El colega Juan Manuel Navarro Escobedo , periodista de pura cepa y veterano corresponsal de la Agencia Latinoamericana Prensa Latina, falleció en la capital a la edad de 78 años.
Laboró como periodista en las emisoras CMQ, Radio Rebelde, Radio Progreso y La Voz de Cuba, muchas veces en cargos de dirección, y luego ingresó en Prensa Latina en 1969, donde permaneció hasta su jubilación en 2012.
Navarro, tal como era llamado por sus colegas, se desempeñó en Prensa Latina como editor, jefe de redacciones periodísticas, enviado especial a coberturas en Uruguay, Argentina y Costa Rica, entre otros países, además de fungir como corresponsal de la Agencia en Checoslovaquia, China, Corea, Japón, Polonia, India y Vietnam.
Formador de varias generaciones de periodistas en Prensa Latina, donde sus compañeros le consideraban “tremendo personaje” por su carácter jaranero y su proverbial desenfado para la polémica, Juan Manuel Navarro Escobedo, había nacido en Camagüey, el 29 de agosto de 1937.
En 1954 comenzó a trabajar en la emisora Radio Cuba en territorio agramontino, la cual fue clausurada por la tiranía de Batista. Luego del triunfo de la Revolución ejerció el periodismo en la emisora La Voz del INRA y la CMJK, Voz del Camagüeyano.
Colaboró con el Movimiento 26 de Julio en la lucha contra la tiranía de Batista en su provincia natal y, a partir del triunfo revolucionario, pasó varias escuelas sindicales, políticas y militares hasta que en 1965, ingresó en la Universidad de La Habana, donde se graduó como Licenciado en Periodismo en 1969.
Estudió también Derecho Internacional Público e idioma Inglés.
Su pródiga vida política le llevó a integrar las filas del PURS en 1963 y posteriormente las del Partido Comunista de Cuba, hasta su muerte. De su ejemplaridad y militancia dan fe también las múltiples movilizaciones, trabajos voluntarios y tareas de la defensa de la patria en las que tomó parte.
Por su trayectoria fue merecedor de varias distinciones otorgadas por la Upec, como la “Félix Elmuza”, el sello “Juan Gualberto Gómez, así como ostentaba la condecoración “Luis Martirena”, la distinción “Raúl Gómez García” y el Sello del Laureado, ambos entregados por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura.
Hasta su jubilación fue un abnegado trabajador de Prensa Latina y un profesional que latió al ritmo de los acontecimientos internacionales sin escatimar esfuerzos.
Dejó un ejemplo de fidelidad al periodismo, de consagración al trabajo y de profesionalidad. Su trayectoria constituye un legado para los jóvenes periodistas cubanos.
Ya en las redes sociales sus amigos vierten sentimientos de cariño y admiración como este que escribió Charly Morales: Adiós al – y cito palabras de Navarro- “mejor periodista de Prensa Latina”, berrinchoso y todo.
Llegue a familiares y colegas, el más sentido pésame de la Unión de Periodistas de Cuba, su Presidencia y Comité Nacional.
(Con información de la Redacción de PL)