Financiada con el dinero de los contribuyentes estadounidenses a través de la Oficina de Transmisiones hacia Cuba (OCB, según sus siglas en inglés), que administra Radio y TV Martí, Miami acogió la primera conferencia sobre el uso de Internet en Cuba, como parte de los programas de subversión del gobierno estadounidense contra la Isla que se han mantenido durante la administración de Barack Obama.
Bajo el título de Cuba Internet Freedom (CIF), el evento tuvo como objetivo reunir a periodistas «independientes» de la Isla con innovadores digitales y «activistas» que aspiran al cambio de régimen en nuestro país mediante el uso de las nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC).
El evento se realizó el lunes 12 y martes 13 de septiembre, en el edificio del Miami Ad School, del Wynwood Art District, Miami. CIF formó parte de Social Media Week Miami, la conferencia anual sobre innovación en redes que se extendió la semana completa hasta el pasado viernes 16 de septiembre del 2016.
Se discutieron temas como ¿Quién se puede conectar y cómo?, Las redes clandestinas cubanas, Internet como derecho universal, Disidencia y Activismo en la era digital.
La intención de utilizar las TIC para la guerra sucia contra Cuba no es nueva; sin embargo, el desarrollo de las mismas en la última década las ha situado en el punto principal del accionar subversivo contra la Isla.
En la denuncia pública del 2011, conocida como Las Razones de Cuba, y presentada por la Televisión Cubana, se evidenció la importancia que el gobierno de Estados Unidos le otorga al uso de las TIC en los programas contra la Revolución; un documento del Instituto Republicano Internacional (IRI) Acelerar la transición a la democracia en Cuba, conocido por esa fecha, enunciaba:
«El Instituto entregó teléfonos celulares y equipos de tecnología de la información (TIC) de apoyo adicional a los socios de la red en un esfuerzo por continuar rompiendo las barreras de la comunicación, promoviendo la inventiva tecnológica… el IRI y sus asociados pueden proporcionar a socios de la red en la Isla un mayor acceso a la información, material de apoyo y comunicación sin conexión».
El esfuerzo de los enemigos de la Revolución cubana por dominar la información o al menos ejercer una marcada influencia sobre lo que se lee, escucha y ve en la Mayor de las Antillas, para controlar la opinión interna, ha sido financiado con millonarias asignaciones.
El documento del Instituto Republicano Internacional Acelerar la transición a la democracia en Cuba también señala en uno de sus párrafos:
«El gobierno cubano presta especial atención al desarrollo del sector de la tecnología de la información. Asistentes a la Conferencia de Informática [Feria Informática 2009] comentaron que la misma sobrepasó los límites antes vistos en la mayoría de las conferencias en que participaron con anterioridad en Estados Unidos y Europa».
Más adelante en el texto se destaca la preocupación por el hecho de que el gobierno cubano esté reduciendo su dependencia en recursos de Estados Unidos.
«En particular, Cuba está tratando de pasar todo su software hacia sistemas basados en Linux, para evitar la dependencia de los productos de Microsoft, que aunque técnicamente proscritos por el bloqueo son omnipresentes».
En particular mostraban una gran preocupación por el desarrollo que Cuba pueda alcanzar en materia de seguridad informática y todo lo que este desarrollo pueda significar como freno para sus planes de subversión interna.
Los programas distribuidos por las agencias del gobierno de los Estados Unidos incluían software para acceder a Internet de «forma segura», sin ser detectados por los servidores cubanos, y a sitios previamente identificados por el gobierno de Estados Unidos, sin ser reconocidos por los administradores de redes cubanas.
«El acceso a Internet se vuelve cada vez más importante para el programa. El objetivo inicial es poner en operación diez equipos BGAN, esto permitirá reducir los gastos para otras actividades y la posibilidad de liberar fondos para otras áreas. El IRI va a evaluar su presupuesto en este sentido y formulará recomendaciones a la Usaid con perspectivas a largo plazo más claras».
En enero del 2009 el IRI inició un acuerdo con la Fundación Pontis, ubicada en Bratislava, Eslovaquia. La Fundación Pontis y sus socios avanzaron en el trabajo de campaña mediática con el objetivo de mantener activado el debate con el Gobierno de Cuba, respecto a los derechos humanos. Para lograr el objetivo de la campaña mediática hacia el interior del país, el IRI analizó como prioridad número uno, crear redes de acceso a Internet dentro de Cuba, cada vez más extensas y con «activistas» cada vez mejor entrenados.
Entre el 2009 y el 2012, durante el actual gobierno norteamericano, cada año fueron asignados 20 millones de dólares, al amparo de la Ley para la Democracia en Cuba. En el 2013 bajó a 13 millones, mientras en el 2014 y el 2015, en pleno inicio y desarrollo del proceso de restablecimiento de las relaciones bilaterales entre ambos países, el gobierno estadounidense destinó otra vez 20 millones, y, este año, elevaron el presupuesto a 30 millones. A todo esto se suman los dineros dedicados a las transmisiones de Radio y Televisión Martí, a las que desde 1984 al 2015, cinco administraciones estadounidenses han dedicado cerca de 797 millones de dólares.
Con ese financiamiento público, la OCB ha impulsado proyectos similares al Zunzuneo, una plataforma tipo Twitter para Cuba que generó un escándalo político en Washington, cuando se descubrió que encubría una operación secreta financiada y dirigida por la Agencia Internacional para el Desarrollo (Usaid). Esta entidad gubernamental empleó empresas de fachada constituidas en secreto, y financiamiento desde bancos extranjeros a través de las nuevas tecnologías (vía teléfonos celulares y redes sociales), cuyo propósito consistió en crear situaciones de desestabilización para provocar cambios en el ordenamiento político cubano.
La apuesta al uso de las nuevas tecnologías se ha incrementado. El desarrollo alcanzado por Cuba en la formación del capital humano en las ciencias de las telecomunicaciones y la informática, es visto como un factor favorable a sus planes para lograr hacerse de esa fuerza y utilizarla para sus propósitos, separar a técnicos y científicos, a especialistas e innovadores de las instituciones y empresas del Estado, comprar inteligencia y privar al país de ese recurso formado con inmenso esfuerzo. Convertir a esa fuerza en una escuadra mercenaria, alejada de los intereses nacionales, individualista y apátrida o al menos, desconectada de su país y el devenir político social de la patria, es un objetivo que no esconden y que estamos seguros no lograrán cumplir.
De acuerdo con una nota divulgada por El Nuevo Herald sobre el evento: Cuba Internet Freedom del 12 y 13 de septiembre: «Buscamos, en primer lugar brindar una visión del abc del uso del internet en Cuba, también presentar el internet offline que han desarrollado las personas dentro de la isla: aplicaciones, redes informales de información, entre otras», explicó María (Malule) González, la directora de la OCB.
Denunciar esta nueva agresión contra Cuba es deber de cada persona honesta de este mundo; por todos es conocida la actitud transparente de Cuba sobre estos temas y el esfuerzo que realiza para desarrollar las TIC. En nuestra nación no existe limitación política alguna para el uso de Internet; es una desvergüenza que los propios agresores, los mismos que durante años han cercado económicamente al país y han impedido el acceso del mismo a las nuevas tecnologías pretendan erigirse como defensores del derecho de los cubanos a su uso.
Denunciamos esta nueva falacia; este evento forma parte de un todo. El blanco es la Revolución.
Por Raúl Antonio Capote / Periódico Granma