“Tenemos el desafío de hacer visible el cambio para las audiencias, tenemos que mostrar que con esto que hacemos, cambiamos; la gente tiene que notar que algo se transforma en la prensa cubana”, afirmó el presidente nacional de la UPEC, Ricardo Ronquillo, en la reunión de presentación de otros 16 proyectos de medios interesados en ser incluidos en el experimento de nuevos modelos de gestión editorial, económica y tecnológica iniciado en el sector en agosto de 2023 y que cuenta desde entonces con 16 entidades reporteriles en diferentes fases de avance.
Los ya incluidos y los que aspiran a ello tienen, entre muchos, el reto del propio líder del gremio: “Aún con el progreso del experimento en esas editoras que ya tienen más de un año dentro, la sociedad cubana no percibe un cambio en nuestro sistema de prensa”, admitió Ronquillo.
De ahí que este miércoles los directivos y líderes de los nuevos medios aspirantes expusieran su proyección para el experimento ante una comisión que encabezaron, en la Casa de la Prensa, los funcionarios del Comité Central del Partido Reinaldo Soto y Liuba Moreno; la viceministra de Finanzas y Precios Yenisley Ortiz Mantecón, dos especialistas del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y Ronquillo y su vice presidenta primera, Bolivia Tamara Cruz, por la UPEC.
Con proyectos y defensas dispares —tanto como la realidad en que se desenvuelven— los directivos coincidieron en la arquitectura de su argumentación: los pasos, los cambios, los recursos de todo tipo que tienen y/o necesitan para dar un salto serio y sostenido en los frentes editorial, económico y tecnológico en aras de agenciarse ingresos que refuercen lo que reciben del presupuesto estatal y ayuden tanto a multiplicar la gestión, al fomento de mejores condiciones de trabajo y tecnología y a elevar los ingresos de todos los trabajadores.
No valen comparaciones, todo el periodismo es heroico, pero acaso pueda apuntarse la exquisitez de las proyecciones, ante un eventual experimento y aun sin él, porque ya han comenzado a mutar en grande —y esa es la mejor garantía—, de la Editorial Abril, del Centro Multimedial y de Prensa del Ministerio de Cultura, de la Editorial de la Mujer y del Centro de Información para la Prensa. Por fortuna, otros comunicadores expusieron valiosos informes y todos, sin distinción, se mostraron convencidos de que el camino es cambiar/se.
Igual que a perfeccionar su agenda editorial, todos apuntan a comunicarla desde las plataformas que marcan la época. La cartera de servicios que alistan deberá beneficiar a audiencias, comunidades y programas de cultura y de fomento de valores que atraviesan el quehacer de disímiles organizaciones del país. Mientras, los profesionales y trabajadores que más y mejor aporten pudieran tener un alivio en sus ingresos.
Todo ello es parte de lo que Ronquillo llamó en el encuentro “darle aliento al sistema de prensa, capitalizarlo, oxigenarlo…”.
Entre las observaciones de la jornada estuvo la de la viceministra de Finanzas y Precios, Yenisley Ortiz, quien recomendó el acercamiento de estos medios a los nuevos parques científicos tecnológicos que se abren en el país y pueden ser aliados de la transformación periodística.
Otra sugerencia muy apreciada resultó la de Reinaldo Soto de socializar entre los directivos de estos medios los expedientes que permitieron entrar “con pie derecho” a los líderes y colectivos de otras editoras. Lo más importante, como dijo el funcionario del Comité Central del Partido, es que “todos los que comenzaron ya han logrado un impacto económico positivo en los ingresos de sus trabajadores”. Por ello, hay interés general en que, ante el “jurado” más exigente del Ministerio de Finanzas y Precios —que sería el nuevo escalón para los que sean aprobados por la comisión reunida en la UPEC— cada uno presente informes detallados, prácticos… y creíbles.
Las cifras del cambio en la prensa andan así: desde el año pasado, 16 medios comenzaron su andadura en el experimento y este miércoles discutieron su entrada otros 16. El miércoles 6 de noviembre defenderán su entrada 22 y un día después lo harán cuatro más. Sumándolos todos, tendríamos al cabo 58 medios de comunicación trabajando (más) en serio para cambiar su paisaje editorial, económico, tecnológico… ¡y de ingresos!
Es preciso que a todos les vaya bien, que inspiren mucho al resto porque la prensa, como ha dicho Ronquillo, es esencial para defender la Revolución. “Este es el primer paso en el camino de la transformación del sistema de prensa, que no se hará sin resistencia. Somos muy atacados, por nuestra centralidad en el debate ideológico en torno al país. Estamos en el centro del ataque de la contrarrevolución”, afirma Ronquillo.
Bienvenido, entonces, el experimento: mejor cambiemos nosotros antes de que sean otros los que vengan de lejos a imponernos el “favor” de cambiarnos.
