Por Gisselle Morales Rodríguez, Premio Nacional de Periodismo “Juan Gualberto Gómez” 2017, por la obra del año
Te conceden un premio que sinceramente no esperas y te conmueven las mil y una llamadas, los mil y un mensajes al móvil, los mil y un parabienes en facebook.
Te vas a Santiago de Cuba y lo celebras por allá con la gente de Escambray, la gente a la que se lo debes todo, la que te hace levantarte cada día confiando en que puedes conquistar el mundo.
Luego regresas, todavía obnubilada, y metes el pie en un desnivel de la acera, de donde lo sacas con un esguince en toda regla —“egixe”, le decías de niña—.
Y es entonces cuando realmente te conmueves, cuando el teléfono no deja de sonar y las visitas suben cinco pisos solo para verte y los amigos se brindan para lo que sea.
Ese es el mejor premio de todos: los amigos, que están más en las malas que en las buenas.
(Tomado del blog Cuba profunda)