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China y Cuba: otra “franja” en la ruta de la comunicación

China, Cuba y otros países del Sur Global sufren limitaciones impuestas por Occidente y, también por eso, su país y el nuestro formamos una comunidad de futuro compartido, afirmó durante una disertación este lunes, en la sala Che Guevara del Instituto de Información y Comunicación Social (IICS), la experta Zhang Yanqiu, de la Universidad de Comunicación de China.

La directora del Centro de Investigaciones de la Comunicación para África y vicedecana del Instituto para una Comunidad con Futuro Compartido de esa alta casa de estudios estuvo acompañada por la Doctora Ge Yanling, directora del Instituto chino ya nombrado. Ambas son reputadas académicas en el campo de la Inteligencia Artificial (I.A.).

Con el vicepresidente del IICS Jorge Legañoa Alonso como anfitrión principal y un auditorio encabezado por Ricardo Ronquillo Bello, presidente nacional de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) y nutrido por directivos de la prensa, estudiantes de disciplinas de la comunicación y otros interesados, la especialista de la academia china que forma a unos 18 000 estudiantes en carreras para los medios abarcó en su exposición la utilización e influencia de la I.A. en su país, el uso del reportaje constructivo y la naturaleza del concepto de comunidad de futuro compartido.

“Tenemos una historia de cooperación bilateral. Muchos compañeros nuestros quieren conocer a Cuba y hasta envidian este intercambio que hacemos”, comentó Zhang Yanqiu en la introducción, más afectiva que académica, de su ponencia.

La profesora señaló que los medios de comunicación en China emplean la I.A. principalmente para la generación de informaciones, en torno a lo cual puso de ejemplo a la agencia de noticias Xinhua, que cuenta con un “cerebro” capaz de producir mucho en ese perfil. Esta tecnología le es muy útil a la nación, especialmente en temas sobre economía, deporte y noticias sobre el tiempo, en tanto aumenta la velocidad de titulares en los espacios informativos. No obstante, reconoció que la I.A. es incapaz de reemplazar el reportaje personal de un periodista.

Zhang Yanqiu explicó ventajas de esta tecnología para la búsqueda personalizada, la anticipación de catástrofes y las acciones de prevención, así como el estudio de estados de opinión de la ciudadanía que pueden servir al Gobierno de herramienta para la acción práctica. Su propia labor académica en África —puso de ejemplo— le ha permitido colaborar con organizaciones internacionales para procurar acciones oportunas en ese sufrido continente.

Según expuso, en China se cuenta con múltiples aplicaciones que emplean la I.A. para la redacción no solo de noticias, sino también de textos de géneros literarios y esa disponibilidad facilita incluso la articulación entre lo virtual con el reportero real en función de ofrecer un mensaje más completo y atractivo.

La profesora considera que la agilidad que la I.A. aporta a los noticieros en la generación de ciertos contenidos permite que los periodistas auténticos se dediquen a trabajar reportajes más profundos que requieran el ejercicio de sus mejores capacidades humanas. La I.A. viabiliza, como refirió la invitada, las recomendaciones personalizadas, la disponibilidad de páginas traducidas en los sitios web y hasta la agilidad —lamentablemente no apreciada por ellas, a su entrada a Cuba— de los trámites de inmigración internacionales.

“Cuba y China están castigadas comunicacionalmente, por eso debemos expandir nuestras informaciones”, afirmó como argumento adicional para el empleo de las nuevas tecnologías.

No obstante, también refirió aristas negativas de estas herramientas, obviamente vinculadas con su empleo tendencioso. Son ellas la falsificación facial de celebridades y políticos, así como los problemas de ética y responsabilidad profesional a la hora de aplicarlas.

“El uso de la I.A. no puede deshumanizar las redacciones. Hay que dar sentido humano a la noticia. Esta herramienta no es creativa ni original y su empleo en los noticieros implica un gran desafío a los reporteros”, consideró la académica.

La gran nación de Asia cuenta con un Departamento de Comunicación Social que controla el uso de esta y otras nuevas tecnologías. Es conocido que allí no funcionan las redes impuestas por Occidente a casi todo el planeta: X y Facebook. “Ese espacio de las redes es territorio nuestro y por eso buscamos autoridad en el control de él: controlamos el físico y el virtual porque si en algún momento Estados Unidos controló con la Guerra Fría, ahora ha desatado una guerra informática”, afirmó Zhang Yanqiu.

Tal independencia permitió a China, según dijo, hacer primero reformas políticas y, luego, económicas. “Lo hicimos sin cambiar nuestro sistema de administración nacional como esperaba Occidente que nos pasara”, matizó la experta, quien agregó que el objetivo de tales reformas, con el Partido Comunista al frente, nunca fue otro que dar más estabilidad al país.

En una breve caracterización del tema en su patria, la profesora explicó que operan allá tres empresas de servicios de comunicación estatales que no solo compiten entre sí, sino que el propio Estado las conmina regularmente a que bajen los precios al cliente. El 90 por ciento de los chinos dispone de datos móviles y la bancarización funciona a tal punto que la mismísima ponente confesó no haber visto un billete físico en mucho tiempo.

China es particularmente rigurosa en la exigencia de responsabilidad a quienes publican contenidos falsos en redes y continúa el desarrollo de la economía digital sin interferencias externas. En lo comunicacional, vincula las nuevas tecnologías con las funciones siempre vigentes de los medios tradicionales.

“Aunque haya diferencias en tecnología, podemos compartir estas visiones con Cuba”, señaló la profesora. Tras mostrar en pantalla un reporte negativo sobre su país trasmitido por un gran multimedio occidental, Zhang Yanqiu argumentó que los conceptos de trabajo que animan a los comunicadores chinos son la búsqueda de soluciones desde la comunicación, hacer más investigación y ofrecer a la postre reportes balanceados; en resumen, lo que ellos definen como el reporte constructivo.

La experta señaló que para conocer realmente China hay que entender el concepto de comunidad de futuro compartido, llamado hecho hace una década por el presidente Xi Jinping que incluye la iniciativa de la Franja y la Ruta e implica responder a los desafíos con colaboración. De hecho, la especialista cerró su conferencia invitando a sus pares cubanos a establecer proyectos de cooperación entre medios de comunicación y universidades de ambas naciones.

Imagen de  portada: Del autor.

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Enrique Milanés León
Forma partede la redacción de Cubaperiodistas. Recibió el Premio Patria en reconocimiento a sus virtudes y prestigio profesional otorgado por la Sociedad Cultural José Martí. También ha obtenido el Premio Juan Gualberto Gómez, de la UPEC, por la obra del año.

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