Elon Musk, la persona más rica del mundo, acordó pagar -¿a su presidente, su compañero, su amigo, su partner…?- la bella cifra de 10 millones de dólares (10 MUSD) para detener la batalla legal que Donald Trump había emprendido contra el gigante de las redes sociales Twitter-X por haber sido excluido de la plataforma tras el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021.
Basada en información previa del sitio The Wall Street Journal (WSJ), una nota de la agencia EFE refiere que el equipo de Trump consideró abandonar la demanda, citando la cercanía de Musk con el presidente y el hecho de que el primero gastó 250 millones de dólares para ayudar a la elección del segundo.
No obstante, como negocios son negocios, los dos multimillonarios dejaron a un lado los cariñitos y avanzaron con el acuerdo. Musk es desde la pasada campaña electoral -recuerda la nota- la mano derecha del líder republicano y desde el inicio del segundo mandato de aquel el pasado 20 de enero está al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una estructura especialmente creada por Trump para el también propietario de Tesla y SpaceX con el objetivo de recortar gastos y aparatos federales.
La red X, conocida como Twitter en los tiempos del conflicto, decidió en enero de 2021 suspender la cuenta de Trump, en medio de la tensión política derivada de las elecciones presidenciales de 2020 y del asalto al Capitolio, protagonizado por simpatizantes del político que una vez reinstalado en el Salón Oval de la Casa Blanca se ocupó rápidamente de firmarles el indulto.
El 8 de enero de 2021, el último mensaje de Trump antes de aquel veto fue: “A todos los que han preguntado, no asistiré a la toma de posesión (de Joe Biden) el 20 de enero”.
A finales de 2022, tras adquirir la red social por 44 000 millones de dólares, Musk ordenó restituir la cuenta de Trump, pero este, que había creado su propia plataforma, Truth Social, optó por dejarla inactiva y no reapareció allí hasta agosto de 2024.
Trump había presentado una demanda en julio de 2021, meses después de que se le prohibiera el acceso, y en ese momento la compañía alegó que su decisión respondía “al riesgo de una mayor incitación a la violencia”, en tanto el afectado argumentó que la medida infringía la Primera Enmienda, que protege la libertad de expresión.
Un juez federal de California desestimó la demanda inicial de Trump en mayo de 2022, afirmando que Twitter no actuaba como parte del Gobierno de Estados Unidos y, por lo tanto, no violaba sus derechos, pero Trump apeló esa decisión.
La “bandera blanca” de Musk a Trump no es única: la nota de EFE señala que el 29 de enero el propio The Wall Street Journal informó que la compañía Meta acordó pagarle 25 millones de dólares para resolver la demanda que este le había interpuesto en 2021 por vetarlo en sus redes sociales (Facebook e Instagram), también tras el asalto al Capitolio.
El WSJ indicó que 22 millones del monto serían destinados a financiar la biblioteca presidencial de Trump y el resto a gastos legales y de compensación a otros denunciantes.
