Rosa María Panadero, aún cuando le faltaban unos días para culminar su reposo, llegó temprano a la redacción del Sierra Maestra. Es una joven que desde que se graduó hace dos años de Periodismo, la ubicaron en el Inder, en la oficina de Propaganda.
Desde entonces colabora con el periódico provincial santiaguero y con el rotativo Jit. De hecho, este medio deportivo, en dos ocasiones la seleccionó como la mejor corresponsal del país.
Hoy cuenta su experiencia en el accidente que sufrió el camión que transportaba a periodistas, atletas y funcionarios del Inder participantes en el cierre de la segunda etapa del V Clásico Ciclístico Baracoa-La Habana y que concluyó con la escalada de La Gran Piedra. Ella estaba allí, aunque a veces crea que fue una pesadilla.
“Fue un susto terrible, yo pensé que me iba a morir, imagínate que es una carretera muy empinada y rodeada de farallones, lo último que recuerdo es que algunos se lograron tirar y cuando yo lo iba a intentar, un golpe en la cabeza me hizo perder el conocimiento.
“Caí como una jabalina monte abajo, cuando me encontraron recobré la memoria aunque estaba un poco mareada, no me monté en la ambulancia hasta que no encontré mi celular, imagínate que ahí estaban las fotos del recorrido y la información periodística; ya me había comprometido con Jorge Matos (periodista santiaguero jefe de la página deportiva del periódico Sierra Maestra) a redactar la información de la “Vuelta”.
“Cuando él llegó al hospital, aún yo estaba medio aturdida, pero le dije: “Toma el celular que ahí está la noticia que te prometí”.
“Gracias a Dios nadie murió y es impresionante como los bomberos y el personal del Sistema de Urgencia Médica (Sium) actuaron inmediatamente con profesionalidad. Dicen que era de noche y todavía estaban allí buscando personas por los peñascos. Y en el hospital provincial enseguida me atendieron y me hicieron los análisis correspondientes por el golpe que me di en la cabeza.”
Rosa no para de hablar, agradece a la vida, a sus santos, a los que la ayudaron, a los que se preocuparon por ella y por los otros accidentados.
Ahora hace bromas sobre lo ocurrido aunque reconoce que fue un momento difícil: “Todos los que íbamos allí volvimos a nacer, fue un susto tremendo, pero el año que viene, vuelvo a la Gran Piedra.”
Yamilé C. Mateo Arañó / Cubaperiodistas