Si alguien regresó insatisfecho a su casa, en Ciego de Ávila, este miércoles 7 de febrero, por no haber dicho lo que piensa, o hasta lo que piensan sus más cercanos colegas, sencillamente fue porque quiso.
Espacio para la buena visión volvió a abrir la asamblea provincial de la Unión de Periodistas de Cuba, en la que más de una veintena de intervenciones “fotografiaron” los signos vitales de la organización en los terrenos profesional, humano y político ideológico, buenos en mi opinión, aun cuando pudiera parecer que alguna golondrina coquetea con un verano totalmente fuera de época para un país como este, inmerso, todo el año, en otro “eterno y cubanísimo verano”.
Lo digo por lo mismo que dije allí; de lo contrario guardaría silenciosa tecla, pues, como la gran mayoría, no acabo de entender que plumas y mentes con probado coeficiente de inteligencia padezcan mareo ante el chillido de sirenas, emitido por los mismos emisores de billetes y fondos para subvertir, confundir, dividir (al gremio y al país) por medio de cursitos en el exterior, premios, becas y otras recetas, cuya intención real, muchas veces confesamente perversa, nada tiene que ver con lo que Fidel alertó desde el inicio mismo de la Revolución: con ella todo, contra ella nada.
Punto y aparte, por tanto. Si lo que se sabe no se pregunta, tampoco es necesario reiterarlo. Aunque… ojo muchachos, la ingenuidad en este campo es mala y a veces se paga cara por hacerle el juego a quien paga.
Sigo, pues, montado en el abierto espacio que aprovechó José Aurelio Paz (de quien años atrás se decía “no tiene paz con nadie”) para decir tremendas verdades —retomadas luego por Félix Duarte Ortega, primer secretario del Partido en la provincia— al evocar la genialidad del nunca extinto Antonio Moltó, pedir más y mejores actividades en la Casa de la Prensa, echar a un lado las campañas a pie de redes y ser más inteligentes en el uso de estas últimas.
Lobo viejo –aunque suele asombrar como uno de los directores más jóvenes de Cuba— Roberto Carlos Delgado Burgos, también del periódico Invasor, se había abierto el pecho en dos tapas para no dejar ni la menor duda acerca de que la cobertura de actos y recorridos, como tal, para nada le interesa al lector; que deben ser más coincidentes las agendas pública y mediática, inteligente prepararnos para formas de gestión económica útiles al medio sin detrimento para su razón de ser, o rescatar los festivales de la prensa.
Por cierto, de aprobarse, Ciego podría ser la primera sede, según ofrecimiento hecho por el propio Félix Duarte y aplaudido por todos.
Oportunidad hubo para llevarse a casa, también, intervenciones como las de Vielka Taño Montejo, de Radio Surco, que tañó (entre otros asuntos) la ética que nunca debe perder el periodista; las sabias meditaciones de Ángel Lorenzo Broche, quien llamó a asegurar con broche de oro la calidad de los programas y espacios actuales, como lógica condición para abrir otros nuevos, o la claridad con que Reina Torres Pérez, directora de la Televisión Avileña, colocó “cartas sobre la mesa”, más allá del programa, con igual nombre, recién nacido para seguir diciendo verdades.
Muy bien (no lo digo yo, lo expresaron aplausos y comentarios post-cierre) las recomendaciones de Rosa Miriam Elizalde, acerca de no ser ingenuos frente a una subversión disfrazada de democracia pero venenosa, confrontativa y peligrosa; Bárbara Doval, con su alerta en torno a cuán bueno es motivar hacia el periodismo desde edades tempranas; Aixa Hevia, halando, junto a Bárbara Betancourt (integrantes, las cuatro, de la presidencia y del Comité Nacional de la Unión de Periodistas de Cuba) a favor de una mayor conectividad en el gremio.
Y, por último: ese mosaico de anécdotas con información y orientaciones a bordo, mediante el cual Enrique Villuendas, funcionario del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido, coincidió con algunas consideraciones de la periodista Katia Siberia García y llamó a que mediten quienes puedan dejar duda acerca de si son ingenuos o si están faltos de firmeza ideológica en una profesión como el periodismo, que requiere total claridad.
Por eso Félix Duarte fue optimista en su resumen, el colectivo de Invasor aplaudió la noticia de que el periódico tendrá un nuevo local, hubo felicitaciones para Julio Juan Leandro y Enrique Nerey, fundadores de la Upec, el corresponsal radiofónico Amador Rodríguez (más de 40 años reportando y aún en cursos de superación), así como para Jorge Luis Delgado Felipe, ratificado al frente de la Upec en la provincia, por medio de una votación que también hizo justicia con los integrantes de la Comisión de Ética y con los delegados a la sesión final del X Congreso, en julio próximo.