Repartiendo dardos envenenados contra la Revolución Bolivariana de Venezuela, la televisora CNN encabeza la campaña que quiere cercar mediáticamente al gobierno del presidente Nicolás Maduro, usando calumnias desestabilizadoras, esta vez contra el vicepresidente Tarek El Aissami.
Contra la Venezuela que ha resistido y resiste los más despiadados embates de una oligarquía local dirigida desde Miami, se mueven los más aberrantes tejidos mediáticos de quienes acompañan y aúpan a los que organizan “guarismas” desestabilizadoras; los que dirigen una guerra económica de corte mayor, o los que usan los medios de comunicación de los que son dueños, para intrigar internamente y enrarecer el clima fronterizo con naciones vecinas.
Coincidentemente con la arremetida mediática de CNN contra el vicepresidente venezolano Tarek El Aissami con falsas acusaciones, varios de los más conocidos elementos de la mafia cubano-americana de Miami, léase Ileana Ros-Lehtinen, Robert Menéndez, Marco Rubio, Mario Díaz Balart y otros, enviaron una carta al presidente Donald Trump para solicitar “mano más dura” contra Venezuela, a la vez que en su embestida acusaban al dirigente bolivariano de vínculos con el narcotráfico.
La CNN, propiedad hace algún tiempo de Time Warner, es el tercer conglomerado mundial de medios de comunicación y entretenimiento del mundo, a su vez propiedad del gigantesco pulpo AT&T, con multimillonarias ganancias anuales.
Es muy conocida su conducta nada ética cuando ha enfilado su poder mediático contra gobiernos progresistas y revolucionarios de América Latina, como ha sido el caso de sus campañas contra Rafael Correa, en Ecuador; Evo Morales, en Bolivia; Cristina Fernández de Kirchner, en Argentina y Dilma Rousseff, en Brasil, por solo mencionar algunas de sus más recientes acciones.
En las últimas semanas, también ha estado CNN apegada a otros medios locales en Ecuador y España y a la tristemente célebre Sociedad Interamericana de Prensa, usando sus dardos envenenados contra Lenín Moreno, aspirante a la presidencia ecuatoriana por la agrupación Alianza País, que, de conquistar la victoria, sería dar continuidad a la Revolución Ciudadana que ha encabezado Rafael Correa.
Ante tamañas campañas desestabilizadoras y calumniosas contra la Venezuela Bolivariana y su presidente Nicolás Maduro, el periodismo ético, comprometido con la verdad y con el destino de nuestros pueblos, debe estar alerta y denunciar cada acción de la CNN y otros componentes del conglomerado que solo sirve a los intereses del dinero, que generalmente reciben— y en grandes cantidades— de los oligarcas o los grupos de la más extrema contrarrevolución anclados en la guarida mafiosa de Miami.
Nuestro periodismo y nuestros periodistas no podemos ni debemos ser entes indiferentes o actuar a la defensiva ante las burdas provocaciones del poder mediático mayor.
Tenemos que actuar con la verdad y emprender una ofensiva contra los que reciben grandes salarios por decir grandes mentiras.
Solo así, ya cercanos al aniversario del día en que Martí fundó el periódico Patria para defender a nuestro pueblo, estaríamos cumpliendo con el sagrado y ético deber de ser periodistas.
Presidencia Nacional de la Unión de Periodistas de Cuba
La Habana, 21 de febrero de 2017