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Jornada aciaga para Cuba en Río de Janeiro

Yordanis García Barrisonte compite en el salto largo del Decatlón (Foto: Roberto Morejón Rodríguez/ACN)
Yordanis García Barrisonte compite en el salto largo del Decatlón (Foto: Roberto Morejón Rodríguez/ACN)

La duodécima jornada de los XXXI Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, este miércoles, resultó aciaga para los participantes cubanos, cuyo pronóstico rondaba las dos preseas de bronce.

En la jornada matutina, la primera y ambiciosa medalla prevista para este miércoles se esfumó al quedar eliminada la singlista cubana Yusmari Mengana en la ronda preliminar del kayac (K-1) a 500 metros, luego de anclar sexta en su heat con tiempo de 2:02.162 minutos.

Igualmente en esa disciplina, la dupla del k-2 conformada por Jorge García y Reinier Torres se incluyó en la final B de los mil metros, al concluir última en su serie clasificatoria con crono de 3:23.466 minutos.

La otra medalla de bronce resultó inalcanzable para el boxeador Yosbany Veitía en la división de los 52 kilogramos, quien en una controvertida votación de los jueces cayó 1-2 en fase de cuartos de finales ante el chino Jianguan Hu, por lo que la armada de la mayor de las Antillas vio disminuida a tres sus posibilidades de oro.

En el atletismo, los decatlonistas Leonel Suárez y Yordanis García culminaron la primera jornada de competencia en los puestos 15 y 17, con puntuaciones de cuatro mil 176 y cuatro mil 130 unidades, respectivamente, mientras que en ronda inicial de los 800 metros (f) Sahily Diago, Rose Mary Almanza y Lisneydi Veitía resultaron eliminadas.

Asimismo, Roberto Skyers ocupó el escaño 22 entre los corredores que tomaron parte en las tres series semifinales de los 200 m, evento dominado por el extraordinario velocista jamaicano Usain Bolt, en tanto que la sorpresa recayó en la no clasificación del estadounidense Justin Gatlin, uno de los favoritos al podio.

Con un discreto disparo de 73.23 m, el martillista Roberto Janet quedó fuera de los 12 finalistas, al no cumplir con la marca mínima exigida para la clasificación de 76.50 m.

Alejandro Martínez Martínez / Agencia Cubana de Noticias

LA BANDERA CUBANA SIGUE EN ALTO

Tal y como se esperaba los XXXI Juegos Olímpicos inaugurados el cinco de agosto en esta ciudad, ratifican lo difícil de brillar en la élite de un deporte cada vez más exigente y comercializado.

Derroche de tecnología, inversiones millonarias en materia de preparación, potencias bien identificadas e individualidades capaces de desafiar a favoritos, son parte de un panorama igualmente marcado por abundancia de “nacionalizados”.

En medio de esa realidad, Cuba se bate aquí con el orgullo de depender de hombres y mujeres nacidos y formados en la nación caribeña, frutos de un sistema al alcance de todos que jamás intentó comprar una medalla.

A diferencia de lo que sucede con buena parte de las nóminas inscritas, la embajada atlética llegada desde La Habana, expone un sello totalmente autóctono, ajeno a cualquier transacción que le asegure estrellatos de otros.

Por el contrario, más de un rival, díganse competidores y técnicos, exponen acá los conocimientos adquiridos en un país pequeño capaz de alzarse como potencia del conocimiento.

Conscientes de lo que significan para su afición, los cubanos fieles a esta, han asumido el reto con hidalguía, aunque no todos dejaran satisfacción y se impongan análisis posteriores.

Ese deseo de más hasta les ha impedido disfrutar a plenitud desempeños que habrían hecho felices a otros.

De ahí, los ojos llorosos de la discóbola Denia Caballero ante un bronce que no validó todo el esfuerzo realizado, o la inconformidad de los voleibolistas de playa Sergio González y Nivaldo Díaz, aunque su llegada a cuartos de final devino hazaña aplaudida por todos.

Solo el decoro genera actitudes como la del gimnasta Manrique Larduet, empeñado en competir pese a la molestia que le sacó del concurso de máximos acumuladores, y quien lo dude pregunte al entrenador del grequista Yasmani Lugo.

Sabrá entonces que su plata de este martes estuvo marcada por dolores en los tobillos, ante los cuales el atleta solo hizo un pedido: médico, ponga más esparadrapo.

Tal como dijera el presidente del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), Antonio Becali, poco antes de comenzar la justa, lo único que no ha faltado es convicción de triunfo, entrega, compromiso y responsabilidad con la misión asumida.

En el espíritu de todos ha estado regalar alegrías al pueblo y a Fidel, cuyo cumpleaños también celebramos acá, e inmersos en esa voluntad se mantiene en alto la bandera durante la recta final.
Tras el “empujón” dorado de los gladiadores clásicos Ismael Borrero y Mijaín López, consolidado grande entre los grandes, la mira sigue puesta en otros saludos como el suyo: desde lo más alto del podio.

Roberto Ramírez / Agencia Cubana de Noticias

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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba

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