La reactivación del Círculo de Corresponsales de Guerra de la Unión de Periodistas de Cuba es una de las acciones más sentidas que hemos acometido como resultado de los acuerdos de nuestro XI Congreso.
Con un entusiasmo que denota la trascendencia que nuestros profesionales le conceden a este círculo especializado, muchos colegas han insistido y han trabajado durante los últimos meses por hacer realidad este renacer.
Porque, aunque pueda parecer paradójico, tiene mucho sentido que un país como Cuba, con una legendaria vocación pacifista e internacionalista, y una organización como la Upec que se enorgullece de esas tradiciones, reúna y organice a sus corresponsales de guerra.
El compañero Tubal Páez Hernández, presidente de honor de nuestra organización, nos ha dicho que Cuba posiblemente sea el país con más corresponsales de guerra entre sus profesionales de la prensa. Porque resulta que es también el deber de la prensa contar, mostrar y reflexionar sobre lo que nunca debería suceder y siempre sería mejor evitar: las guerras.
En esa difícil tarea de participar como periodista en un conflicto bélico, ya sea vistiendo el uniforme de la solidaridad internacionalista o como reportero de algún medio civil, es preciso enfatizar que los corresponsales cubanos no han sido jamás testigos neutrales, pues han estado siempre conscientes de qué lado está la verdad y la justicia.
Sus vidas y testimonios son un tesoro invaluable de nuestra organización, la cual los ha agrupado en este círculo, cuyos resultados desde su creación a finales de los años 90, hasta el primer lustro del presente siglo, demostraron cuánta utilidad y virtud encierra esta iniciativa.
Corresponsales y combatientes han sido dos conceptos de un mismo compromiso. Herederos de las crónicas de las luchas del pasado que simbolizan José Martí y Pablo de la Torriente Brau, los periodistas cubanos pelearon y reportaron desde la Sierra Maestra y la clandestinidad, en el enfrentamiento al bandidaje y en Playa Girón, así como también desde otras partes del mundo donde se ha combatido por la independencia o contra una agresión imperialista.
Particular mención merecen aquellos jóvenes recién egresados de periodismo, hombres y mujeres, que partieron ya uniformados a sus misiones en Angola, desde la Casa de la Prensa.
Así, numerosos periodistas cubanos, noveles y experimentados, trasladaron estudios y redacciones hacia ese país africano, donde forjaron una disciplina y pericia profesional que a muchos les permitió al pasar de los años convertirse en destacados directivos o colegas galardonados de nuestros medios.
Similares valores patrióticos y profesionales han distinguido a los periodistas cubanos en otras misiones internacionalistas, así como en países de América Latina, Asia y África donde ha habido presencia de la prensa cubana en momentos de conflictos bélicos.
En este punto es imprescindible llamar la atención sobre el hecho de que nuestros corresponsales de guerra en Angola tuvieron el honor de ofrecer el testimonio de una de las epopeyas internacionalistas más hermosas y justicieras de la historia, aunque no falten ahora quienes pretenden manchar la grandeza, el humanismo y el desprendimiento de nuestras tropas, como parte de una constante y muy bien financiada manipulación de la historia de la Revolución cubana.
No es posible desconocer tampoco a quienes han roto lanzas en otras guerras ocultas, como las que han protagonizado colegas nuestros que se han infiltrado en las filas de la contrarrevolución para enfrentar la subversión y el terrorismo contra nuestra Patria.
Durante los preparativos de esta necesaria reactivación del Círculo de Corresponsales de Guerra, hemos visto con qué orgullo sus integrantes atesoran experiencias y documentos de sus primeros años de labor. Fotografías, certificados, libros y folletos recuperados como parte de un trabajo de preservación y defensa de la memoria histórica que volverá seguramente a estar entre las prioridades del trabajo de su membresía.
Sobresalen entre esos hitos la entrega por el Ministerio de las Fuerzas Armadas de diplomas acreditativos a más de 400 compañeros que se desempeñaron como corresponsales de guerra en distintos conflictos, así como la realización de las cuatro ediciones del Encuentro Mundial de Corresponsales de Guerra, bajo una acertada consigna: “Quienes conocimos las guerras luchamos por la paz”.
Nos contaba también nuestro querido Tubal, por ejemplo, sobre la felicidad que percibiera en nuestro Comandante en Jefe durante una trasmisión especial que tuvo lugar en ocasión de celebrarse un aniversario de Radio Rebelde, al enlazar sus estudios en La Habana con otra planta en el mismo lugar donde radicó la emisora guerrillera en la Sierra Maestra. Ese día Fidel también recibió el certificado que lo acreditaba como corresponsal de guerra, por sus reportes para Radio Rebelde durante la lucha por la liberación.
El Círculo de Corresponsales permitió además estrechar las relaciones de nuestro gremio con el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, la Cruz Roja cubana e internacional y otras instituciones que auspiciaron muchos de aquellos encuentros mediante los cuales se reforzó nuestra tradición de respeto al Derecho Internacional Humanitario, principios que Cuba promueve, estudia y cumple desde los combates en la Sierra Maestra.
La denuncia del asesinato del camarógrafo español José Manuel Couso, cuando el Ejército de los Estados Unidos cañoneó el Hotel Palestina en Bagdad durante la invasión de Irak en 2003, fue otra bandera que este Círculo de Corresponsales levantó en su momento en nuestro continente para poner en evidencia la naturaleza criminal de aquella agresión imperialista.
Los momentos actuales para Cuba y el mundo no son menos difíciles ni más pacíficos, lamentablemente. Desde genocidios que se disfrazan de guerras, como hace el estado de Israel contra el pueblo palestino, hasta conflictos armados que aparentan involucrar solo a dos partes y son en realidad enfrentamientos multinacionales con infinitos matices geopolíticos, resultan muy diversas y numerosas las situaciones de guerra en la actualidad.
Despiadados y asimétricos combates abarcan ya no solo el terreno físico, sino también constituyen verdaderas conflagraciones mundiales en el ámbito de la informática, las telecomunicaciones y las redes digitales a través de Internet.
Casi podríamos decir que, de cierta manera, ya todos los profesionales de los medios de comunicación somos un poco corresponsales de verdaderas guerras en el mundo virtual, que buscan hacer también del mundo real —y con demasiada frecuencia lo consiguen—, un lugar más injusto e inseguro.
Los profesionales de la prensa cubana debemos entonces en tales circunstancias contribuir al esclarecimiento de nuestra ciudadanía sobre todas estas tramas belicistas, tanto las que se traducen en confrontaciones directas como las que subyacen por vías más sutiles y silenciosas. Para ello el testimonio y los conocimientos de quienes se han desempeñado como Corresponsales de Guerra constituyen un aporte esencial.
El círculo que ahora refundamos contribuirá seguramente a aunar toda esa experticia profesional y alta sensibilidad humana, en función de promover la paz, la libertad, la autodeterminación y la seguridad de los pueblos.
La comisión organizadora que preparó la reconstitución de este nuevo espacio en la Upec trazó un grupo de objetivos inmediatos, los cuales seguramente serán enriquecidos en la práctica cotidiana.
Tenemos la absoluta convicción de que es posible hacer mucho más para dar continuidad a esta labor, mediante iniciativas que refuercen y enaltezcan los valores de nuestros corresponsales de guerra, a partir de tener siempre a mano nuestras mejores armas: las del periodismo.
Exhortamos además a sus integrantes a continuar con el rescate y documentación de toda nuestra obra internacionalista, para el presente y el futuro. Ello comprende honrar no solo a quienes se desempeñaron como periodistas, sino a todos los colegas que han sido combatientes en otras latitudes.
También, por supuesto, les convocamos a rendir merecido tributo a quienes cayeron en cumplimiento de su labor como corresponsales de guerra; y muy importante, a acompañar, respaldar, cuidar en su vejez a quienes alguna vez tuvieron el honor y la tremenda responsabilidad de contar la verdad de Cuba en medio de las más difíciles circunstancias, cuando enfrentaron el peligro inminente de una muerte en combate por defender una causa noble en tierras lejanas.
Gracias otra vez, a todas las compañeras y compañeros que hicieron posible este relanzamiento; también a quienes no pudieron estar en el Memorial José Martí este 13 de junio, pero su historia les convierte por derecho propio en integrantes de este Círculo, así como a los corresponsales de guerra que laboran y viven en otras provincias y que ya han manifestado su deseo de sumarse para aportar enseñanzas y empeños en sus territorios.
Tendrán en la Presidencia de la Upec, y seguramente también por parte de nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias, todo el apoyo que ustedes se merecen para esta bonita obra de paz, hecha por quienes alguna vez nos narraron la guerra.
Imagen de portada: Francisco Rodríguez Cruz, vicepresidente de la Upec. Foto: Luis Jiménez Echevarría/ACN.
Excelente reseña Paquito