El 26 de agosto de 2003, a los 65 años de edad, falleció en La Habana José Delarra, como consecuencia de una enfermedad coronaria. Hoy hace 21 años
Il y a 21 ans disparaissait un maître incontournable de la peinture, de la sculpture et de l’illustration journalistique : José Delarra.
Des ensembles monumentaux comme le complexe de sculptures du #Che mettent en lumière sa passion pour #Cuba🇨🇺 et ses héros. #CubaEsCultura pic.twitter.com/dp9v53Vw9H
— 𝔼𝕞𝕓𝕒𝕛𝕒𝕕𝕒 𝕕𝕖 ℂ𝕦𝕓𝕒 𝕖𝕟 𝕊𝕖𝕟𝕖𝕘𝕒𝕝 (@embacubasen) August 26, 2024
LA HISTORIA EN MINUTOS. CRONISTA DE LA REVOLUCIÓN. Escultor y pintor febril fue José Delarra, artista con más de dos mil obras dentro y fuera de Cuba, de ellas ciento treinta monumentales y de mediano formato. Icónicos son el Complejo Ernesto Che Guevara de Santa Clara; las plazas de Bayamo y de Holguín; y los monumentos a Máximo Gómez, Federico Engels, los esposos Rosemberg, las víctimas de Hiroshima y Nagasaki; a la historia de México y José Martí, en Cancún, y al internacionalismo, en Luanda. Destacó, además, por una pedagogía viva y la voluntad de llevar el arte al pueblo; José Ramón Lázaro Bencomo, nombre de nacimiento, fue llamado cronista de la Revolución y escultor del Che. Héroe Nacional del Trabajo, diputado y miembro de la Asociación Internacional de Artistas Plásticos, José Delarra al morir en La Habana el veintiséis de agosto de dos mil tres, fue sepultado con honores en el Panteón de las Fuerzas Armadas.
EXPOSICIÓN MÓVIL. El periodista Guillermo Cabrera Álvarez en tertulias de periódicos recordaba con deleite y humor las jornadas que acompañó a José Delarra durante la Exposición Móvil que realizó el escultor entre mil novecientos sesenta y mil novecientos sesenta y uno. Decía que iban por las plazas en una efervescente acción revolucionaria en la que el artista esculpió más de sesenta cabezas o fotografías escultóricas de pobladores, llevando al arte al ciego, al violinista, al hombre sentado en la acera: a la vida latente en los barrios. Guillermo Cabrera, aprendiz de escultor, hablaba asombrado que esculpía en calles y centros de trabajo, como parte de la Campaña de Alfabetización, y que solo requería una hora para la entrega. El periodista, cual juglar, narraba la mágica creación de José Delarra, en la que a veces tuvo que pedir calma al tumulto mirón y una vez cerrar el tránsito. Redactó: Iraida Calzadilla (Publicado en Radio Reloj).