A primera vista, pudiera parecer un niño travieso, un joven despistado; mas Dayron Leodany Chang Arranz es, ahora mismo, uno de los más reconocidos periodistas y realizadores de los medios audiovisuales del país. Sus series históricas han logrado trenzar con hilo único, pasado y presente. Acaba de ser elegido como uno de los vicepresidentes del Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) en su natal Santiago de Cuba.
En su diaria comunicación en revistas y programas de televisión, en su habitual conducción de actos y festivales, en su permanente afán de actualización; no ha olvidado a la radio. No ha podido.
“Asumo que mis búsquedas de adolescente introvertido me llevaron hasta ella. Tenía 12 años cuando la radio cambió mi vida. No era solo el sitio para hablar, actuar, escribir, dominar técnicamente el universo de los sonidos. La mayoría de los oyentes dicen que es el medio más cercano al corazón del ser humano, por su intimidad, su compañía, su capacidad de influir en un sentido tan agudo y exquisito como el auditivo. Yo esa lección la descubrí desde dentro.
“El niño que era entonces necesitaba un sitio así, donde emplear su imaginación y enfrentar sus miedos. Todos los días, sin falta, dejaba de lado cualquier otra actividad, incluso la escolar, para sumergirme en los estudios de Radio Mambí. Era un mundo nuevo que me absorbía por completo. Recuerdo vívidamente la emoción de participar en los programas infantiles, donde mi timidez desaparecía por instantes. Ya fuera como locutor o interpretando diversos personajes, cada momento frente al micrófono era una aventura única. La oportunidad de colaborar con el noticiero Aquí Pionero, bajo la dirección de Iván Clavería, era simplemente desafiante.
“En aquellos años, la tecnología de grabación aún dependía de las enormes cintas, una para la música y los efectos y otra para el programa. Qué emoción mezclar los sonidos en aquellos aparatos gigantes que tenían tanta historia. A veces mis manos no alcanzaban a ejecutarlo con toda la agilidad que demandaban. Incluso cuando estaba becado en la escuela vocacional, seguía dedicando horas a la radio. Recuerdo salir de clase en las tardes para escribir los guiones a tiempo. Eran solo diez minutos al aire, algunas veces grabado, otras en vivo, y cada momento era una experiencia emocionante”.
Radio Mambí
Radio Mambí es una radioemisora líder en Santiago de Cuba. Líder en popularidad, líder en memoria. Su colectivo, encabezado por la ya mítica Gertrudis Boizán Barrientos, sabe cobijar el talento desde temprano, sabe cuidarlo. Dayron se propuso retribuir el cariño, aquilatar las raíces.
“Fue precisamente Radio Mambí y su equipo, quienes me brindaron una oportunidad única de crecimiento personal y profesional. Allí enfrenté y superé mis propios miedos, especialmente el temor a hablar en público y a relacionarme con los demás. El exigente oficio de buscar información y hacer entrevistas para entrar a las emisiones, ayudaron mucho en ese camino. Poco sabía en aquel momento del periodismo, de sus virtudes y saberes, de sus espinas y verdades. La pasión por conectar con los demás llegó primero. Y aún persiste.
“En esa búsqueda llego la historia de la W, y sus antecedentes en la Cadena Oriental de Radio. Recuerdo claramente mi primera conversación telefónica con Celina González, la legendaria reina de la música campesina. Puede que nos debamos aún el abrazo prometido al final del diálogo… pero siento que la conocí. Desde un estudio de radio escuché sus historias y melodías, de sus amaneceres en la emisora con Atalaya campesina, del día que estreno Changó, de su amor por Reutilio. Fue esa la semilla de una investigación que reconstruye las memorias de una cadena nacional que marcó a Cuba desde el oriente de la isla.
“Con el tiempo, se sumaron otras figuras como Luis Carbonell, Yolanda Portuondo, Salvador Wood. Las anécdotas fueron dando vida a una historia dispersa, invisibilizada, casi silenciada: por un lado aquel primer poema con el que debutó el acuarelista en aquellos días donde todavía era pianista acompañante; o el concurso de talentos que hizo a Yolanda escapar de casa para participar; o aquel Día del Estudiante donde Salvador dejó la labor de efectista para asumir su primer papel como actor, ante la ausencia de un miembro del elenco.
“Todo ese bagaje de experiencias, fragmentos de la vida cotidiana y retazos de la memoria colectiva se fusionaron para dar vida a Sonidos de ciudad, un proyecto que comenzó como una serie documental junto con Santiago Carnago, que se convirtió en una tesis académica de Licenciatura en Periodismo y de Maestría en Estudios Cubanos y del Caribe, ambas cursadas en la Universidad de Oriente; y que ahora está en proceso de convertirse en un libro en colaboración con la editorial En Vivo”.
Conectar con las audiencias
Dayron Chang, el locutor, el periodista, el investigador, el radialista, el profesor, ha sido galardonado en los concursos Caracol, Félix B. Caignet y Santamareare, convocados por la UNEAC; así como en el Festival de la Radio y la Convención de Radio y Televisión (ICRT), el Rubén Martínez Villena y el Antonio Lloga In Memoriam (AHS), entre otros. Ha egresado de cursos y postgrados en universidades de México, Estados Unidos, Ecuador y Colombia. La Sociedad Cultural José Martí le otorgó el premio Periódico Patria.
Estamos ante un creador en plena vibra.
“La TV llegó por puro azar, y lo digital es inevitable. Sin embargo, aún en medio del cambio civilizatorio que representa la era de la conectividad en red, la radio sobrevive, permanece con nuevos formatos y soportes, con variaciones en su producción y distribución; pero con misiones que perduran. De cada lenguaje aprovecho sus virtudes y alcances, no desestimo nada que me ayude a cumplir mis propósitos o a canalizar mi pasión por conectar con las audiencias, de transmitir algo positivo y enriquecedor. De lo que se trata es de ayudar a los otros.
‘En lo audiovisual está todo lo que aprendí en la radio. No es solo la palabra o la fuerza penetrante de la imagen, son los efectos, los sonidos ambientes, la música, los paisajes sonoros quienes ayudan a moldear la narrativa, a ubicarte en contexto, a acentuar una emoción. Nada dejo escapar cuando de moldear una obra se trata. Menos ahora que me arriesgo a diseñar mis proyectos pensando en los códigos de la transmedialidad.
“Ya no es solo la serie documental, sino otras plataformas y opciones como el libro, la página web, el podcast, los testimonios para radio, la estrategia en redes sociales, el videojuego, conformando un universo interactivo donde el prosumidor tenga participación y capacidad de decisión en la historia. Ubico al ser humano en el centro de toda creación. No podemos crear sin escuchar a los públicos. Ellos tienen que ser los protagonistas. Así lo he intentado hacer en los últimos proyectos históricos”.
El propósito y la pasión
Dayron no deja de soñar, no deja de hacer, en medio de las angustias y las esperanzas, de las complejidades que vive nuestra sociedad. Él sabe buscar muy adentro sus razones y sabe mirar a los ojos de su gente. Por suerte, tiene muchos capítulos por escribir en su vida.
“Puede que mis constantes búsquedas hoy me lleven a hablarte de Big data, o Inteligencia Artificial, o podcast; pero el origen de toda inquietud comenzó con una consola de radio, en la complicidad de una emisora local que ha acompañado a su público durante años, y que como en 1940, mantiene a las once de la mañana un programa para las peticiones musicales de su audiencia. Sé que esa es la historia de muchos colegas que sueñan el mundo cada día desde el poderoso impacto de un sonido.
“Hay vida y emoción en la radio cuando descubres que en el interior de su hogar hay una anciana sintonizando su programa favorito, o que un joven hace sus actividades matutinas escuchando un podcast, o que tu familia del otro lado de Cuba está bien después de un ciclón. Ese poder de conexión es inestimable. Yo como muchos, soy consecuencia de esos sonidos que nos marcan.
“Cuantas lecciones de constancia y consagración nos da cotidianamente un medio como la radio, que aún entre olvidos, y omisiones constantes se exige estar y permanecer junto al ser humano. Quizás en este recorrido, desde aquel niño tímido que ingresó a la radio hasta el adulto apasionado por desentrañar los secretos de la historia y la comunicación, radique parte de mi verdadero propósito y pasión.
“La orientación intelectual y el estímulo constante de figuras como la historiadora Olga Portuondo durante mi Maestría, me llevaron a apreciar la radio en toda su complejidad y a comprender su trascendencia y legado para la sociedad cubana. Ahora aparecen más cuestionamientos y preguntas, nuevas premisas, se reformulan enfoques que abren caminos nuevos a una investigación interminable que da voz a la radio, un medio imprescindible para hilar el relato de la nación”.
Tomado del sitio web de la Radio Cubana
Me encantó esta entrevista. Para ambos colegas mi abrazo y respeto.