Cuba ha desarrollado una molécula destinada al tratamiento de la enfermedad de Párkinson, cuya investigación recibe financiamiento desde 2018 para la puesta en marcha de estudios preclínicos y el comienzo de ensayos clínicos en Rusia.
El novedoso proyecto fue elaborado por el Centro de Investigación y Desarrollo de Medicamentos (Cidem), perteneciente al Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica (BioCubaFarma).
“Tenemos la buena noticia de que el producto está listo para iniciar el ensayo clínico fase 1, eso es algo histórico, es un hito. Para que se tenga una idea es primera vez que en Cuba tenemos una molécula de este tipo totalmente nueva, creada por nosotros y que es un candidato a medicamento”, detalló a Sputnik Alejandro Saúl Padrón, director general de esta institución de la mayor de las Antillas.
Recientemente, la Fundación Skólkovo, considerada como la principal agencia del Centro Ruso de Innovación para el Desarrollo y Comercialización de Tecnologías Avanzadas, aceptó este novedoso proyecto cubano.
Padrón, también especialista de la Universidad Químico-Tecnológica de Rusia D.I. Mendeléyev, refirió que los éxitos iniciales en colaboración internacional, asociada a proyectos innovadores, se produjeron como consecuencia de la cooperación con entidades rusas y, derivado además de ese intercambio técnico con especialistas, surgió en junio de 2019 una compañía mixta que labora con propuestas de la isla en el Parque Tecnológico Skólkovo.
Una de las líneas de investigación prioritarias del Cidem es el impulso de proyectos asociados a trastornos neurodegenerativos, junto al estudio de las enfermedades infecciosas, el empleo de los antimicrobianos y los medicamentos para el tratamiento del cáncer.
Gracias a “la experticia de nuestro centro y los resultados promisorios en un candidato para el tratamiento del Párkinson”, cuentan actualmente con un contrato para el registro y comercialización de esa molécula cubana, obtenida a partir del vínculo con profesionales de la Facultad de Química de la Universidad de La Habana, hace más de una década.
“Existen grandes expectativas en el mercado internacional”
Dentro de esa estrategia de cooperación, “lo primero fue el deseo de avanzar y buscar la sinergia a partir de las fortalezas de las partes involucradas; el desarrollo de las investigaciones sobre esta molécula trae beneficios para ambos países, pues las enfermedades neurodegenerativas no tienen aún tratamientos eficientes y eficaces, solo paliativos”.
El compuesto híbrido, denominado como JM-20, es capaz de incidir sobre diferentes blancos terapéuticos de manera simultánea, y se obtuvo hace alrededor de una década tras la conformación de una serie de alrededor de 20 estructuras similares y la comprobación de su influencia sobre los modelos de animales con isquemia, durante estudios preclínicos.
Luego de percatarse de que no empeoraba la memoria, sino todo lo contrario, los expertos decidieron la investigación de otras patologías neurodegenerativas como Alzheimer y Párkinson, “aún no está probada en humanos, para eso se diseñaron ensayos clínicos y la prueba de concepto en fase 2 determinará ya su eficacia”.
“Al ser escasos los proyectos o tratamientos contra las demencias, cualquier nuevo candidato resultará muy bueno para nuestro país y existen grandes expectativas en el mercado internacional. Se espera que económicamente tenga un alto impacto, aunque no es lo principal. Buscamos socios que se parezcan a nosotros”, indicó.
Durante las etapas tempranas de estas investigaciones, los científicos emplearon, además de los roedores, a los peces cebra, siempre en correspondencia con los principios éticos que corresponden a esa práctica.
La institución inauguró el primer laboratorio de peces cebra del país caribeño en la sede del Cidem, con fines biomédicos y destinado al estudio de patologías neurológicas, y se eligió esa especie porque en circunstancias normales comparte 70% de los genes con los humanos, y en condiciones de enfermedad llega hasta el 85%.
El doctor en Ciencias Yanier Núñez Figueredo, líder científico de esas líneas de investigación en el centro de la mayor de las Antillas, aclaró a Sputnik que la molécula JM-20, cuando se usa para Párkinson se nombra como Cidem 113 y cuando se emplea para el Alzheimer y otras demencias se denomina Cidem 112.
“Se entregó el expediente al Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos, con el propósito de realizar el ensayo clínico en voluntarios sanos, es decir, no es para ninguna de las enfermedades.
Esta etapa es para ver seguridad y escalado de dosis en humanos por primera vez, luego comienza el camino por separado”, detalló.
Esta molécula, de acuerdo con los expertos, disminuiría de manera más eficaz el daño producido en el cerebro, tras la ocurrencia de un evento provocado por esas enfermedades neurológicas.
Cooperación frente a sanciones
Según Padrón, con Moscú también impulsan otros proyectos, por ejemplo, el Cidem 500—esta serie está vinculada a la resistencia antimicrobiana—, que originó la creación reciente de la empresa Phylira, ubicada en el Parque Tecnológico Skólkovo, “y parece ser que seguirá el mismo modelo y camino de Neyros”.
“El Cidem es una empresa muy bien estructurada para lograr registros sanitarios y armoniza con las entidades regulatorias de los países. Por tanto, el interés de Rusia radica en nuestro prestigio, experticia, capacidad, seriedad y la existencia de proyectos con América Latina”, dice.
Además de las investigaciones, el centro posee un grupo de productos naturales que, en más de una ocasión, han despertado el interés de empresas rusas, entre ellos, los vinculados a la cicatrización a partir de la fitosana; el tratamiento a la displasia benigna de próstata, con el empleo de semillas de calabaza, y la línea de aloe.
Sumado a ello, la institución de la isla valora la sociedad con empresas chinas interesadas en sus productos innovadores y labora en un laboratorio que involucrará además a Bielorrusia y Beijing, relacionado con los medicamentos para enfermedades huérfanas, raras y que no tienen una alta demanda, pero sí un elevado valor agregado.
“Lo que vemos es una ventana hacia el logro de resultados; la globalización y las sanciones sobre nuestros países nos llevan a encadenarnos, insertarnos en las cadenas de valor y trabajar de conjunto. Es bueno llegar juntos, pero es mejor transitar juntos. Eso es lo que hemos identificado, intencionado y hacia dónde vamos, sobre todo con Rusia”, afirmó Padrón.
No obstante, el directivo mencionó las consecuencias negativas del bloqueo estadounidense en la materialización de estas investigaciones de ciclo largo—algunas de ellas incluso demoran años— “en esos procesos, desde la generación de la idea hasta los resultados, intervienen insumos únicos que están cerca, pero debemos adquirirlos en lugares lejanos”.
Agregó que “ello nos lleva a la búsqueda de diversidad de alternativas, pero gastamos tiempo y energía por la imposibilidad de acceder libremente al mercado y las restricciones unilaterales; esa demora supone también un retraso en la respuesta de los estudios y si obtenemos alguna ganancia en el exterior se dificulta su entrada a la isla mediante vías bancarias”.
Con 30 años de historia, el Cidem intervino, por ejemplo, en el enfrentamiento a la pandemia COVID-19, en el procesamiento de 120.000 muestras de PCR en tiempo real para el diagnóstico de la enfermedad y los estudios toxicológicos de la vacuna Abdala, así como, el ensayo clínico del inmunógeno Soberana en edades pediátricas.
Actualmente, mantiene alianzas en el sector académico con centros de educación superior locales y foráneos, entre ellos la Universidad Mendeléyev, y empresas de más de 14 naciones (Tomado de Aporrea).