en la serie televisiva Tras las huellas de la historia —70 capítulos—, donde expuso las experiencias del Héroe Nacional de Cuba durante su estadía en Estados Unidos: «Comencé su filmación en la finca El Abra, en la Isla de la Juventud, y luego recorrí el mundo martiano en otros 10 países», dijo. Le siguieron Somos Cuba —50 capítulos—, memorias extraídas entre gentes humildes del país.
Entre sus trabajos para el NTV se cuentan el de los vínculos entre Rosita Fornés y el simbólico Hotel Nacional, con motivo del cumpleaños 95 de la vedette; el del bicentenario Cementerio de la Recoleta, en el barrio homónimo de Buenos Aires, Argentina, una «belleza que ha inspirado la muerte» y donde reposan los restos de Evita Perón; la visita a la vivienda de Jorge González, un periodista que vive en Cancún, México, y que atesoró durante más de 40 años los negativos sin revelar de las imágenes tomadas por el fotógrafo uruguayo Nacho Grieco al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz durante su visita a ese país; y el recorrido por el lugar donde fueron asesinados los siete estudiantes de medicina, una historia que «necesita ser contada de generación en generación».
Insuperable la crónica inspirada en la participación popular en los funerales del líder histórico Fidel Castro Ruz, con videos y fotos hechos por el pueblo «desde ángulos donde difícilmente llegaría un camarógrafo profesional», que propiciarán que a las nuevas generaciones pueda explicárseles «que sus abuelos, jóvenes ahora, en el 2016 fueron parte de estos días de la historia de Cuba que ya para entonces se enseñará con orgullo en las aulas del futuro».
Vale mencionar entre sus crónicas, además, las que hace poco hizo en diferentes lugares de Mayarí, a algunos de los cuales accedió en mulas. Reportes de valor histórico como el de la batalla librada contra los españoles por Antonio Maceo en San Ulpiano; las soberbias casas de madera de Preston, donde funciona el carro fúnebre más viejo de Cuba, armado por los vecinos en 1934; y la zona donde apareció la Virgen de la Caridad del Cobre, Monumento Nacional prácticamente destruido. Emocionante fue su cariñoso encuentro con Carilda Oliver Labra, la excelsa poetisa matancera, quien despidió la cita con su célebre poema Me desordeno, amor, me desordeno.
Otras particularidades han sido registradas por la cámara de Acanda durante sus recorridos por Francia, Turquía, Finlandia y Japón, los más recientes —ha visitado numerosos países de todos los continentes—, para permitirnos conocer la diversidad del mundo, los sentimientos y emociones de quienes poseen culturas y costumbres diferentes, pero a los que nos une la humanística condición de existir.
Valdría la pena, como excepcional oferta de la televisión cubana, trasmitir una selección de esas crónicas periodísticas, pues la mayoría de ellas constituyen admirables pasajes de la historia, la cultura y la sociedad insulares, en breves minutos, narradas a través del singular estilo comunicativo del también destacado investigador, locutor y director artístico. (Tomado de Cuba sí).