En fecha muy reciente, Juan Carlos Camaño, presidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap) realizó una visita a nuestro país invitado por la Unión de Periodistas de Cuba.
Entre sus objetivos cumplidos, estrechar los fraternos vínculos de amistad que unen a ambas organizaciones y “estar en La Habana para celebrar el cumpleaños 90 de Fidel, era algo a lo que no podía faltar” aseguró el máximo dirigente de esa organización desde 2003.
La Felap, surgida hace 40 años, como una organización combativa en contra de la tortura, asesinato y desaparición de los periodistas por las dictaduras militares que asolaban el continente, agrupa a más de 80 mil profesionales de la comunicación pertenecientes a asociaciones, federaciones, uniones, círculos, colegios y sindicatos, de América Latina y el Caribe.
Camaño aceptó la invitación que le hiciera nuestro sitio web para responder a varias preguntas que le realizaron los miembros del equipo de cubaperiodistas. Durante casi una hora estuvimos conversando con un hombre que combina sus responsabilidades de dirigente con las de periodista activo.
Conocedor a profundidad de la vida de su nación, Argentina, y de la situación de América Latina y el Caribe, encontró siempre la palabra precisa y la reflexión oportuna.
Cubaperiodistas: ¿Cuál es la posición de la Felap ante la situación en Argentina con el cierre de la señal de Telesur y la anulación de la Ley de Medios por parte del gobierno de Mauricio Macri?
J.C.C: La posición de Felap fue muy clara, junto a la organización de Argentina, la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires ha hecho manifestaciones públicas en contra de la decisión de quitar a Telesur de Argentina.
Son batallas previsibles en la misma medida que al cambiar toda una situación de carácter regional y en Argentina hubo un cambio muy potente, muy decidido, de modelo, era previsible que todo aquello que esté vinculado al proceso de integración ideado, diseñado y llevado adelante, fundamentalmente, a partir de la estrategia de Fidel Castro y de Hugo Chávez, tiene que ir desapareciendo para el criterio del neoliberalismo que está en una recomposición de línea y ocupando nuevamente todos los lugares en la región latinoamericana y del Caribe, o casi todos, o lo que puede, pero lo intenta por todos lados. Entonces los pronunciamientos fueron claros en contra de ellos.
Con relación al tema de la Ley de Medios nosotros hemos aplicado una posición desde hace muchos años. Incluso cuando se estaba discutiendo la Ley de Medios, junto con la Utpba, la organización de Buenos Aires, la Felap en los años 90 y también en los 80 había planteado una reforma estructural de la Ley de Medios en Argentina.
La Ley de Medios que salió, la cual apoyamos, en los últimos tiempos le faltaron dos cosas a nuestro criterio: una, meterse más en las cuestiones de las nuevas tecnologías y las telecomunicaciones, eso no fue tocado; y por otro lado, una mayor inserción en aquellos lugares donde la gente necesitaba más que la Ley de Medios, además de estar en la letra escrita, digamos, se verificara mucho más la aplicación en la práctica. Ahora la llegada de Mauricio Macri, facilita la cosa a aquellos los medios concentrados, de mayor poder en Argentina, para que den por tierra a la Ley de Medios. O sea, que ese es el resultado de una cuestión que históricamente nosotros estuvimos a favor, seguimos estando a favor, pero que requiere, bueno, de una nueva iniciativa que no solo sea en el campo de los periodistas para revertir la actual situación de este proceso del nuevo tipo de neoliberalismo en los países nuestros.
Cubaperiodistas: ¿Cómo considera usted que la Felap puede influir y ampliar su presencia en América Latina y el Caribe?
J.C.C: Bueno, eso va en dependencia también de la necesidad que tengan las organizaciones de periodistas, de profesionales, y yo agregaría también de comunicadores sociales y populares, porque la Felap está empeñada, desde hace un tiempo hasta esta parte, en que la cuestión no quede circunscrita solamente a uniones, a colegios, sindicatos, porque la Felap tiene una visión plural de la composición de la organización latinoamericana.
Entonces hay que imponer un poco más de énfasis, ese es mi criterio y algunos compañeros que estamos en la dirección de Felap, en dar cabida a las organizaciones de comunicadores sociales y populares porque esa es una forma de expandir la posibilidad de que los que no tienen voz, a través de los medios hegemónicos, la puedan tener a través de sus propias construcciones mediáticas.
Así que estamos empeñados en eso, es un camino que lleva tiempo y proponemos permanentemente que las organizaciones que tengan esta perspectiva se puedan afiliar a la organización. Hemos recibido en los últimos tiempos bastantes llamados de atención a favor de inscribirse como organizaciones miembros de Felap. Hablo de organizaciones de Perú, de Honduras, de Colombia, en fin puede seguir creciendo la Felap con las dificultades que tiene cualquier organización que se enfrente a las adversidades que veníamos señalando.
Cubaperiodistas: ¿Qué valoración le merece Cuba, cuna de Fidel y escenario de las celebraciones por su 90 cumpleaños, en los momentos actuales y, en especial, el periodismo que se hace en la Isla? A propósito, ¿cuál ha sido la influencia de Fidel en la continuidad de la Felap?
J.C.C: En principio digo que estoy aquí porque vine al cumpleaños de Fidel. Para mí era un deber, digamos, una sana obligación para mí.
La influencia de Fidel en la comunicación no se las voy a explicar a ustedes porque la conocen muy bien, ha sido quizás uno de los más grandes comunicadores de este tiempo, y después apareció Hugo Chávez también, que era un gran comunicador de masas.
En el caso de Felap, Fidel siempre estuvo cerca, nunca entrometiéndose en las cuestiones de Felap, eso también vale aclararlo, sino opinando, sugiriendo, apoyando moralmente como lo has visto tú antes. Yo recuerdo que cuando el congreso de Felap del 1999, Fidel comenzó como que simulando un poco que estaba en tinieblas, él no sabía a qué había ido al Aula Magna de la Universidad de La Habana, él fue diciendo no sé qué hago aquí, que hacen ustedes, no conozco, en fin como creando una duda, una incertidumbre, acerca de si él iba a hablar mucho o a hablar poco. Hizo un discurso, no creo que recuerde mal, pero creo que duró como cuatro horas, y se metió en todo lo que se te pueda imaginar alrededor del tema, no solamente de la comunicación, también en los procesos de cambio que deberían promoverse en la región y que los periodistas debían jugar un papel muy significativo en eso.
Recuerdo que allí se constituyó el llamamiento para un encuentro con unos 300 ó 400 periodistas con fecha después en el 2001, y de ahí nace, de ese encuentro en 2001, Telesur. Ahí se anuncia la posibilidad de ir en búsqueda de Telesur. O sea, que Fidel estaba involucrado en eso, como buen comunicador, y como intérprete de una necesidad vital en la lucha de ideas.
Nosotros tenemos una distinción que dice: “En la lucha de ideas, las ideas que no se conocen, no luchan”, va esto casi de la mano de otra distinción de Fidel acerca de que “la verdad, además de ser verdad debe ser divulgada, sino no juega ningún papel.”
Yo creo por lo que me comentan los compañeros que es un terreno que está en permanente discusión y supongo que buscando iluminarse para encontrarse con estos nuevos tiempos, y los desarrollos tecnológicos juegan un papel ahí en ese aspecto.
Con respecto al periodismo que se hace en la isla creo que están en un gran desafío, creo que ese desafío también se lo ponen el desarrollo de la tecnología que es un desafío a mi entender bastante desigual. El desarrollo del que se apropia permanentemente el que tiene el poder de crear los soportes, de manejar la comunicación, de expandirla por el mundo, entonces uno ¿juega? Como siempre de atraso, tiene que ir corriendo detrás de ese.
Mi impresión es que como el periodista cubano está acostumbrado, desde el tiempo de la Revolución, a pelear en la adversidad, este es otro desafío que irá asumiendo. Yo veo mucha discusión interna, por lo menos eso es lo que han visto en los compañeros, por lo menos se está discutiendo para tratar de perfilar mejor la forma de intervención del periodismo cubano, pero que en definitiva sus filas siempre están en la Revolución.
En todo caso si hay que provocar cambios, los cambios tendrán que ser revolucionarios, dentro de la misma Revolución.
Cubaperiodistas: ¿Qué posición asume la Felap ante las nuevas generaciones de comunicadores, el periodismo profesional y ciudadano, con el avance de internet?
J.C.C: Es una discusión que al interior de la Felap también se ha venido dando en los últimos años. Cómo encontrarse con esa nueva realidad y con esa nueva generación. Es un desafío grande. Creo que el vértigo en el que se desarrollan las comunicaciones o las nuevas cuentas, van quitando, a mi entender, el chance de hacer grandes intervenciones docentes desde el punto de vista discursivo, y nos obligan a quienes estamos de este lado a apelar más a la imagen, al mensaje más corto, más directo, y permite un juego, un intercambio de interacción con la nuevas generaciones, en la que de común vayamos encontrando una síntesis siempre dentro de los márgenes de lo que nosotros creemos, de la defensa de la soberanía nacional, la independencia de los pueblos y la lucha contra el imperialismo. Es un ¿doble? desafío, porque las nuevas generaciones también hay que encauzarlas en esa perspectiva o discutir con ellas que la tecnología a veces aliena, no enseña, aliena y coarta libertades, aunque parezca que las puede expresar, porque puede estar haciendo con un aparatico mil movimientos con su dedo, pero no con la cabeza. Van quitando posibilidades de desarrollo intelectual, y lo van sumiendo a entrar a ese vértigo al que me refería de manera alienante.
Eso pasa en la sociedad en masa, y la sociedad de control y por lo tanto pasa también con aquellos que son la nueva generación del marco de la producción periodística. Así que ese desafío la Felap lo tiene, y por momentos se ve sumida en situaciones concretas. El llamamiento a la incorporación de nuevas organizaciones también es un llamamiento a la incorporación de nuevas generaciones. Cada organización de Felap tiene el reto a asumir en este plano, porque los recambios hay que producirlos, los generacionales también.
Cubaperiodistas: Hasta el momento, ¿cuáles han sido los principales escollos de Felap para ser fieles a su lema: Ni ajenos, ni callados ni neutrales? En ese sentido, ¿cuáles son los retos y perspectivas de la Felap en su 40 aniversario?
J.C.C: Los retos más grandes en los últimos tiempos están vinculados a la persecución, a los crímenes y a la desaparición de periodistas que se dan en algunos países, de una manera como ustedes saben muy bien, de una manera gravísima. El caso de México es tremendo, estamos hablando de 255 periodistas asesinados en la última década. Es una cifra espantosa.
En un juego circular perverso que es la impunidad -el crimen–, y eso no tiene ninguna posibilidad hoy de salir de las actuales circunstancias porque los estados no se comprometen a resolver el problema, entre otras cosas, porque tienen incorporado al crimen organizado como factor de decisión, entonces aquel periodista que se dedique a la investigación o que puede manifestarse de una manera contraria a determinadas presiones es un personaje molesto, entonces es eliminado.
En el caso de Honduras, por la proporción en materia de la cantidad de habitantes es un caso grave, gravísimo. En Paraguay hay mucha persecución. En Brasil también, en Guatemala hay asesinatos de periodistas, en los últimos días estamos comprobando eso. Los compañeros de la Asociación de Periodistas de Guatemala están denunciando permanentemente el acoso a la actividad periodística.
Pero repito aquí lo que he dicho ante muchos colegas, a mí me parece que una corporación periodística no puede resolver por sí misma un problema que es social, político, económico, cultural, y que para ello hay que volver, o mantenerse en la premisa de Felap que, primero la Felap es o existe a partir de lo que son y hacen sus propias organizaciones en cada país. En segundo lugar que esas organizaciones deben estar involucradas en el movimiento social, porque por sí mismas no van a resolver los problemas de los periodistas, hay que resolver problemas de fondo que tienen que ver como empoderamos a los sectores sociales en la lucha por una calidad de vida superior, entonces para eso hay que buscar la unidad con otros sectores de la sociedad. No se puede resolver desde el campo del periodismo.
Cubaperiodistas: Junto a los compromisos de presidir la Felap, usted sigue de periodista en activo. ¿Cuál es la estrategia que asume Juan Carlos Camaño para llevar a la par tales condiciones?
J.C.C: Escribo para compañeros en México, Chile, Puerto Rico. Porque mantengo viva la inquietud de querer saber. De querer saber desde una posición ideológica. Yo tengo asumida una identidad ideológica que me hace querer saber, no solo aquello que me cuentan sino también aquello que uno busca para querer saber más. También uno busca puentes que pueden en todo caso alumbrarlo en el conocimiento de la actual realidad mundial, de la lucha política, de los gravísimos problemas sociales que hay en este mundo. En fin, no me resulta para nada una tarea costosa, ni difícil, sí obliga a que uno trate de estar permanentemente activo yo diría intelectualmente para saber de qué se trata, me parece muy natural, a mí me resulta muy natural.
Cubaperiodistas: ¿Cómo usted ve la relación Felap – Upec?
J.C.C: La Upec y la Felap son la misma cosa, En definitiva la Felap nace a la historia de las organizaciones de periodistas de este mundo como consecuencia de la tarea de muchos periodistas de un tiempo pasado, pero para nosotros siempre vigentes, y ahí estuvo el periodismo cubano, ahí estuvo Ernesto Vera, estuvieron Felipe Barcela, ahí estuvo Juan Marrero.
Yo me pongo ahora en esta sala con ustedes donde trabajó un hombre de esa misma necesidad de saber (Juan Marrero), de saber, de trasmitir.
Vera era un hombre sin tacha. Y en el caso de la Argentina fue quien nos marcó para empezar a incursionar en este mundo de las discusiones más abiertas en Latinoamérica, en la historia del periodismo. Él fue quien identificó la organización que había allí, y dijo, esto está inventado, se jugó por eso, en esos momentos había quienes no querían eso en la Argentina, porque no querían tampoco a la Felap, por eso digo: la vida de la Felap está ligada a la vida de la Upec, a la vida de los periodistas revolucionarios cubanos, y son lo mismo.
Son una identidad, yo diría única, con las particularidades de cada componente, me refiero a organizaciones de distintos países, es una generación que de alguna manera, aunque cada vida va dejando su lugar, su puesto de combate, pero alguien los tiene que asumir y esa es la lucha ahora más importante de la Felap. Volviendo al punto ¿Cuál es el reto de ahora en adelante?. Cómo desde una nueva realidad pero con las mismas dificultades para el hombre, con los mismos agobios, el caos, la violencia, el ultraje, el maltrato, la explotación laboral, todo eso a lo cual las nuevas generaciones se van a hacer cargo de buscar un freno.
Cuando nace la Felap era un freno a las persecuciones, a la desaparición de los periodistas, y nace justamente, producto de estos compañeros que acabamos de nombrar y muchos otros de otros países. A mí no me gusta hacer recordatorios que no tengan un sentido de impulsar lo que viene. Los nombres que yo acabo de dar no son para tenerles allí, en una placa como letra muerta, yo creo que están todos vivos en la acción por venir, esa voz para interpretar en la nueva realidad. En ese sentido se encamina el trabajo de la felap, en darles tareas a los jóvenes que en definitiva son el relevo generacional.
Por María Grant, Jorge Gorgoy y Yoandry Avila Guerra
Vea también: Los retos de los periodistas