“A los jóvenes: ¡Afínquense y sueñen!, que el que no sueña no llega”, manifestó Mercedes Ibarra Ibáñez, bisnieta del periodista y patriota Juan Gualberto Gómez tras la peregrinación a la tumba del héroe en el Cementerio de Colón, como parte de la jornada de festejos por el Día de la Prensa Cubana –a celebrarse el próximo 14 de marzo-.
Ibarra Ibáñez compartió que a través de los medios siguió lo ocurrido en el II Encuentro de Jóvenes Periodistas, acontecido en La Habana del 6 al 8 de febrero pasados, y en el que se debatió sobre el contexto de la profesión en el país y se ofrecieron propuestas encaminadas a solucionar los frenos que la embridan.
“Sé que llegaron a conclusiones maravillosas: su periodismo tiene que ser ético, sin ética no hay nada en este vida; tiene que ser crítico, pero una crítica constructiva y que llegue donde haya que llegar; ciento por ciento profesional y con una gran preparación para responder a cualquier pregunta insidiosa; y sobre todo, comprometido con la Revolución”, agregó.
Cada cinco de marzo, fecha del deceso de Juan Gualberto, los periodistas cubanos se reúnen ante el sepulcro que cobija sus restos mortales para evocar su pluma fustigadora e incisiva contra los gobiernos que pretendían devorar a la Mayor de las Antillas; y recordar a quien desde la profesión combatió la esclavitud y el colonialismo.
Igualmente, para rememorar la consistencia de su espíritu patriótico; la valentía y genialidad intelectual de quien en los escenarios complejos de la tregua fecunda fundó órganos de prensa que pelearan en el campo de las ideas.
También, se rindió homenaje al Comandante Hugo Chávez en el cuarto aniversario de su desaparición física.
Estuvieron presentes en la conmemoración Joel Suárez Pellé, jefe del departamento ideológico del Comité Central del PCC; Antonio Moltó Martorell, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba; Nereida López Labrada, secretaria general del Sindicato de Trabajadores de la Cultura; así como colegas y Premios Nacionales de Periodismo José Martí por la obra de la vida.
Palabras de Raúl Escalona Abella, estudiante de primer año de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, ante el sepulcro de Juan Gualberto Gómez, tras la peregrinación que tuvo lugar este cinco de marzo –fecha de su deceso- a la tumba del periodista y patriota.
Compañeros y compañeras, periodistas, cubanos todos:
El alma de la Patria acompaña hoy a esta pequeña congregación que superó la ventisca dominical para arribar a este sanctasanctórum del periodismo cubano donde descansan los restos de lo que una vez fue el venerable matancero Juan Gualberto Gómez Ferrer. En esta jornada arribamos cargados de puro sentir cubano al recordar con la presente peregrinación el 84 aniversario del deceso del hombre que Martí consideró como su hermano negro.
Nació libre de vientre esclavo y, consecuente con su estado social, elevó el concepto de la libertad hasta los más altos vuelos en la lucha por liberar a su Patria del yugo colonial. De cerca vivió la Comuna de París, experiencia que le aportó a su caudal de ideas, principios y concepciones que consolidaron su pensamiento revolucionario.
Protagonista junto a Antonio López Coloma del alzamiento de La Ignacia, cerca de Ibarra el 24 de febrero de 1895, acción que puso en pie de lucha, aunque durante poco tiempo, a la provincia de Matanzas. Firme opositor al primer gobierno de la república y público acusador de la Enmienda Platt, su destacada e intachable trayectoria lo convierten en uno de los más relevantes defensores del ideal de justicia e igualdad dentro de la intelectualidad de la época.
La República reclina el rostro y venera con devoción la labor de este espléndido hombre, brillante periodista y digno patriota. La peregrinación es más que el sencillo caminar hasta aquí y apostarnos ante el polvo de un muerto; hay una trascendencia en lo que hacemos ante el sagrado sitio. Hoy hilvanamos la tradición patriótica mediante una de las más grandes expresiones de bondad que las postreras generaciones pueden tener con un hombre: el recuerdo.
La nación vive hoy momentos difíciles, muchas cosas convergen en nuestra sociedad cubana actual y en medio de esta compleja vorágine que a cada uno de nosotros atrapa, está el periodismo cubano. Estos actos constituyen la base para asegurar a la República un futuro próspero. El recuerdo de los grandes hombres del pasado es consagración del presente y cimiento sobre el que han de alzarse un futuro certero.
Cuba nos lanza un reclamo justo por no ser decorosos herederos de una gloriosa historia. Estudiemos el pasado de nuestra nación, colegas: sangre y fuego hemos conquistado. Regresar no es opción, los estudiantes de periodismo de primer año, a los que represento en estas modestas palabras, estamos conscientes de ello. Nuestro reto es prepararnos para alzar un diarismo digno de los tiempos que corren, que responda al pueblo dadivoso de Fidel, que sea cubano como el Cauto, aguerrido como los jinetes de Agramonte y ético como el Apóstol. Paradigmas nos sobran; estamos ante uno de ellos. Seamos decorosos como la peregrinación constante del espíritu a las grutas donde habita el corazón de la Patria y gozan del descanso eterno hombres como el buen Juan Gualberto.
No debe ser cinco de marzo ni doce de julio para recordar al buen héroe. Cada día debemos construir la realidad que nuestro pueblo merece. ¡Qué nuestras palmas sean las plumas con las que redactemos el futuro próspero y culto de la República! ¡Qué la Patria perdone a los que la traicionan con el olvido de sus hijos más honrosos!
