COLUMNISTAS

Por no tener un techo, casi 50 mil veteranos de guerras viven en las calles de EE.UU.

Se registran 22 suicidios de veteranos cada día como costo de las guerras y de la marginación al volver al país por el que combatieron

Un hombre de unos treinta y tantos años pide limosna en un tren del metro de Nueva York, bien vestido, con cuidado, buenos zapatos de cuero y una vista tranquila. Soy veterano, estoy pasando por una mala época, lo que puedan cooperar para ayudarme se agradece, repite. Acaba su trayecto de un lado al otro del vagón y está en espera de la próxima estación para pasarse al siguiente vagón. Empieza a hablar en voz alta pero sin gritar, viendo a nadie y a todos, y casi todos simulan no escucharlo ni verlo. Fui a la guerra, fui porque pensaba que era mi responsabilidad hacerlo por los demás, para servir a este país y porque creía en la Constitución. Pausa, ve a su alrededor, y continúa. Uno regresa y le quitan todo, todo. ¿No es una violación de los derechos humanos, de los derechos humanos de veteranos?

Se abren las puertas y entra el sonido de un trío de metales que toca Hello Dolly. Sale el veterano, sin esperar respuestas. Tal vez sabe que no hay.

Unos 2 millones 600 mil estadunidenses (y no pocos inmigrantes) sirvieron a su país en Afganistán e Irak, las guerras más largas en la historia estadunidense, y más de la mitad de ellos padecen problemas de salud física y/o mental, se sienten marginados de la vida civil y opinan que el gobierno no atiende sus necesidades, según una encuesta nacional del Washington Post del año pasado. Casi 50 mil veteranos (incluidos de las guerras más recientes, pero también anteriores como Vietnam), según cálculos oficiales, viven sin techo en las calles de este país, mientras se registran en promedio 22 suicidios de veteranos cada día. Son los costos, en gran medida ocultos, de las guerras proclamadas por políticos y otros vendedores de seguridad nacional, mientras jóvenes son enviados a matar otros jóvenes. y casi nunca hay algún hijo de un político o un empresario en el campo de batalla.

Fuente: La Jornada
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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba