Estamos en plena jornada por el Día de la Prensa Cubana y no viene nada mal hacer un poco de historia y recordar la relación existente entre nuestra celebración, la figura de José Martí y el periódico Patria, fundado por nuestro Apóstol el 14 de marzo de 1892 y entrañablemente unido a la labor del Partido Revolucionario Cubano.
Patria fue la enérgica voz de la emigración cubana en Estados Unidos, contribuyó de modo significativo al logro de la unidad necesaria y a la exaltación del ánimo patriótico.
Bajo la dirección de nuestro Martí, fue un soldado al servicio de la Revolución, parte crucial de la estrategia para organizar y llevar a cabo la guerra necesaria. Por eso —en medio de la férrea vigilancia a que estaba sometido; de la tensión de los preparativos; de los conflictos generados con la partida de los Maceo, Flor Crombet y otros desde Costa Rica e, incluso, ya en plena manigua redentora, sumido en la preocupación de dar forma a la guerra—, Martí nunca dejó de pensar en Patria. Prueba de ello son las indicaciones que con respecto al periódico hacía llegar a sus colaboradores en la dirección del PRC, Gonzalo de Quesada y Benjamín Guerra. De dichas indicaciones mucho podemos y debemos tomar los periodistas de hoy, por lo que el legado de Patria mantiene toda su vigencia.
El 3 de febrero le escribió Martí a Quesada: “No deje caer los hilos levantados”. Y con ello se refería al afán por atraer a los autonomistas y aun a los españoles a las filas de la Revolución. Y remataba: “Y esa nota, un día y otro, —con fe en nuestra obra— […]. Usted hallará modo pintoresco y ferviente de decirlo […] Que vean que eso es esencia, y prédica constante, de nuestra doctrina”.1 De modo que Patria era el vocero de la lucha por la unidad revolucionaria de todos: cubanos de cualquier raza o credo, y españoles asentados en esta tierra, aplatanados. Y ¿acaso no debemos trabajar hoy para mantener la unidad revolucionaria? ¿Acaso no siguen nuestros enemigos de siempre tratando de desunirnos?
Pocos días después, el 26 de febrero, les escribiría a ambos patriotas: “Embellezcan y regularicen a Patria: Muchas noticias ahora […] Un fondo, con las ideas fijadas, vueltas y revueltas: todo lo de Cuba: y siempre una amenidad revolucionaria, biografía o leyenda”.2 Aquí quedan evidenciadas dos ideas claves para nuestra prensa de hoy: aunque las líneas o temas a desarrollar están bien definidos, y han de ser tratados una y otra vez, la forma ha de ser amena, interesante y diversa. La obra periodística también ha de ser bella: el propio Martí y las extraordinarias páginas que nos ha dejado como fruto de su labor en esta profesión son un ejemplo de ello.
Una vez más les escribió el 10 de abril y es precisamente en esta carta, que les envía desde Cabo Haitiano, poco antes de incorporarse a la guerra que ha organizado, donde expresa ideas de total validez para estos tiempos: “De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace, ganémosla a pensamiento. Por eso […] Patria ha de ser ahora un periódico especialmente alto y hermoso”.3
Bien conocía Martí la propaganda enemiga y sabía de la imperiosa necesidad de contrarrestarla: esa necesidad también existe hoy.
Como ya se ha dicho, Patria era parte de la estrategia militar y política trazada por Martí. Por eso, los periodistas de hoy —sea cual sea el medio para el que trabajemos—, continuadores de ese legado, hemos de crear una obra especialmente alta y hermosa, y estar conscientes del significado de nuestra labor en el combate, combate que aunque se desarrolla en otras circunstancias, es también una guerra de ideas y ha de enfrentarse siguiendo los lineamientos trazados por ese hombre genial y extraordinario periodista que es nuestro Héroe Nacional, pues sus criterios acerca de la labor de la prensa mantienen total actualidad.
Notas
1 García Pascual, Luis y E. Moreno: Epistolario martiano, 1895, t. V, Editorial de Ciencias Sociales, 1993, pp. 60-61.
2 Ibídem, p. 82.
3 Ibídem, pp. 152-153.