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Adiós a 2024 y sus monumentales películas

Todo cinéfilo medianamente informado sabe que la despedida del año, e incluso el arribo del año nuevo, coinciden en muchos países, Cuba incluida, con la selección de las mejores películas vistas por críticos y especialistas en ese período que se cierra. Aquí atravesamos casi siempre un particular, inevitable desfasaje. En nuestras pantallas apenas se han asomado algunos de esos filmes que en diciembre y enero están ganando en el Globo de Oro, los Oscar, el Goya o el César, por mencionar solo algunos, por lo que nos remitimos mayormente a títulos producidos en 2023.

La Revista Cine cubano me pide informar sobre la actualidad, y al mismo tiempo me parece importante dar cuenta de la selección anual de la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica (ACPC), filial nacional de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (FIPRESCI), sobre las mejores películas extranjeras estrenadas en Cuba en 2024. Para combinar ambos propósitos me remito a las películas elegidas por los críticos cubanos, y al mismo tiempo intento relacionarlas, temática o estéticamente, con las que están ganando ahora mismo similares reconocimientos, de modo que este artículo no solo expone la mencionada elección de los críticos cubanos en 2024, sino que, hasta cierto punto, propone una suerte de vaticinio sobre algunos de los títulos que probablemente figuren en la selección cubana a finales de 2025.

Zona de interés, de Jonathan Glazer.

Mis colegas y yo optamos preferentemente por destacar los valores de cuatro filmes contundentes: Zona de interés (The Zone of Interest, Jonathan Glazer, Reino Unido); Anatomía de una caída (Anatomie d’une chute, Justine Triet, Francia); Días perfectos (Perfect Days, Wim Wenders, Japón-Alemania) y Los asesinos de la luna (Killers of the Flower Moon, Martin Scorsese, Estados Unidos). A estas películas pertenecen algunas de las más inquietantes imágenes, asombrosas situaciones y descomunales personajes del cine que vimos recientemente, y por ello constituyen las primeras cuatro elecciones de la lista confeccionada por los críticos cubanos.

Además de ganar el Grand Prix y el premio FIPRESCI en Cannes, el Oscar a mejor filme internacional y el premio al mejor director de la norteamericana Sociedad Nacional de Críticos de Cine (National Society of Film Critics), Zona de interés fue reconocida como la mejor producción británica de 2023 en los prestigiosos BAFTA. En la lista cubana figuran otras producciones o coproducciones con participación del Reino Unido: Pobres criaturas (Poor Things), artificioso, pero, como siempre, impresionante filme de Yorgos Lanthimos sobre una mujer a la que le realizan un trasplante cerebral en el Londres victoriano; y la historia de una obsesión que es Saltburn, dirigida por Emerald Fennell.

Pobres criaturas, de Yorgos Lanthimos.

Tanto Pobres criaturas como Saltburn fueron nominadas en vano al BAFTA a la mejor película británica (Outstanding British Film), y la primera ganó en las categorías de mejor actriz (Emma Stone), vestuario, diseño de producción y efectos visuales, mientras que la segunda perdió en todas las categorías en que la nominaron, incluidas las de mejores actores protagónico y secundario (Barry Keoghan y Jacob Elordi, respectivamente), actriz secundaria (Rosamund Pike) y música original.

Saltburn, de Emerald Fennell.

Para continuar hablando del estado actual del cine británico, a través del BAFTA se impone informar sobre las posibles candidatas de 2025, en la mencionada categoría de Outstanding British Film. Tal es el caso de la ganadora del premio de la National Board of Review y del Globo de Oro a mejor guion, Cónclave (Conclave, Edward Berger), realzada por la impresionante actuación de Ralph Fiennes. Al anterior, casi seguro ganador, se suman el filme histórico sobre la Segunda Guerra Mundial Blitz, escrito y dirigido por Steve McQueen; el drama Mi única familia (Hard Truths), escrito y dirigido por Mike Leigh, con una estremecedora actuación Marianne Jean-Baptiste, y el thriller distópico Guerra civil (Civil War), escrito y dirigido por Alex Garland.

A este grupo de películas británicas que han sido muy relevantes a lo largo de 2024, y que probablemente serán candidatas al BAFTA en algunas categorías, se suman la coming-of-age de tema lésbico que es Bird, escrita y dirigida por la consagrada Andrea Arnold; la singular comedia romántica El tiempo que tenemos (We Live in Time, John Crowley), que muestra acronológicamente la relación de una pareja (Andrew Garfield y Florence Pugh) a lo largo de una década, y dos biópics, uno de la cantautora Amy Winehouse titulado Back to Black (Sam Taylor-Johnson) y otro nombrado Lee (Ellen Kuras), producido y protagonizado por Kate Winslet, quien encarna a la célebre fotógrafa y corresponsal de guerra Lee Miller.

Anatomía de una caída, de Justine Triet.

Volviendo a la lista de la crítica cubana, el cine francés y el japonés estuvieron representados por Anatomía de una caída y Días perfectos. Filme criminal con diálogos cincelados y actuaciones fuera de serie Anatomía de una caída fue seguramente la producción más premiada de 2023, en tanto ganó no solo la Palma de Oro en Cannes, sino también seis premios César y cinco nominaciones al Oscar. En 2025 hay dos producciones francesas, una hablada en español y la otra en inglés, que están acaparando la mayor parte de los premios más importantes: la historia de un narcotraficante transexual que es Emilia Pérez, de Jacques Audiard, y la fábula sobre una estrella de los medios negada a envejecer en La sustancia (The Substance, coproducción franco-británico-estadounidense), de Coralie Fargeat.

Días perfectos, de Wim Wenders.

El premio del jurado y el de actuación femenina (colectivo) en Cannes, nueve nominaciones a los Premios de la Crítica Cinematográfica (Critics’ Choice Awards), los premios del cine europeo a mejor película, director, guion, edición y actriz (Karla Sofía Gascón) suscriben la calidad de la polémica Emilia Pérez, mientras que La sustancia ganó mejor guion en Cannes, fue nominada entre los mejores filmes europeos del año, alcanzó seis menciones en los Critics’ Choice Awards y otras tantas del Círculo de Críticos de Londres, y Demi Moore fue premiada en los Globos de Oro como mejor actriz de comedia o musical.

Es curioso el hecho de que la selección de los críticos que trabajan en la prestigiosa y exclusivista Cahiers du Cinéma no incluyó ni a Emilia Pérez ni a La sustancia, y prefirieron manifestar su entusiasmo ilimitado por Misericordia (Miséricorde), de Alain Guiraudie. Sin embargo, la academia francesa es muy difícil que se abstenga de premiar a Emilia Pérez o La sustancia, y es probable que opte por un reparto salomónico de galardones que incluya a las tres mencionadas junto con la popular El conde de Montecristo (Le Comte de Monte-Cristo), codirigida por Alexandre de La Patellière y Matthieu Delaporte, o el más reciente filme de François Ozon, Cuando cae el otoño (Quand vient l’automne).

Los asesinos de la luna, de Martin Scorsese.

Creo que el antiwéstern llamado Los asesinos de la luna no es solo una de las mejores películas de Martin Scorsese, sino del cine norteamericano en los últimos veinte años. Ganó la mención entre los mejores filmes del año por el National Board of Review y el Instituto Estadounidense del Cine (American Film Institute), fue nominada como mejor película en el Oscar y también a siete Globos de Oro y a nueve BAFTA (incluyendo mejor película), mientras que su protagonista Lily Gladstone también fue nominada al Oscar y ganó como mejor actriz en los Globos de Oro y en el Sindicato de Actores de Cine (Screen Actors Guild). Es difícil encontrarle equivalentes en 2024, pero al parecer, las principales tendencias de los críticos norteamericanos favorecerán la entronización de The Brutalist (Brady Corbet), Anora (Sean Baker) y Dune: Parte dos (Dune: Part Two, Denis Villeneuve), de las cuales el lector seguramente tendrá ya muchísimos referentes que no es necesario reiterar aquí.

Entre los autores itinerantes del mundo moderno, tal vez las palmas les correspondan a Wim Wenders, quien regresó a Japón para rodar la cotidiana y hermosísima Perfect Days, nominada como mejor película internacional por el Oscar, los Critics’ Choice Award y el César, ganadora del premio al mejor actor (Kōji Yakusho) en Cannes y elegida por la Academia Japonesa como la de mejor dirección y actor. El cine japonés de 2024 estuvo marcado por el regreso de algunos de sus directores legendarios: Takeshi Kitano presentó Broken Rage, un filme resuelto en dos partes. La primera es un sombrío policiaco sobre la Yakuza o mafia japonesa y la segunda parte es una comedia que parodia la primera parte. Sin embargo, un segmento significativo de la crítica nacional se deshizo en elogios ante otros dos títulos: el drama ambientalista El mal no existe (Evil Does Not Exist), de Ryusuke Hamaguchi, y el thriller psicológico Nube (Cloud), nuevo filme de Kiyoshi Kurosawa, sobre un poco ético vendedor de mercancías por internet. Después de ser exhibida en los festivales de Cannes y Busán, Nube fue seleccionada para competir por el Oscar a la mejor película internacional.

Yo capitán, de Matteo Garrone.

En la lista de las mejores, según los críticos cubanos, también figuraba una producción italiana, Yo capitán (Io capitano, Matteo Garrone), la odisea migratoria de dos jóvenes senegaleses en busca de mejor vida en el sur de Europa. Galardonada con el premio a la mejor dirección en el Festival de Venecia y ganadora de siete premios David de Donatello y de seis Nastro d’argento, la impresionante película también fue nominada entre las mejores del mundo en el Globo de Oro y en el Oscar. Los caballos de batalla italianos de 2024 parecen ser Parthenope, una oda a su ciudad natal concebida por el napolitano Paolo Sorrentino, mientras Luca Guadagnino continúa elaborando sus tratados sobre los recovecos del deseo homosexual, y ese año nos entregó dos títulos: Rivales (Challengers)y Queer, ambos realizados en vocingleras coproducciones internacionales.

Vidas pasadas, de Celine Song.

Luego de mencionados los siete títulos sobre los cuales concuerdan los gustos de mis colegas y el mío (Zona de interés, Saltburn, Pobres criaturas, Los asesinos de la luna, Días perfectos, Anatomía de una caída y Yo capitán) se impone develar los desacuerdos. La película norteamericana con personajes coreanos Vidas pasadas (Past Lives, Celine Song) comete un pecado en el que jamás debiera incurrir una película romántica: la excesiva distancia o frialdad con que se definen sus protagonistas, Nora y Hae Sung, amigos de la infancia de quienes debemos creer, sin demasiados datos a favor de esta tesis, que están profundamente conectados sentimentalmente.

Secretos de un escándalo, de Todd Haynes.

Una distancia similar mantuve ante la también elegida Secretos de un escándalo (May December). Aparte de sus evidentes méritos como director de actrices (poderosas Julianne Moore y Natalie Portman), Todd Haynes está haciendo un cine demasiado parecido al de Pedro Almodóvar, con mucha menos gracia, imaginación y profundidad, y ya se sabe que el manchego tampoco es el más profundo de los cineastas actualmente reconocidos.

A las archiconocidas y muchas veces vistas historias de supervivencia se acoge J. A. Bayona en la española La sociedad de la nieve, un retrato de una tragedia ocurrida en los Andes en 1972, cuando un grupo de jóvenes uruguayos hizo lo imposible por sobrevivir al accidente aéreo que los dejó atrapados durante más de setenta días en las montañas. Es también una buena película, no lo discuto, el tema es que la historia se ha contado tantas veces en libros, artículos de todos los medios e incluso en películas previas, que la odisea sobrehumana ha perdido, para mí, toda dosis posible de suspenso. Bayona carga demasiado la mano en tremendismos y truculencias, y recurre a la gramática del cine de horror, porque la antropofagia y otras catástrofes devienen principales focos de interés del relato. El cineasta tiene derecho a jugar con las claves genéricas que considere más efectivas, pero a los espectadores nos asiste el equivalente de aceptar o rechazar determinado enfoque.

La sociedad de la nieve, de J. A. Bayona.

En el lugar de La sociedad de la nieve, hubiera colocado la también española 20 000 especies de abejas, de la debutante Estibaliz Urresola, el más delicado y elocuente ensayo sobre la transexualidad que he visto en fechas recientes. El niño se siente niña, y el conflicto se asoma a través de los otros, de la familia o del complicado contexto rural, que nunca están vistos en el papel de «los malos», porque el filme esparce un tapiz de comprensión y naturalidad sobre todos los personajes y situaciones que se asoman en sus encuadres.

Sala de profesores, de Ilker Çatak.

Finalmente, hubiera sido bueno seleccionar entre las diez mejores estrenadas en Cuba en 2024 la alemana Sala de profesores (Das Lehrerzimmer, Ilker Çatak), que se las arregla para incluir en la trama, de manera natural, los más urgentes temas sociales del mundo occidental, entiéndase discriminación, políticas educativas, acoso, redes sociales y fake news, todo ello insertado en una trama plena de suspenso, con un impecable perfil psicológico para cada personaje. Seguramente el filme no fue visto por la suficiente cantidad de votantes como para quedar en la selección final o simplemente no fue del agrado de otros. No olvidar que, finalmente, todo es cuestión de gustos personales una vez que aceptamos ciertos rangos de calidad para definir las mejores películas del año.

Debo aclarar que a mí no solo me agradan las películas «raras», artísticas e intimistas como Sala de profesores o 20 000 especies de abejas. También me divierte el entretenimiento vía acción y aventuras, sobre todo cuando la parafernalia está sostenida por alguna noción humanista que pueda percibir y aceptar. Por todo ello también figuraba en mi selección personal Furiosa. De la saga Mad Max (George Miller), la quinta película de una franquicia iniciada en Australia hace 45 años, y que luego ha sido imitada hasta el hastío por Hollywood cada vez que se pulsa el subgénero del filme de acción posapocalíptico, con mínimos diálogos y un diluvio de efectos especiales creados en computadora. Al igual que en su predecesora, Mad Max: Fury Road (2015), aquí llega una sorpresa visual tras otra, persecuciones y duelos consecutivos y superpuestos, sin embargo, la historia toda está puesta al servicio de la protagonista con una intención oportunamente feminista, que confirma a Anya Taylor-Joy entre las buenas actrices norteamericanas de su generación.

En enero del año que viene, más o menos por estas fechas, estaremos comentando lo mejor de 2025, una selección en la cual estarán, sin falta, algunos de los filmes que aquí se mencionan (Tomado de Revista Cine Cubano).

Imagen de portada: Zona de interés, de Jonathan Glazer.

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