Los reencuentros siempre llevan una alta dosis de emotividad, mucho más si se producen en medio de una conmemoración simbólica para los reunidos. De ahí que el homenaje al 71 aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Santiago de Cuba, fue el escenario para reunir en La Habana a veteranos corresponsales de guerra cubanos de varias generaciones.
El recién constituido Círculo de Corresponsales de Guerra de la UPEC, eligió reunirse en su primera actividad pública, a unos días del aniversario del histórico acontecimiento, momento que sirvió para recordar esa parte de la leyenda del periodismo cubano indisolublemente vinculada a la Revolución, que inició justamente, un 26 de julio, hace poco más de siete décadas.
El teatro de Trimagen, la antigua sede de los Estudios Fílmicos de las FAR (la casa de los corresponsales guerra cubanos), acogió a los participantes, hombres y mujeres que narraron desde las trincheras, los principales acontecimientos bélicos donde los periodistas cubanos han certificado la verdad a riesgo de sus propias vidas.
No había mejor lugar para celebrar este encuentro. Justo ese edificio de Ayestarán y 20 de Mayo, en La Habana, fue la cuna de una hornada de corresponsales de guerra que cumplieron misiones en 16 países y que atesora la memoria de algunos de ellos caídos en el cumplimiento de sus misiones.
Durante la reunión, donde estaban presentes el miembro del Comité Central del PCC y jefe de la Dirección Política de las FAR, general de división Víctor Rojo, y el presidente de la UPEC, Ricardo Ronquillo, se habló del Moncada, de Fidel, de la Revolución.
Katiuska Blanco, miembro del ejecutivo del Círculo, recordó páginas inéditas del asalto al Moncada, narró anécdotas y enseñanzas de Fidel y Raúl, y destacó la importancia de la lealtad y el compromiso con la Revolución, virtudes que arropaban a los presentes.
Por su parte, el general Rojo, destacó las riesgosas misiones de los corresponsales de guerra, en muchas ocasiones desde la trinchera en el principal escenario de las operaciones militares.
A ellos convocó a contar la historia, su historia, la historia del periodismo cubano. Un llamado a transmitir las disimiles experiencias vividas en el fragor del combate a las nuevas generaciones, a los jóvenes periodistas y a una nación que necesita saber una verdad escrita al fragor de la batalla por la independencia y la soberanía de nuestros pueblos.
De la misma, el presidente de la UPEC, Ronquillo Bello, destacó la actitud de estos hombres y mujeres que son ejemplos para el periodismo que nos toca y queremos hacer.
Lo más importante que ocurrió fue sellar un compromiso de honor. La historia de los corresponsales de guerra está pendiente de escribirse, y –como propuso el periodista César Gómez— “hay que convertirse en juglares de la verdad para que no se pierda la historia”.
Foto de portada: Del autor.
Fue un excelente encuentro con nuestra propia historia.