El 11 de junio de 1892, a muy poco de la creación del Partido Revolucionario Cubano y de su órgano oficial, Patria, publicó José Martí en el propio periódico un trabajo titulado “Adelante, juntos”, como parte de su labor de organización y de unidad de las emigraciones.
Lógicamente, hablaba el Maestro para sus contemporáneos y no para nosotros, y hay mucho de coyuntural en sus palabras; sin embargo, siempre existe en ellas un mensaje que trasciende su tiempo y llega a nuestros días. Y si hay un mensaje del Apóstol que va más allá de su época es siempre su llamado a la unidad de todos los cubanos. Así en el mencionado trabajo, expresó Martí: “Los tiempos son solemnes. […] Quien le quite una rueda al carro, peca gravemente. Quien eche por un camino cuando otros van por otro, peca […] ¡Todos por la misma vía!”*
Y si otra idea permanece constante a través del paso de los años es su conciencia de la existencia de dos Américas y del carácter rapaz de una de ellas, su antimperialismo radical: “Conocemos nuestro deber y lo estamos cumpliendo; ni una hora antes, ni una hora después; cuando el tigre tienda la garra, de debajo del terciopelo, a los corazones generosos, el cañón de un rifle echará la garra atrás; juntemos rifles y almas,—y adelante”.*
Por supuesto, los tiempos cambian y hoy la garra del tigre va envuelta en un guante; no obstante, no por ello deja de ser tigre y de agredirnos e irrespetarnos de una y mil formas, como acaba de ocurrir con el recrudecimiento del bloqueo decretado en Estados Unidos. Ello nos obliga a mantener una “resistencia eficaz [frente] a un enemigo fuerte y astuto”. Con Martí debemos preguntarnos “¿qué es, menos que crimen […] el contribuir a debilitar la resistencia” con ese exceso de confianza o complacencia que hoy expresan algunos?
No podemos olvidar que “Dos marcas tiene la historia para nuestra frente: la del deber cumplido es una; otra, la del deber abandonado”. Y en los difíciles momentos que corren algunos andan, incluso sin percatarse de ello, “con la marca infame”.*
Con esa capacidad o visión extraordinaria que le caracteriza, Martí definió para todos los tiempos: “El ánimo pequeño lo ve todo por lo que tienen sus ojos miopes alrededor, y si una paja se le pone ante los párpados, ya cree paja el mundo, y gasta el corazón en miedo inútil. El ánimo fuerte, obedeciendo el consejo del árabe, pone la paja a un lado, y va, con los ojos en el horizonte, al fin de su camino”.* Porque de lo que se trata es —sean cuales sean las dificultades— de no desviarnos del rumbo trazado a sabiendas de que “A un plan obedece nuestro enemigo: el de enconarmos, dispersarnos, dividirnos, ahogarnos” y nuestra tarea es “enseñarnos en toda nuestra altura, apretarnos, juntarnos, burlarlo […]”. Así debe ser: “Plan contra plan. Sin plan de resistencia no se puede vencer un plan de ataque. El que arremete unido […] ha de encontrar unido al que le quiera resistir”.*
No puede olvidarse que fue su visión estratégica de la situación la que permitió a Martí alzar la Guerra Necesaria y que ha de ser nuestra visión estratégica de la nueva situación la que nos permita seguir adelante en la construcción de nuestro proyecto. “Aflojar la obra general en una obra parcial, eso sí fuera crimen”.*
Cuando preparaba la guerra mucho insistía el Maestro en la necesidad de “[…] marchar firmes y a la vez, preparar, y armar, el brazo; unir para el ataque […] las fuerzas todas […] poner en este trabajo continuo, sin impaciencia y sin desorden, todo nuestro influjo y todos nuestros recursos, ése es nuestro deber”.*
Con lenguaje que trasciende los tiempos, nuestro Héroe Nacional nos exhorta: ¡Para ti, patria, la sangre de las heridas de este mundo, y la sonrisa de los mártires al caer! ¡Para ti, patria, el entusiasmo sensato de tus hijos, el dolor grato de servirte, y la resolución de ir hasta el fin del camino! La patria nos tiende los brazos. No hay más que un modo de obedecerla:—¡Juntos y adelante!*
Estas palabas martianas fueron la guía para los cubanos de ayer y han de ser la guía para los de hoy y —¡seguro!— para los de mañana, porque, en definitiva, son la clave de nuestra soberanía y nuestra dignidad.
“¡Juntos y adelante!” ha de ser hoy la consigna como lo fue ayer. En discurso pronunciado en fecha tan temprana como el 6 de febrero de 1959, nuestro querido comandante Fidel afirmó: “[…] las intrigas que se están urdiendo, son otras tantas piedras que se nos ponen en el camino en el momento en que necesitamos mantener más alta la fe y la unidad del pueblo”.1 Pese al tiempo transcurrido, sus palabras también están llenas de vigencia.
Notas
* Todas las citas marcadas con este signo han sido tomadas de José Martí.: “Adelante, juntos”, en Obras completas, t. 2, Centro de Estudios Martianos, colección digital, La Habana, 2007, pp. 13-16.
1 Fidel Castro: Discurso pronunciado en la empresa petrolera Shell, el 6 de febrero de 1959, en www.cuba.cu/gobierno/discursos.
