Le creyeron cuando dijo que terminaría las guerras en Ucrania y la de Israel en una adivinanza para ingenuos. Sin embargo, era necesario hacerle responder desde el principio la pregunta esencial: ¿cómo lo haría?
El solapado ya enseñó sus garras y su intrínseca vocación de mandamás mundial, vociferando en su plataforma Truth Social. En este caso, el magnate recién electo, con ínfulas de Dios todopoderoso, no habla de sanciones, ni de sus amenazas y guerras económicas, destinadas a rendir por inanición a pueblos y naciones nada complacientes a sus intereses y los que representa —brutal pericia bélica que su amigo Benjamin Netanyahu lleva más de un año intentando contra los palestinos de Gaza, acompañando al aniquilamiento y la tierra arrasada.
Si Hamás no libera a los prisioneros israelíes antes de su toma de posesión como administrador del imperio habrá un “infierno que pagar”. Así escribió su versión y solución de los hechos y del problema:
“Todo el mundo habla de los rehenes que están siendo retenidos de manera tan violenta, inhumana y contra la voluntad de todo el mundo en Medio Oriente, ¡pero son solo palabras y no hay acción! Por favor, que esta VERDAD sirva para representar que si los rehenes no son liberados antes del 20 de enero de 2025, la fecha en la que asumo orgullosamente el cargo de Presidente de los Estados Unidos, habrá un INFIERNO QUE PAGAR en Medio Oriente y para aquellos a cargo que perpetraron estas atrocidades contra la Humanidad”.
“Los responsables serán golpeados más duro que nadie en la larga y legendaria historia de los Estados Unidos de América. ¡LIBEREN A LOS REHENES AHORA!”.
Dicen las informaciones que la amenaza de Trump se produjo después de que Hamás publicara un video de Edan Alexander, un soldado israelí-estadounidense hecho prisionero durante el ataque relámpago del 7 de octubre de 2023. El joven le habla a Trump y le pide que use su “influencia y todo el poder de los Estados Unidos para negociar nuestra libertad”.
Soslayan que el ultimátum de Trump llegó después de cenar con Sara Netanyahu, la esposa y consejera del primer ministro de Israel, en el Trump International Golf Club en Florida el domingo por la noche, según reveló Margot Martin, subdirectora de Comunicaciones de Donald J. Trump para Presidente y ex asistente de prensa de la Casa Blanca en el primer mandato trumpista, en un posteo en su cuenta en X @margomartin. Es evidente que el Bibi envió una mensajera para el evento “social”.
Trump por su parte, pretende desconocer que el infierno desatado por Netanyahu el mismo 7 de octubre de 2023, entró en su segundo año, ha contado con la complicidad de la administración Biden en armas y sostén político, propagandístico y diplomático —como ha sido siempre desde el surgimiento del Estado de Israel, y que ha impedido cualquier acuerdo sobre los rehenes, como desde un inicio planteó Hamás.
Pretenden también descartar la aterradora realidad de que Israel, hasta el momento, ha provocado la muerte de 44 466 palestinos, la mayoría niños y mujeres, heridos y mutilados 105 358 y quién sabe cuántos desaparecidos bajo los escombros de ciudades, poblados, campos de refugiados, mezquitas, hospitales, escuelas y universidades bombardeadas con ferocidad en una guerra de exterminio y tierra arrasada, a la que esperan ansiosos entrar los extremistas colonos judíos para anexarla y, con ellos, la victoria total del sionismo.
Donald Trump solo querrá ponerle su firma y sello…
Imagen de portada: Donald Trump cena con Sara Netanyahu, esposa y consejera del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. Foto: Margo Martin/X.
