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De Nueva York a La Habana, un puente de comunicación

En otra edición del programa Hofstra in Cuba, que cumple diez años en 2025, este jueves 9 de enero 15 estudiantes y dos profesores de esa universidad estadounidense visitaron el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, donde dialogaron con el presidente nacional de la UPEC, Ricardo Ronquillo Bello, y con Iliana González, directora en funciones de esa institución que asegura la superación posgraduada de la prensa cubana.

Ubicada en Long Island, a 40 kilómetros de la ciudad de Nueva York, la Universidad Hofstra (Hofstra University) es una academia privada, sin fines de lucro, destacada por recibir, junto a alumnos norteamericanos, a múltiples estudiantes internacionales.

Los quince alumnos que visitan Cuba en este grupo —conducidos por Mario Alfonso Murillo, profesor de periodismo y comunicación social y vicedecano de la Facultad de Comunicación, y Conrad Herold, profesor de economía— se distinguen de otros universitarios de Estados Unidos que visitaron esta semana la sede de la UPEC en que ahora mayoreaban alumnos de carreras propias o afines a los medios de prensa, como periodismo, relaciones públicas, comunicación social, radio, cine y televisión, aunque también vinieron jóvenes que se forman en el área de los estudios latinoamericanos.

La composición de la delegación y su afán de diálogo —el profesor Murillo dijo en la antesala de la charla que venían a conocer Cuba y a romper mitos que persisten en Estados Unidos sobre ella— explica por sí sola la intensidad del encuentro con Ronquillo, quien se interesó por los vínculos de trabajo que los jóvenes entablan con medios de prensa desde que entran a la carrera, una práctica también común en las seis escuelas de periodismo de la Isla.

Por lo que respondieron, textos para los periódicos universitarios y de la comunidad, pasantías en otras editoras, labores para estaciones de radio y cobertura fotográfica en el campo de Hofstra suelen ser escenarios de sus primeros productos comunicativos. De igual modo, han fundado medios alternativos para enfocar asuntos de minorías tradicionalmente invisibilizadas.

El presidente de la UPEC les comentó que llegaban en un momento interesante para la comunicación en Cuba, pues en 2024 se implementó la Ley de Comunicación Social, una herramienta inédita en la historia de la nación que fue aprobada tras profunda consulta popular y resultó la tercera norma legal más debatida, superada en ello solo por la actualización de la Constitución de la República, en 2019, y por el nuevo Código de las Familias, más adelante.

Ronquillo resumió para ellos el proyecto que lidera la UPEC para avanzar en la modernización de los medios de comunicación, marcados por déficits tecnológicos y algunas rutinas heredades del modelo de prensa del extinto campo socialista. La nueva Ley —dijo— ofrece el marco constitucional para construir un nuevo modelo de prensa público en el que se puede combinar el respaldo del presupuesto de Estado para la actividad con el emprendimiento de formas de autofinanciamiento que mejoren a un tiempo la gestión, el producto, las condiciones de trabajo y los ingresos.

Como hiciera para 16 jóvenes del Goucher College, el pasado día 7 de enero, el líder del gremio periodístico en Cuba explicó a los 15 de Hofstra University detalles de la acentuada guerra mediática desatada contra Cuba por grupos contrarrevolucionarios asentados principalmente en La Florida, Estados Unidos, pero también en otras naciones. Esta agresión comunicacional, ejecutada desde medios, redes e influencers, dispone del millonario financiamiento de entidades de la propia Casa Blanca.

“La comunicación es el centro de la agresión de los actuales gobiernos estadounidense contra Cuba”, aseguró antes de agregar que Barack Obama creó la Fuerza de Tarea de Internet para Cuba, centro de una red dedicada a promover campañas mediáticas contra la Revolución. El ataque informativo a las medidas económicas que el Gobierno cubano adopta para salir de una crisis nacida en buena medida de la asfixia del bloqueo es una de las prácticas recurrentes de ese Fuerza desestabilizadora.

Ante una pregunta del profesor Murillo, el presidente de la UPEC explicó que, efectivamente, hay múltiples perspectivas en la discusión del empleo privilegiado del dólar estadounidense en ciertas acciones comerciales en Cuba, habida cuenta de que ello acentúa diferencias sociales que sus líderes no han podido evitar.

Las 243 medidas de reforzamiento del bloqueo establecidas en su momento por Donald Trump y mantenidas luego por Joe Biden son la expresión más gráfica de un cerco que ha ahuyentado de costas cubanas los cruceros y los tanqueros, privando de ingresos y servicios, ahondando la crisis y elevando los precios de las compañías extranjeras que se deciden a sortear de alguna manera la voluntad de Washington.

Cuba es privada además, por imposición de la Casa Blanca a sus ciudadanos, de recibir turistas norteamericanos, no solo los de mayores ingresos, sino los que forman el gran segmento más cercano a la Isla y que atesoran simpatías mutuas con los cubanos. En ese sentido, Ronquillo les refirió que en las guerras de independencia de Cuba tuvimos héroes norteamericanos y que, como dijo Fidel Castro, pese al diferendo bilateral, la Cuba en Revolución es el único país del mundo donde no se ha quemado una bandera sola de Estados Unidos.

“Ustedes pueden venir por la cláusula del intercambio ‘pueblo a pueblo’, son los enviados especiales a ‘cambiarnos las ideas’ —les dijo en broma Ronquillo—, pero les agradecemos mucho que vengan porque todos salimos enriquecidos, cambiados, luego del debate”.

Los jóvenes visitantes preguntaron en qué medida una eventual privatización de medios o el incremento de los periodistas independientes ayudaría al periodismo en Cuba. En ese sentido, Ronquillo argumentó que, fuera de los considerados constitucionalmente medios fundamentales, en Cuba funcionan otros muchos que no tienen ese carácter pero cumplen las funciones propias de las entidades que los editan. Les dijo que hay un creciente número de publicaciones privadas, aunque aclaró que lo que muchos llaman medios independientes no lo son nada porque están muy pendientes del financiamiento externo que les impone la agenda.

De igual modo, los visitantes se interesaron por conocer cuánta libertad puede tener un periodista cubano para escribir, una interrogante que el presidente de la UPEC respondió con su propia obra en varios medios y soportes en los cuales, dijo, puede hablar de cualquier tema. De todos modos, admitió restricciones editoriales derivadas de la herencia aun no superada del modelo de comunicación socialista europeo, muy centrado en los dirigentes y limitado a la hora de abordar ciertas demandas del pueblo.

Muy agudos, como buenos periodistas de un futuro cercano, preguntaron también si, tras apreciar aciertos y errores de otros, como los de Estados Unidos, los cubanos aprenden qué deben hacer. Sobre ello, Ronquillo explicó las raíces multiculturales de la nación cubana y afirmó que aprendemos del mundo entero, lo cual le permitió esbozar la naturaleza del Coloquio Patria, de comunicación política, que tendrá su cuarta edición en marzo próximo y para la cual pudiéramos recibir a alumnos y profesores de la Universidad Hofstra.

El profesor Mario Alfonso Murillo comentó el declive en Estados Unidos no solo del periodismo y los medios tradicionales, sino también del interés por la carrera de periodismo, y el bajo arraigo que todos ellos tienen en jóvenes que prefieren las redes sociales, una situación similar a la del asunto en Cuba.

Al respecto, Ricardo Ronquillo hizo un análisis de rutinas de acceso a redes en el país, donde ha bajado el interés por los noticieros de radio y televisión. “Por ello —comentó— adaptamos el contenido de los medios a las exigencias de las nuevas plataformas, aunque sin abandonar las tradicionales, que tienen aún oportunidades siempre que modernicen sus discursos y estéticas”.

Al final, Ronquillo indagó qué piensan los jóvenes norteamericanos sobre el ascenso casi acrítico de las ideas de derecha en el mundo, incluido el fascismo, y qué creen de su contrario, el ideal socialista. El joven que decidió responder considera que muchos no entienden bien lo que representa el fascismo, mientras otros tantos se alejan del socialismo por el peso del viejo prejuicio sobre lo soviético. “Es difícil —confesó— saber cuál es más popular”.

Tan difícil, a todas luces, como lo ilustra la anécdota hecha por el profesor de economía Conrad Herold: “La confusión en Estados Unidos es tal que hubo un número significativo de votantes que en una boleta marcaron por Trump y en otra marcaron por Ocasio Cortez, su antípoda en la escala política.

Estudiantes y profesores refirieron el respaldo que tiene en su academia la defensa de la causa del pueblo palestino, reflejada en manifestaciones y hasta en un memorial a las víctimas, pero tratada con delicadeza extrema por las muchas complejidades que allí entraña.

El programa Hofstra in Cuba comenzó a ejecutarse en 2015, con la llegada a La Habana del primer grupo de esa universidad. Luego fue repetido en 2016, 2017 y 2023, tras un receso a causa del azote de la pandemia de COVID-19. Como media, en cada edición vienen unos 15 jóvenes.

Esta representación de 2025, que ha estado además en el Centro de Estudios Fidel Castro, el Museo de la Denuncia, Radio Rebelde, los Estudios Abdala y sitios de interés cultural y turístico, es la quinta parada en la Isla de estudiantes y profesores como parte de un proyecto que aplican también en las ciudades de Los Ángeles, Roma y Barcelona.

Fotos: Del autor.

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Enrique Milanés León
Forma partede la redacción de Cubaperiodistas. Recibió el Premio Patria en reconocimiento a sus virtudes y prestigio profesional otorgado por la Sociedad Cultural José Martí. También ha obtenido el Premio Juan Gualberto Gómez, de la UPEC, por la obra del año.

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