Jornadas de agenda apretada vivió la prensa cubana la última semana. Periodistas, camarógrafos, fotorreporteros y personal de apoyo de los medios nacionales, radicados en la capital cubana, fueron testigos de primera mano de las sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, tanto en las Comisiones como en plenario.
Cerca de 200 profesionales cambiaron sus rutinas productivas. Cada seis meses o en convocatoria extraordinaria, la Asamblea altera esa rutina y obliga a replantearse las estrategias de comunicación en cada medio de prensa.
Los debates que se sucedieron en las diez comisiones de trabajo del Parlamento cubano ocuparon titulares en los diferentes formatos en que se subdivide el mundo actual de la comunicación.
Cada análisis, en las comisiones o sesiones plenarias, ocupó un espacio preponderante en la radio, la televisión, los periódicos, las páginas web y las redes sociales. Estas dos últimas se convirtieron en el escenario donde el pueblo opinó de manera inmediata sobre los diferentes tópicos abordados por los diputados.
Los temas analizados se convierten en agenda mediática y se retroalimentan de la agenda pública. Son un reflejo de la sociedad cubana y las transformaciones que en esta se suceden.
Nuevos términos como comunicación social, gobierno electrónico, redes sociales, sitios web, interacción con el elector, se hacen común en el lenguaje de los diputados. Ninguno quiere quedarse detrás en la tarea de informar a sus electores desde las nuevas concepciones de la comunicación.
Un ejemplo del trabajo de la prensa en este escenario lo constituye el periódico Granma, el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba. Ellos traen consigo a un equipo de periodistas para reportar los pormenores de las sesiones de trabajo de la Asamblea Nacional. Tienen la responsabilidad de preparar contenidos para la edición del diario impreso, para Granma Internacional, el sitio web y las redes sociales.
Karina Marrón, subdirectora de Granma, considera que la Asamblea está en la avanzada al llevar los temas de gobierno a las redes sociales y con su ejemplo contagiar a algunos gobiernos provinciales, municipales y ministerios, porque lo importante es que se comprenda que ese espacio es para dialogar con los ciudadanos, recibir quejas, sugerencias y opiniones.
“Un buen ejemplo de esta sesión fue la Ley de Aguas Terrestres para la cual la población opinó mediante cartas, correos y contenidos de las redes. Mientras más estemos en internet con estos elementos del gobierno será mejor. No debe haber una ley en Cuba que no pase por el escrutinio del pueblo para que la gente opine y decida sobre el futuro del país”, consideró Karina.
