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Humor, diseño y periodismo

Conferencia en el 5to. Festival de la Prensa

Comienzo con una frase del escritor inglés Gilbert K. Chesterton: “Lo divertido no es lo contrario de lo serio, sino de lo aburrido.” La menciono para subrayar algo que se dice y se repite, y no obstante aun no es suficiente, y es que, en efecto, el humor es algo muy serio.

Y a continuación un par de interrogantes: ¿Puede el humor ser un recurso en el discurso periodístico? ¿Puede contribuir a mejorar la actividad profesional del periodista?

Dado que el tema es humor, diseño y periodismo, es bueno acotar de qué estamos hablando. Sobre periodismo, por supuesto, se sabe. En cuanto al diseño, en sentido general, la palabra diseño se refiere a la actividad de proyectar algo. Aquí consideraré el diseño de comunicación visual, antes llamado diseño informacional y más atrás diseño gráfico. Tiene que ver con el diseño editorial, la infografía, la señalética, el diseño audiovisual o de páginas Web. En el ISDi, también está la carrera de diseño industrial, con esferas de actuación más alejadas del periodismo, como el diseño de interiores, de objetos o de maquinaria.

Respecto al humor, los estudiosos coinciden que es difícil dar una definición, pero yo pienso que de una forma u otra los que me escuchan tienen una idea, de qué se entiende por humor. Solo quiero precisar que básicamente hay dos grandes acepciones.

Por un lado, se entiende el humor como una actividad humana asociada a lo cómico o simpático, a la risa o la sonrisa, a lo divertido o ingenioso. Pero por otro, también relacionado con un estado de ánimo: así decimos que alguien está de buen o mal humor.

Unido a esto está el sentido del humor, como una capacidad de la persona de apreciar el humor, de generarlo o de utilizarlo en el afrontamiento de situaciones adversas. Eso hace que el sentido del humor sea algo personal y se manifiesta en que lo que la da risa a una persona, no necesariamente le da risa a otra.

En lo adelante daré por sentado que el término humor se refiere al buen humor, al humor positivo, alejado de sarcasmo y la burla extrema e hiriente.

El hecho de que el humor haya sido estudiado desde diversas aristas del saber humano, como la Fisiología, la Psicología, la Antropología, la Literatura, las Artes Escénicas, la Filosofía, la Lingüística, la Semiótica y la Sociología,  refleja su carácter complejo.

Esta complejidad del humor se manifiesta en lo cognitivo (capacidad de percibir, apreciar y generar humor), lo emocional (sensaciones de bienestar, alegría y diversión), lo conductual (risa, sonrisa, cambios posturales o expresivos del rostro) y lo fisiológico (cambios bioquímicos que aumentan la tolerancia al dolor).

Ahora, bien, ¿qué hay de común en el humor, el diseño y el periodismo?

  • Son actividades creativas

Se utiliza el humor en el Diseño de comunicación visual. En soportes de campañas publicitarias, ya sea carteles o spots, el elemento humorístico juega un papel significativo. Este es un ejemplo de promoción de cerveza.

  • Son provocativos y críticos

Y deben serlo porque contribuyen al mejoramiento humano y la crítica es necesaria para cambiar las cosas. Al humor le es inherente la crítica. De hecho, la sátira, es esa forma elevada del humor, en el que el creador se vale del humor para atacar una realidad que desaprueba. Esto hace que existan barreras hacia el humor.

Hay círculos intelectuales en los que se considera al humor como un arte menor y toda aquella situación en la que se destaque el humor se considera ligera. Los términos cómico y payaso se usan con un sentido peyorativo.

No es de extrañar que haya prejuicios con respecto al uso del humor, porque sea entendido como sinónimo de inmadurez y como falta de seriedad.

En no pocas ocasiones, suele aparecer una hostilidad entre el humor y quienes ejercen un poder (desde políticos, padres de familia y hasta el propio maestro en su aula), en el que humor aparece alejado. La iconografía de los héroes los muestra con el rostro serio y hasta severo (así está la mismísima estatua de la Libertad).

Un ejemplo concreto es el papel moneda, la gravedad con que aparecen los padres fundadores. Sin embargo, nuestro país cuenta con una moneda en la que el héroe, a quien se dedica, nos alegra con una sonrisa de oreja a oreja.

  • Dependen del contexto y el contexto establece los límites

En nuestra opinión, si se aborda con inteligencia, ingenio y de manera creativa, cualquier tema puede ser tratado con humor. En efecto, a través del humor, es posible llamar la atención de los problemas más graves y solemnes. La guerra, los desastres, la muerte, las enfermedades, los problemas sociales, la política, en fin, no hay un tema, por escabroso que sea, que no sea factible de ser considerado bajo una óptica humorística.

La experiencia demuestra que, mediante el tratamiento humorístico de los problemas y acontecimientos sociales, los grupos humanos o sus miembros pueden traspasar ciertos límites que de otra forma se considerarían censurables o expresamente prohibidos

Sobre este hecho, de que mediante el humor se pueden tratar temas complicados y espinosos, que de otra forma resultaría cuando menos, muy peliagudo su abordaje, insistía Carlos Ruiz de la Tejera, Premio Nacional del Humor 2006. Al respecto, parafraseando a José Martí, decía que el humor debía ser como “un látigo con cascabeles en la punta”. La frase resulta muy gráfica: si solo fuera látigo, no tiene nada que ver con el humor, pero si solo es cascabel, se renuncia a las potencialidades de humor de, además de hacer reír, poner el dedo en la llaga.

De modo que el humor permite tocar aspectos muy importantes de la realidad con una mezcla de reflexión y simpatía. Estos son carteles realizados por estudiantes del ISDi.

Pero, evidentemente, el humor tiene límites y están dados por el contexto. Por contexto se entiende el espacio, el momento histórico y el emisor y el receptor del humor en cuestión.

Y es que se hace humor con una intencionalidad, en lo fundamental, que quien lo reciba ría o sonría. Evidentemente, si el contenido del chiste hiere la sensibilidad de quien lo escucha, no cumplirá su función. Si se escoge un lugar o un momento solemne, de seguro el chiste no va a funcionar igual que si se hace de manera incorrecta.

De modo que la clave del éxito de cualquier tipo de humor es considerar el contexto, dónde, ante qué audiencia y qué características tiene la persona que lo recibe. El humor no existe sin receptor y sin contexto, por lo que evaluar un chiste teniendo en cuenta sólo su contenido, por sí solo, es una simplificación del humor, de sus consecuencias y de su propia función.

En otras palabras, que si bien cualquier cosa puede someterse al discurso humorístico, el contexto marca un límite. No es lo mismo una publicación humorística como Palante, que juvenil, como Juventud Rebelde, que el órgano oficial de una provincia o del Partido, como Granma.

Por ejemplo, en los años 70, había un repudio generalizado a nivel mundial contra el presidente Richard Nixon, por la guerra de Viet Nam y por el nivel de violencia dentro de los propios Estados Unidos. Y se empezó a escribir, con un sentido muy satírico, el nombre de Nixon sustituyendo la X por una suástica.

La imagen muestra una manifestación en Italia. En algún momento Granma empezó a hacer lo mismo y ocurrió lo inesperado: Nixon fue a Moscú en 1972 a entrevistarse con Leonid Brezhnev. Pero era muy fuerte escribir Nixon de esa manera al lado del nombre de Brezhnev. Y hubo que recurrir a los epítetos: el mandatario de Estados Unidos, el presidente estadounidense, el inquilino de la Casa Blanca, etc.

  • Requieren de una amplia cultura general

 

Entre los recursos creativos están las analogías y las asociaciones, pero para poder hacer esto hay que contar con una amplia cultura y poder conectar cuestiones aisladas para dar un resultado ingenioso, simpático y llamativo.

  • Se basan en la actividad humana de comunicación

Y es en este aspecto es en el que a mi juicio contribuye el humor a la labor periodística. Si se quiere un estilo de comunicación asertivo, el tono humorístico puede contribuir mucho. La asertividad se asocia a un comportamiento comunicacional en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que manifiesta sus convicciones y defiende sus derechos.

Pero considero que no solo es importante el discurso humorístico como ropaje de lo que se comunica. El periodista debe a veces buscar la información en entrevistas y ahí también es importante el clima que aporta el tono de humor.

Por supuesto, ello exige un dominio de los mecanismos del humor, aquellos recursos que hacen que cumpla su función de hacer reír o sonreír, pero en el caso particular del periodismo, es imprescindible también reflexionar.

Hay elementos generales, como la sorpresa, la incongruencia, el contraste, la descontextualización o lo desajustado, pero otros más específicos como el doble sentido, la repetición, los juegos de palabras que resumen un conjunto de figuras literarias, como los retruécanos, oxímoron, metaplasmos, la metáfora y la metonimia, la hipérbole, muy utilizada, el absurdo, la parodia, la sátira, la ironía, con la exclusión del sarcasmo, como burla extrema, hiriente y mordaz.

Resulta imprescindible mencionar el ejemplo de Marcos Behemaras, Héctor Zumbado, Enrique Núñez Rodríguez, Manuel González Bello y tantos más, que  hicieron periodismo con  un humor que nos hizo reír y pensar.

Y termino como empecé, con una frase, en este caso del autor más prolífico que existe, el más sabio e ilustrado, capaz de opinar cualquier tema. Me refiero a Anónimo: y cito: “El día que perdamos la esperanza…  aún nos quedará el humor.”

Muchas gracias.

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