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Invasor “retrocede” en su política editorial

Encuentro en la Universidad Máximo Gómez Báez, de Ciego de Avial  (Foto: NDM)
Encuentro en la Universidad Máximo Gómez Báez, de Ciego de Avial (Foto: NDM)

Este sábado hicimos de la excusa lo que suele hacerse: aprovecharla; y los poquitísimos  hacedores de Invasor nos inventamos un nuevo periódico en diseño, estilo y contenido. Le dijimos a los lectores que era por el 4 de abril, y aunque siendo honestos no podríamos sostener que mentimos, tampoco dijimos todo la verdad. ¿Manipulamos?, no lo creemos o, al menos, no de forma intencionada porque rejuvenecer un periódico debe ser afán diario y no motivo de aniversarios; y nosotros usamos la fecha como punto de partida, no como punto y final.

De modo que justificamos la iniciativa con un editorial donde, a grosso modo, nos culpamos por no hacerlo antes y nos exoneramos por no hacerlo más tarde. La edición fue fácil, pues en sus redacciones hasta los más viejos “de profesión” “maduran” solo cuando les conviene y, en esencia, el periódico fue hecho por jóvenes y para jóvenes; por eso “retrocedimos” en la edad de una política editorial basada en temas que pudieran interesarle, también a la juventud cubana, pero no exclusivamente a ella.

Muestra de una de las páginas de la edición impresa de Invasor
Muestra de una de las páginas de la edición impresa de Invasor, el periódico de la provincia de Ciego de Avila

Y justamente ahí se nos dio el primer conflicto de intereses, como todo buen periódico que somos: ¿Escribimos lo que ellos quieren leer o lo que nosotros queremos que lean? Han de suponer que hicimos lo que hacen todos los medios del mundo (o todos los que se venden en dinero, pero no en intereses), buscamos la conciliación y nos quedamos en el medio. Realizamos una edición especial donde, salvo la prominencia de la visita de Miguel Díaz- Canel Bermúdez, primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, obviamos en la versión impresa el acontecer de nuestra provincia, y ofrecimos contenidos juveniles y atractivos, premiados de mensajes que nos interesaba “colar”.

Abordamos, desde la visión contemporánea del muchacho que dedica mucho de su tiempo a las nuevas tecnologías y es incomprendido por los analógicos que, a su vez, son incomprendidos por el muchacho; la rebeldía que corre por las venas de la nación; la síntesis “biográfica” de cinco jóvenes escapaos que no caben en un periódico; el proyecto de país que ensayan jóvenes desde diferentes contextos, el religioso, el militar, el campesino, el homosexual, el magisterio, el deportivo , el directivo, el estudiantil…; hasta los sacrificios por alcanzar la gloria deportiva; la farándula que se mueve en esta provincia, y las estadísticas que descubren a nuestra juventud.

Integrantes del colectivo de Invasor de visita al central azucarero
Integrantes del colectivo de Invasor de visita al central azucarero

Todo, en una edición que no se repetirá enteramente, pero que nos valió el ensayo para despertar temáticas dormidas en las agendas públicas y que, en lo adelante, sin dudas estarán más presentes. Y como el único modo de saber el impacto e nuestras páginas es dialogando con nuestros lectores, nos fuimos hasta la Universidad Máximo Gómez Báez para conversar  con jóvenes que ya nos habían ojeado o linkeado y otros que lo hacían por primera vez. Según ellos, la edición le hizo honor a su nombre, “especial” y solo desean un poco más de interactividad en los contenidos.

No conformes, al día siguiente, nos fuimos a un escenario no tan joven porque ya sobrepasa la centuria y, sin periódicos a mano, fuimos a aprender de la gente que hace azúcar y no siempre logramos traducir en nuestras páginas. Fuimos al Central Ciro Redondo sumando a una representación juvenil de cada medio de comunicación de la provincia para celebrar un 4 de abril de aniversarios y aprender de una molienda histórica que hoy carga sobre sus hombros al  municipio homónimo: el 70 por ciento del impuesto que abonan las industrias de ese territorio para el desarrollo local sale de la chimenea del central, demasiado importante como para que lo obvien, incluso, los que amanecen en los hoteles de la Cayería.

Los jóvenes de Invasor (que hemos decidido ser todos) andan complacidos con estas joviales iniciativas. Tanto así que  hasta nos ha dado por publicarlo.

Por Katia Siberia / Invasor

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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba

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