Sorprendida, es la palabra justa para calificar el estado de ánimo que provocó, la noticia transmitida por un espacio informativo, que cada mañana sale al aire por las ondas de una emisora nacional, que escuchó Alina Pérez Hernández, directora del museo municipal, Carlos Baliño, de Guanajay.
Según nos comentó, en el programa se brindaba una información detallada del monumento erigido a Carlos Baliño, aquí en el pueblo donde siempre dijo que había nacido.
No es la primera vez que sucede, lamentó y agregó: “en ese mismo espacio y emisora el año pasado, cuando lo escuché me comuniqué con el Departamento Informativo y aclaré que en Guanajay no existe monumento, busto ni estatuas dedicadas a recordar al revolucionario y periodista, participante en la fundación del Partido Revolucionario Cubano creado por José Martí, para organizar y dirigir la Guerra Necesaria y posteriormente junto a Julio Antonio Mella, en el primer Partido Comunista de Cuba, parece que no se tomó nota, y lo volvieron a repetir’.
Sin ánimo de justificar el error es importante reconocer que desde hace mucho tiempo los hijos de este pueblo han deseado ver reflejada la imagen de una de las personalidades más destacadas de la historia y la cultura de Cuba, en una obra de arte pública a la que se tenga acceso.
Fue en los años 2003-2004, en los que más fuerza alcanzó ese deseo, incluso el diario Juventud Rebelde, se hizo eco de los avances del proyecto y publicó una entrevista con el título Monumento para un patriota, el día 13 de febrero de 2004, del periodista Luis Hernández Serrano, al escultor Lázaro Navarrete, profesor de esa especialidad en la Academia San Alejandro, autor del proyecto y al entonces director del museo, Enrique Figueroa, en la que expusieron las características de la obra, con lujo de detalles.
Además, en el trabajo se recogen criterios favorables del Departamento de Escultura Monumentaria, del Centro Provincial de Patrimonio, de la entonces provincia de La Habana, a la que perteneció Guanajay. El entusiasmo llegó hasta las escuelas y centros laborales que se dedicaron a recoger piezas de bronce para contribuir al fundido de la obra. Pero todo quedó ahí.
‘No me interesó, para recordarlo hacer algo original, sino su permanencia. su perpetuidad, su tradición revolucionaria, por eso concebí un clásico pedestal coronado con un busto, para reflejar su verdadera personalidad e idiosincrasia histórica.’ había expresado Lázaro sobre la concepción de su proyecto que aún espera por su ejecución.
Sin embargo, la información transmitida y escuchada por Alina, carente de la más elemental investigación periodística nos permite una vez más dedicarle parte de nuestro tiempo al patriota de quien escribiera José Martí, el 10 de abril de 1890, en el periódico Patria :…’ ese cubano de oro, ese levantado Baliño’ y en carta enviada en enero de 1892, a Ángel Peláez lo llamó ‘’gallardo proletario’’ y concluyó: “Quiéreme a Baliño, que es redondo de mente y corazón’’.
Entonces, ¿Tendrá Baliño monumento?, aunque lo importante es recordarlo, no olvidarlo.
Pablo Noa/Promotor Editorial Pablo de la Torriente