Ser periodista, ser Quijote, es el título del nuevo libro del periodista, escritor y poeta santiaguero Reinaldo Cedeño Pineda, quien lo presentará en la Universidad de Oriente, centro donde se formó, el próximo 13 de marzo.
Cedeño es autor de varios libros (este es el décimo) y ha sido merecedor de premios en concursos nacionales e internacionales. Artículos, entrevistas y poemas de su autoría aparecen en publicaciones cubanas y de otros países.
Cubaperiodistas contactó con el colega y él accedió a contestar un breve cuestionario sobre su libro y los proyectos que tiene para este año.
¿En qué se basa el libro, en historias de periodistas o en experiencias personales de trabajos?
El libro Ser periodista, ser Quijote es un intento de sintetizar algunos aspectos de mi trabajo como periodista por más de un cuarto de siglo. Si ve la luz es gracias al esfuerzo y la confianza del Proyecto de Promoción Literaria Claustrofobias y a la Universidad de Oriente, donde me formé. Lo dedico a los 70 años de su fundación. Es mi décimo libro y mi primera experiencia en el formato digital. Así lo quise para probar, para dialogar con más personas, para romper las limitantes de las ediciones impresas.
Es un volumen breve de párrafos cortos, tal vez es un esbozo; pero no debía esperar más. La vida también es breve. Toma experiencias profesionales y humanas que quiero compartir, que tal vez sean útiles, que me han ayudado a crecer ante las dificultades. Escribo sobre lo cercano porque es lo que más conozco, y presumo que, aunque parto de esas intimidades, muchos caminos tal vez se entrecrucen con los de mis colegas.
¿Qué priorizas en esta obra, la teoría o la práctica?
Parto desde la práctica, sin olvidar la teoría. Modestamente aporto mis ideas, sin alardes; pero con sinceridad. Un periodista ha de tener muy claros sus conceptos, aquellos que les sirve la academia y los que perfila o deroga en su andar.
En el título de cada capítulo hay un intento por definir. Ellos son: “Ser periodista”, “Periodismo cultural es criterio”, “Cronicar es salvar” y “Entrevistar es tocar”. Incluye también algunas crónicas. Varios temas toman como base conferencias que he impartido en diversos escenarios.
Desde mi primera vez me interesó reflexionar sobre lo que hacía, sobre que vías resultaban más efectivas, sobre cómo dialogar con las subjetividades con las que uno se enfrenta a diario, sobre cómo tocar a los públicos. De eso va Ser periodista, ser Quijote, que se inspira en una frase martiana “A puerta sorda hay que dar martillazo mayor”.
¿Cómo ves hoy el periodismo cubano? ¿Cuáles son sus fortalezas y debilidades?
Es una pregunta tremenda, que solo te puedo responder desde mi condición de periodista de a pie, del que hace periodismo todos los días. La mayoría de mis colegas son gente honrada, gente esforzada que ama a su país, que hacen la difícil novela de la cotidianidad. Esa es, en mi criterio, la mayor fortaleza.
El periodismo me ha brindado, y espero me siga brindando, momentos espirituales inolvidables. Siento que mi país me abraza cada vez que me abraza una persona honrada, una persona a la que he justipreciado su esfuerzo. Soy también defensor de la memoria de las cosas. No me veo, por ejemplo, publicando sobre la vida privada de nadie, como he visto y leído en medios de otras partes de este universo.
Sin embargo, faltan muchas historias de vida que contar, latidos que compartir, realidades que tocar. Subsiste todavía mucho artículo patriotero, con más deseos que argumentos. Se pierde mucho espacio reseñando eventos que empiezan o terminan, sin meterse en otras honduras.
También el periodismo cubano ha de enfrentarse al llevado y traído secretismo, a las burocracias, a mentes que estremecer, a una irrisoria compensación económica hacia un trabajo que demanda tanto esfuerzo y responsabilidad. La ética de un periodista cubano hunde sus raíces, en primera y última instancia, en el compromiso con su gente, con sus fulgores y también con sus angustias.
Cedeño ¿dejará de ser poeta o es solo un esbozo para reencontrarse con la profesión que te cautivó desde hace muchos años?
Soy de puentes más que de trincheras. Es cemento estéril el que se emplea en levantar muros entre periodismo y literatura. Yo escribo sin etiquetas preconcebidas. Hay novelas espantosas y crónicas increíbles, y viceversa. La poesía no es solo el verso. Si soy periodista es porque amo la poesía y lo que más me interesa son las personas.
¿Qué planes literarios tienes para este 2017?
Tengo un libro inédito de poesía que ganó mención en 2015 en el concurso nacional Paco Mir, de la Isla de la Juventud. Espero tener suerte y publicarlo, aunque soy muy temeroso de la poesía, la respeto mucho. Hay una posible reedición de “Poemas del lente”, libro que ganó en 2011 el concurso Hermanos Loynaz. Y por supuesto, organizar el VI Concurso Caridad Pineda In Memoriam de Promoción de la Lectura.
En proceso editorial se encuentra el volumen “Las pequeñas palabras” (crónicas), que viene a ser una suerte de continuación de El hueso en el papel, publicado en 2011 por la Editorial Oriente. Será una alegría tenerlo. Han reeditado La noche más larga. Memorias del huracán Sandy (Ediciones Santiago) libro que sufrí y del cual hice la selección, el prólogo y las notas. Qué bueno, porque muchos lo quieren y no lo tienen.
He escrito mucho en los últimos tiempos. Escribir me salva. Y tengo otros planes que me voy repitiendo bajito, como recomendaba mi abuela, para que se me den.