Cuando el sedentarismo sobra y la camaradería arma proyectos para reinventar aquellas pasadas ilusiones de ser gran atleta aparecen ideas de campeonato.
Allende es el billar o el ajedrez, pero en Cuba la pelota se impone incluso entre periodistas ¿Cuál mejor opción que el softbol? La bola blanda era la indicada, en terrenos más pequeños y con reflejos menos entrenados, por tanto los domingos fueron días de franelas desempolvadas para defender el pabellón de la emisora, el rotativo o la agencia.
Y lo que comenzó en La Habana entre barrigudos periodistas tomó forma en los años 90 y se extendió hasta nuestros días, una estela que llegará en la edición 2017 a su decimonovena versión del Campeonato Nacional de Softbol de la Prensa José Luis Valdés Rionda In Memoriam.
Los juegos dominicales tomaron presión y ya en 1993 y 1994 Sagua La Grande, en la provincia de Villa Clara, acogió lo que puede considerarse los embriones de los torneos. Tras esas citas, el softbol entre periodistas llegó a la categoría de nacional en 1995 y 1996, cuando la ciudad de Sancti Spíritus fue la sede por dos ocasiones consecutivas.
De aquellos primeros años lamentablemente no se conservan estadísticas, habría que apelar a la memoria de los participantes para rescatar al menos las denominaciones de los equipos y recordar quién fue el campeón a la postre.
Todavía entonces no eran puramente periodistas los convocados y no faltaba hasta algún ex atleta en las hojas de anotación.
Paulatinamente los esquemas y la organización tomaron mayor perfección. A partir de noviembre de 1997, en Matanzas, aumentaron los representativos, con seis equipos, para un total de 79 jugadores.
Si hoy observamos la hegemonía de los Medios Nacionales debemos aclarar que no siempre las selecciones capitalinas llevaron el mismo nombre.
Fueron monarcas en 1997 y 2001 como Ciudad de La Habana, 1998 y 2000 como Presa Latina (representante como campeón provincial), como La Habana en 2002 y 2003, y como Medios Nacionales desde el 2007 al 2016.
A lo largo de la historia solamente Matanzas, en la edición de Villa Clara 1999, y Granma, entre el 2004 y el 2006 (tricampeones) han podido desbancarlos.
De vuelta al hilo cronológico para 1998 (realizada en San José, hoy Mayabeque) el número de equipos aumentó a siete, con 89 participantes; en 1999 a ocho, con 104; Holguín 2000 descendió a siete y mantuvo similares jugadores (103); y Matanzas 2001 contó con ocho selecciones y 115 periodistas practicantes.
A partir de entonces otros territorios armaron sus decenas y reclamaron a la UPEC su derecho a participar, aumentando los equipos a 10 en Caimito 2002, Villa Clara 2003 y Cerro 2004. En estos tres últimos la cantidad de jugadores se elevó a 150, ya en una época de incremento de la matricula universitaria en las carreras de Periodismo y Comunicación Social, desde donde se gestó la iniciativa de insertar estudiantes en las selecciones.
Los granmense fueron los sorpresivos campeones en el Cerro, sin embargo, hubo una mancha en esa ocasión cuando el debut de Santiago de Cuba se conjugó con su separación temporal a causa de indisciplina.
Un año después el rey exponente, Granma, llevó el campeonato a sus márgenes, Bayamo 2005, donde repitieron la corona entre 12 equipos, ocasión del debut de Las Tunas, comandada desde entonces por Dubler Vázquez.
Por tres años consecutivos los granmenses dejaron con la miel en los labios a los habaneros, porque también en Holguín 2006 consiguieron un espectacular triunfo en la final ante sus antagónicos oponentes, y hasta el 2004 invencibles softbolistas.
Periodistas como Osviel Castro e Ibrahim Sánchez Carrillo le daban con saña a la suave píldora y hacían del nombre de Cañoneros el emblema de los campeones.
Hasta aquí hay lideratos interesantes. Por ejemplo, Aurelio Prieto fue líder de bateo en la cuarta edición, Armando Campuzano de anotadas, Ricardo López Hevia de jonrones en la quinta, al igual que Randy Vasconcelos en la séptima.
Otros colegas como Jesús Hernández, (presidente de la liga por varios años), Osvaldo Cardoza, Reinaldo Fuentes envuelto en mentol, Ángel Cordoví, Raúl López y su melena canosa, Sergio Gómez con su inseparable tabaco, Raidel Gallo, Jorge Álvarez, Maikel Martin y Osmani Hernández Ruiz acapararon lideratos durante este periodo, aunque a partir de entonces la liga se fue rellenando de jóvenes figuras, aumentando la calidad.
Para Holguín 2006 la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana fue la campeona del provincial en la capital, pero no pudo participar como equipo.
Durante ese torneo también hubo un cambio en el reglamento, al reducirse a un estudiante, exclusivamente de la carrera de Periodismo en curso regular diurno. La interpretación del reglamento por parte de los locales holguineros y la no advertencia explícita del origen de sede del estudiante dieron al traste con los dos cupos universitarios, al reclamarse la no inclusión de participantes pertenecientes a las sedes universitarias (en Comunicación Social), en sentido general trabajadores de otros sectores o que en el futuro no tendrían vínculos con los medios.
Para esta ocasión se incorporaron Guantánamo y Camagüey, ocupantes del penúltimo y último puesto respectivamente, dentro de un sistema de todos contra todos a un partido. Los terrenos utilizados fueron el Feliú Leiva 1 y 2, el MININT y la Escuela del Partido.
Luego, Matanzas fue sede por dos ocasiones consecutivas, primero con Cárdenas 2007 y después con la propia urbe principal (con sistema de dos grupos de seis), donde el debutante Ciego de Ávila obtuvo medalla de bronce y se pudieron reincorporar Santiago de Cuba y Pinar del Río. Sin dudas ambas urbes matanceras han sido las mejores sedes históricas.
En ambas citas, los Medios Nacionales se impusieron ante Granma y se llevaron el cetro, gracias a su “arma secreta”, el jugador Carlos Michel Perdomo, un all around jonronero que haría historia en cada uno de los topes venideros.
En el pitcheo también destacaron los ponches del zurdo avileño Eduardo Rodríguez Campanioni quien hizo trizas todas las marcas vigentes de por vida y por temporada. El pitcheo ya estaba duro y bajito.
Después, la tendencia a planificar los torneos en la etapa ciclónica del año provocó la suspensión del campeonato con sede en la Tierra de la Piña, para el 2009, conjugándose con carencias económicas e ideas de la total eliminación de los torneos a causa de su costo.
Los reclamos del gremio y las gestiones con la dirección política del país permitieron que no muriera la llama.
Sin el nombre de “Campeonato” se apostó casi a los tres años y medio del impasse, en diciembre de 2011, por al menos “un pelo del lobo”, al idearse un Taller Nacional con cuatro equipos mixtos, uno por cada zona geográfica: Occidentales, Centrales, Orientales y Ciego de Ávila.
Aunque Occidentales venció en la final a los avileños lo más importante fue la concreción de varias ideas para retomar un tradicional evento que se consagra como el segundo en importancia después del congreso de la UPEC.
Ya en la edición de Villa Clara 2013 hubo recortes, aunque sin la correcta notificación, con la eliminación de la asistencia de Camagüey y Guantánamo.
Algunos de sus integrantes participaron por otras provincias e incluso hubo híbridos entre pinareños y guantanameros, Pin-Guan, y entre Mayabeque y Artemisa (las nuevas provincias), Vaqueros, en un torneo afectado por lluvia y que también tuvo insólita definición antes de tiempo, sin celebración de final.
Diez años después de su última sede Holguín repitió, con un sistema de dos grupos, y llegó con gran favoritismo a la semifinal, tras arrasar en la etapa eliminatoria, pero fue condenado a eliminarse en semifinales contra Medios Nacionales, a la postre campeón.
La proeza la protagonizó Las Tunas, al finiquitar en el pase a los Vaqueros, así que a pesar de ceder los colegas del balcón oriental por nockout ante los Medios Nacionales en el estadio Calixto García, la medalla de plata supo a oro.
Ciego de Ávila al fin pudo ser sede en el 2015, luego de no poder acoger en el 2009 y hacer un discreto intento en el 2012. Los terrenos utilizados fueron la Escuela Nacional de Softbol, Vicente, Los Maristas, y el CVD Deportivo, en un sistema de dos grupos con un partido entre cada equipo. Aquí también hubo un debutante, Isla de la Juventud, se ausentó un histórico como Villa Clara y los juegos de los otrora campeones granmenses fueron decretados for feit en su contra, una lamentable sanción que los apartará de la fiesta por dos temporadas.
Mayabeque 2016 fue la última sede, donde a pesar de una inusitada resistencia los Medios Nacionales volvieron a vencer.
Nunca antes se vieron amenazados por tantos equipos, pues Las Tunas y Camagüey les arrancaron juegos con espectaculares remontadas.
Holguín totalmente renovado coquetea con las medallas, Sancti Spíritus tuvo en el pitcher Maikel Martín a su mejor arma y los Vaqueros con su plata hicieron olvidar su pálido desempeño del año anterior.
Hasta la Tierra de los Tinajones se moverá el softbol este septiembre. Será una sede de estreno absoluto, merecida tras el salto de un equipo que pasó del penúltimo puesto a un tercero.
Villa Clara e Isla de la Juventud retornan, y junto a Vaqueros, Sancti Spíritus, Medios Nacionales, Las Tunas, Holguín y los anfitriones componen la octogonal para definir si la selección capitalina mantiene su dominio de trofeos o hay interesantes cambios en el podio.
Así es en apretada síntesis parte del devenir histórico del softbol de la prensa. Podría hablarse de los veteranos que todavía se mantienen, de los novatos que ya peinan canas, de pioneros de las redacciones y de los records.
Al libro de la bola fofa le quedan muchos reportajes y crónicas.
Oreidis Pimentel Pérez
Por allá al principio de la decada de los años 80 se desarrollaron en Sagua la Grande, Villa Clara, varios torneos de la prensa, sin el nivel de organización actual, pero mucho antes de estas fechas que aquí se citan. Fueron participantes Danylo Sirio, Modesto Agüero, José Antonio Fulgueiras y otros muchos más.