Un meteorólogo estadounidense anticipó que Sudamérica, en especial las tres principales regiones productoras, tiene en el horizonte un pronóstico desalentador y preocupante por la sequía, que podría instalarse incluso antes que el fenómeno La Niña.
El fenómeno La Niña, anunciado desde principios de año por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés), todavía no ha llegado.
Pero, mientras esperamos su llegada, las condiciones climáticas preocupan a los expertos. Esta vez, un meteorólogo estadounidense, de la empresa DTN, advirtió que la sequía se instalará en algunos países de manera temprana, incluso sin La Niña, provocando estragos en las cosechas.
En esta línea, el especialista extendió su alerta hasta América del Sur. Esto fue lo que dijo.
La sequía llegará a Latinoamérica antes de la llegada de La Niña
Según la NOAA, se espera que el fenómeno La Niña llegue, con un 66% de probabilidad, entre septiembre y octubre, y permanezca durante el verano austral con un 74% de probabilidad durante noviembre y enero.
Este evento meteorológico se caracteriza por acrecentar la sequía y reducir considerablemente las precipitaciones en países como Chile, Argentina y Brasil, impactando en las cosechas y, por supuesto, en la economía de los territorios cuyas ganancias se concentran en la agricultura.
Pero, en paralelo a este fenómeno, John Baranick, meteorólogo de DTN, aseguró en un reciente artículo que la sequía llegará a Sudamérica mucho antes de lo previsto e, incluso, antes del arribo de La Niña.
“Las condiciones secas en la gran mayoría del continente probablemente obligarán a los productores a sembrar más tarde. Y una alteración en el vórtice polar sur y el desarrollo de un fenómeno de La Niña en el océano Pacífico podrían generar más preocupaciones en el futuro”.
El primer fenómeno al que se refiere el experto es el calentamiento estratosférico repentino que está pronosticado para finales de agosto: este, a grandes rasgos, consiste en que hay temperaturas demasiado cálidas en la Antártida, lo que hace que el frío se “escape” hacia otras latitudes y llegue en forma de olas de frío a países de Latinoamérica, como Chile, Argentina y Uruguay.
El segundo es La Niña, que todavía no se ha desarrollado por completo, pero, según la NOAA, el consenso todavía es que terminará por establecerse este 2024, tarde o temprano.
Estos dos eventos tendrán un impacto en el clima del hemisferio sur: el primero, “generará sistemas de tormentas más extendidos en Argentina, pero también mayores riesgos de ráfagas de aire frío que se desplazarán hacia el continente”.
Mientras tanto, La Niña dejará “a Argentina y al sur de Brasil más secos, y podrían retrasar el inicio de la temporada de lluvias en el centro de Brasil”.
En Chile, según el decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Talca, Gonzalo Díaz Ulloa, los cambios en el clima tendrán una incidencia importante en las cosechas: “El mundo agrícola depende del agua y si el fenómeno de la Niña se hace presente durante el inverno, las precipitaciones tendrán una importante disminución y eso repercutirá fuertemente en la región del Maule”.
Díaz Ulloa enfatizó en que los agricultores deben mantenerse informado sobre estos fenómenos, como La Niña, para así poder “tomar decisiones con antelación y estar preparado. Por eso es importante escuchar lo que diga el Ministerio de Agricultura y las instituciones que están ligadas al clima, para saber cómo poder sobrellevar una temporada que puede ser difícil desde el punto de vista hídrico, como también de otros fenómenos atmosféricos, por ejemplo, las heladas que pueden afectar a la producción agrícola”.
Ahora, según el diagnóstico de Baranick, hay ciertos países que serán más afectados que otros. Este es un análisis de tres de ellos.
Los países cuyas cosechas serán las más afectadas por el fenómeno La Niña
El meteorólogo Baranick hizo un diagnóstico de las tres principales regiones productoras de América del Sur: Brasil, Argentina y Paraguay.
Según su pronóstico, los agricultores de Brasil están teniendo complicaciones por los últimos años, que han sido más secos de lo normal, y probablemente se enfrentarán a un escenario desafiante en los próximos meses para las cosechas de soja, maíz y algodón.
“Las lluvias suelen comenzar a fines de septiembre, aumentan durante octubre, comienzan a disminuir en abril y terminan abruptamente a principios de mayo. Pero en los últimos años, las lluvias han cesado en abril, unas tres semanas antes, y han dado a los productores de maíz un final terrible para sus temporadas”.
Continuó: “El clima cálido durante el invierno ha secado significativamente los suelos de la región, más de lo habitual. Por lo tanto, será muy importante que las lluvias lleguen a tiempo, pero desafortunadamente, La Niña tiende a retrasar el inicio de la temporada de lluvias”.
En caso de que La Niña provoque este efecto en los próximos meses, Brasil se encontraría en aprietos. No obstante, dentro del preocupante panorama, el experto destaca que las lluvias de los últimos meses han dejado en el suelo “una humedad decente este año”.
Por su parte, Paraguay y el norte de Argentina también tendrían algunos problemas: “Muchas zonas realizarán una doble cosecha de un grano pequeño de invierno, como el trigo o la cebada, con una cosecha de verano de maíz o soja. Otras simplemente producirán una cosecha de maíz larga y de temporada completa. Esto genera todo tipo de variabilidad en cuanto a la cronología de las condiciones climáticas y si serán favorables o desfavorables para el cultivo”.
Ahora, con el calentamiento estratosférico y las olas de frío que llegarían a fines de agosto, es posible que “varios sistemas de tormentas mantengan alta la humedad del suelo o incluso la mejoren en algunas ubicaciones”.
No obstante, “el riesgo de que entre aire frío también podría provocar daños por heladas durante el resto de la cosecha de invierno o empujar a que los productores tengan que retrasar algunas plantaciones, si el pronóstico muestra algún riesgo”.
Ahora, Argentina también podría verse afectada por una época de gran sequía y de heladas: sus cultivos en invierno “han sufrido un duro golpe este año. Las alteraciones del vórtice polar en los últimos meses han provocado el paso de frentes fríos muy fuertes”.
“Las heladas no son poco comunes durante el invierno, pero las heladas fuertes han sido muy frecuentes, causando daños a los cultivos más avanzados y un desarrollo más lento en los cultivos menos avanzados. Las temperaturas también han oscilado enormemente, engañando a los cultivos para que se calentaran antes de que llegara el frío intenso”.
En esta línea, el meteorólogo anticipa que estos meses previos a la llegada de La Niña podría llover tan solo un poco, pero la sequía se mantendrá y, probablemente, empeorará con el fenómeno ya instalado a fin de año: “Es probable que el patrón climático durante el resto del camino sea duro”.
“Con una humedad del suelo limitada para comenzar el año, condiciones frías y secas para el próximo mes y una perspectiva de condiciones cálidas y secas para la temporada de crecimiento principal, el panorama para esta región no es bueno este año”, concluyó el experto.
Tomada de La Tercera
Foto de portada: Gazzetta