En medio del calor insoportable de aquella guagua rumbo a La Habana, y de las largas 18 horas que nos separaban de la acreditación al II Encuentro de Jóvenes Periodistas, Gretchen Gómez González nos hizo reír con el cuento de la vez en que se le fue el avión, cuando iba a un viaje de trabajo al extranjero.
La recuerdo durante mis años universitarios, al frente de la FEU y corriendo para entregar los trabajos; haciendo carteles para la Marcha de Reafirmación Revolucionaria que realiza la Universidad de Oriente cada año para celebrar su aniversario.
Pienso en aquella conversación que tuvimos en un evento de Preparación para la Defensa, esperando a que dieran los premios. Me contaba de su año en la Frontera, cuando pasó el Servicio Militar de manera voluntaria. Y le dije que estaba loca, que cómo iba a querer estar allí en medio de tantos hombres y pasando trabajo. A ella esa etapa le pareció una “tremenda oportunidad para conocer la vida militar, que es de disciplina, de rigores”.
“Aproveché para leer, allí hay una biblioteca de libros de Historia y diarios de campaña”- comenta ahora, cuatro años después. “Fue un período de crecimiento, y de aprender a vivir en condiciones extremas, porque los rigores de la vida militar te hacen crecer. Yo creo que Guantánamo me permitió saber que tenemos que luchar para que ese pedazo vuelva a ser de Cuba. A uno le llena de mucha conmoción cuando estás en la posta, haciendo la guardia, y ves que hay un marín yanqui, de los que han intervenido otros países, en un pedazo del tuyo”.
Muchos en la carrera pensábamos que Gretchen llevaba un gen de dirigente incorporado, porque desde que era niña estuvo al frente de colectivos pioneriles, luego fue presidenta de la FEEM municipal en Santiago, y en la Universidad asumió también esa tarea en la FEU del centro. “Esa fue una época dura, porque pasó el huracán Sandy. Ahora uno ve la ciudad muy diferente, pero cuando amaneció aquel día y vimos todo destrozado, pensamos que pasarían años para que la Universidad se recuperara. El Consejo de la FEU sumó a todos los que tuviesen la disposición, y nos pusimos a trabajar para poder reanudar las clases”.
“Luego en el Congreso de la FEU me eligieron como Miembro del Secretariado Nacional, me fui para La Habana y después vine para acá, a poner en práctica todo lo que aprendí para ser periodista. Ahora estamos sacando adelante el Club de Jóvenes, por nosotros mismos, porque es una deuda que nos quedaría de no hacer más por la sociedad, de no aportar lo que podamos después de haber recibido tanto”.
– ¿Y cómo desarrollas tu trabajo en la Asamblea Nacional?
– Yo era dirigente de la FEU cuando se hicieron las elecciones. Esa es otra característica de nuestro sistema político: que brinda la oportunidad a que los dirigentes juveniles participemos en el máximo órgano de gobierno que tiene el país. Así llegó… se aprobó en un pleno estudiantil, se llevó la propuesta a la Circunscripción, y los vecinos votaron.
“Y ahí estaba yo, sin saber bien lo que era ser Diputada. Se han dado diplomados; yo creo que hemos granado en preparación, para ejercer esa responsabilidad con más conciencia de todo lo que entraña. Se ha iniciado un proceso de fiscalización mucho más riguroso, para aportar a las decisiones que toman los organismos, y también ser los ojos que alertan sobre las dificultades que pueden tener. También se incluye la participación en la discusión de las últimas leyes, que han supuesto mucha responsabilidad”.
-¿Qué edad tenías entonces?
– Aproximadamente unos 21 años, estaba en tercer año, era muy joven.
– ¿Qué medio de comunicación te atrae más?
– Cada vez que hacía las prácticas en un medio, me enamoraba de él: en el periódico me sentí muy bien, luego en la radio me parecía que el lenguaje era maravilloso, al crear imágenes con sonido. Después en la televisión pensé que estaba todo mezclado, y en Hipermedia aquello se magnificaba, porque lo podían ver más personas.
“Cuando me gradué me ubicaron en la Agencia Cubana de Noticias, una oportunidad para iniciarme profesionalmente, porque en la carrera apenas tuve contacto con este medio. La agencia tiene la ventaja de crear el texto, y enviarlo a otros medios. Se abrió la posibilidad de que la radio publique nuestros trabajos; también producimos para la televisión, y está la parte hipermedial”.
“Es un medio completo, que trabaja con una dinámica ágil. Pudimos probarlo en situaciones de contingencia, cuando la situación sísmica anómala, los preparativos para el Huracán Matthew, las honras fúnebres del Comandante… Hemos vivido momentos que han exigido de un máximo de esfuerzo, de hacer un mejor periodismo, más a lo que la gente espera del gremio”.
-Como miembro y presidenta del Club de Jóvenes, y participante en el Congreso de la FELAP, ¿qué piensas que podemos y debemos hacer los jóvenes para mejorar el periodismo cubano?
– Creo que nos toca ser conscientes de la inmensa responsabilidad que tenemos con nuestra historia, con la vida de once millones de cubanos incidida por esta Revolución. Nos toca seguir construyendo esa obra, que implica romper con viejos esquemas que no son funcionales, con inercias dañinas, con apatías que laceran las ganas de hacer de algunos, con todo lo que no nos lleve a poner todas nuestras energías de hacer de nuestra sociedad un mejor lugar.
“Nuestro periodismo debe darles más espacio a las personas. Tenemos que preocuparnos por aquellas cosas que a la gente también le preocupa, colocar en manos de los decisores la información oportuna, para alertar, contribuir al consenso necesario. En fin, tenemos que hacer…”