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El Andux que conocí y Amado Andux en mi recuerdo

El Andux que conocí

Sin disponer de la trayectoria toda y los méritos del grueso expediente biográfico de Amando Andux Couso, fallecido hoy, expongo mis recuerdos con tristeza, pero también con orgullo, por haber sido su compañero de trabajo y testigo de su conducta revolucionaria en una etapa difícil de nuestra historia.

Había sido militante del Partido, periodista, miembro suplente del Secretariado Nacional de la Unión de Periodistas de Cuba, y fundador del diario provincial El Habanero, entre otras responsabilidades.

Andux cumplió arriesgadas misiones como miembro del Movimiento 26 de Julio durante la lucha contra la tiranía de Batista y, ante el peligro inminente que corría su vida, fue autorizado a marchar al exilio. En Nueva York, trabajó como mesero en un exclusivo bar de acaudalados empresarios, ambiente que hizo más firmes sus ideas de justicia social.

Pero fue en la cotidianidad de la dirección del diario El Habanero, en el cual estábamos en los días del derrumbe del socialismo en Europa, cuando nos compenetramos más.

El impacto en la prensa resultó a la vez que brutal una experiencia de creación y colectivismo excepcionales. Redactores, fotógrafos o diseñadores, muchos recién graduados, recibieron el refuerzo formidable de compañeros de medios nacionales que enriqueció el accionar del colectivo.

Vigilante del uso correcto del idioma, de las formas de expresión y las reglas del periodismo, ya en los finales del siglo pasado, Amado Andux apoyó resueltamente las medidas para resistir y salir adelante, entre ellas las movilizaciones a los campamentos agrícolas, la atención directa a los municipios y aseguró las coberturas a los recorridos del Comandante en Jefe por el extenso territorio, que años después se dividiría en dos provincias y con ello finalizaría la publicación.

En tales circunstancias fue polémico, firme en sus posiciones, claro en las ideas centrales y en su actitud personal. Gracias a él también, el ánimo colectivo se mantuvo en al alto así como la disposición a buscar la noticia en la hora y el lugar dados, como podría ser en un central azucarero a las 12 de la última noche del año.

La Unión de Periodistas de Cuba mantuvo una atención hacia él en cuanto a su salud que se fue deteriorando inexorablemente y, en reconocimiento a sus años laborados en la organización, le confirió la moneda “60 aniversario”.

La última vez que lo visité seguía atesorando las colecciones de ejemplares de El Habanero, organizadas por años y meses, las cuales ocupaban prácticamente todos los muebles de la sala de su apartamento en Boyeros y La Rosa, Plaza de la Revolución.

Como a muchos, le dolía tanto como a mí que los valiosos ejemplares de una etapa épica pudieran perderse. Precisamente en esa ocasión me cedió uno, de gran valor, que conservo.

Gracias, Andux.

(Tubal Páez)

 

Andux en mi recuerdo

Recordar a Amado Andux Couso es evocar años de labor en favor de la formación de periodistas y de planes de superación en la UPEC, donde fungió como Jefe del Departamento de Educación en los últimos años de la década del 70 y los primeros años de la década de los 80.

Trabajador, serio, responsable, amante del juego de Dominó, de lo que recuerdo grandes discusiones por su lentitud al poner las fichas.

Siempre tenía un tabaco en la mano y fue previsor de que no se le agotara la reserva cuando comenzaba la jornada, que podía extenderse más allá del horario normal de las seis de la tarde.

Juntos nos involucramos en los seminarios y cursos de postgrado, tanto sobre géneros periodísticos como de técnicas de redacción y otros temas.

Antes de llegar a la secretaría de Educación y Cultura de la UPEC, había formado parte de la no siempre agradable tarea de la Comisión de ubicación de los periodistas recién graduados.

De igual forma, laboró en la revista El Militante Comunista, editada por el Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

En los últimos años, ya jubilado, formó parte del Grupo Asesor de la UPEC Nacional.

Su fallecimiento me hace recordar estos y otros momentos en las oficinas de la UPEC, siempre dispuesto a emprender tareas, de las muchas que se desprendían en la cotidianidad, en décadas donde la organización de los periodistas cubanos se involucró a tiempo completo en la formación, tanto técnica y profesional como académica de nuestros colegas.

Aprecio y respeto para el compañero Andux.

(Elson Concepción)

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