plan terrorista contra Cuba
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Otra operación contrarrevolucionaria que se desmorona

En diciembre de 2023, la Gaceta Oficial de la República de Cuba publicó la Resolución 19/2023 del Ministerio del Interior, cuyo contenido era bien explícito, una Lista Nacional de personas y entidades, bajo investigación penal, buscadas por las autoridades cubanas por un delito clave y grave, estar implicados en la promoción, planificación, organización, financiamiento, apoyo o comisión de actos terroristas contra Cuba desde 1999 hasta la actualidad.

Correspondían los hechos y sus ejecutores a las agresiones contra hoteles y otros centros de La Habana, infiltraciones por las costas nacionales para ejecutar acciones violentas, atentados contra el presidente de la República y otros funcionarios públicos, también la promoción de maniobras militares contra Cuba, y a quienes incitan, organizan y financian acciones que afectan el orden social en Cuba mediante actos violentos.

Este lunes 8 de julio, en la televisión cubana, se mostraron detalles del más reciente de esos hechos, frustrado por la acción del Ministerio del Interior, una operación terrorista de un grupo contrarrevolucionario paramilitar, con sede en la Florida, Estados Unidos, que se hace llamar Nueva Nación Cubana en Armas, perfectamente público y, evidentemente, tolerado por una administración que se dice antiterrorista, que también conoce de hechos como este por las reiteradas denuncias cubanas ante las autoridades estadounidenses.

El programa especial transmitido por la televisión nacional en que se expusieron detalles, el coronel Víctor Álvarez, segundo jefe del Órgano Especializado de la Dirección General de Investigación Criminal del Minint, explicó que en diciembre del pasado año fue capturado el ciudadano Ardenys García Álvarez tras su infiltración por el norte de Matanzas en una moto acuática en la que transportó armas y municiones con el propósito de realizar acciones terroristas.

A las declaraciones realizadas entre diciembre y mayo por el propio García Álvarez — oriundo de Cienfuegos y quien emigró ilegalmente a Estados Unidos en 2014—, donde reconoce sus actividades de reclutamiento en Cuba, se acompañaron las confesiones de otros encartados, incluido su padre, que corroboraron los objetivos económicos y unidades militares que tenían en la mira.

Además, se presentaron materiales audiovisuales que muestran al terrorista capturado y al grupo Nueva Nación Cubana en Armas realizando entrenamiento militar y prácticas de tiro con armas de combate, y las incitaciones a la realización de acciones violentas, atentatorias a la seguridad del Estado, transgresoras del orden político, económico y público, realizadas por Willy González, al frente de la organización paramilitar,

La fracasada operación terrorista que Cuba denuncia ahora, forma parte de una historia que se remonta a las bandas contrarrevolucionarias que operaron en regiones montañosas de Cuba, especialmente en El Escambray y que junto a posteriores atentados en Cuba y en terroritorios de terceros países, trajeron varios miles de muertes, además de atentados y sabotajes que ocasionaron pérdidas irreparables en la economía, plagas y enfermedades, donde destacan nombres como Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, quienes gozaron del amparo oficial de Estados Unidos, una demostración de cuál era y continúa siendo la mano que organiza y paga.

Nuestra lista de verdaderos y punibles terroristas, que gozan de la inmunidad que les proporciona EE. UU. es larga. En ella figuran elementos como Santiago Alvarez Fernandez Magriña, Ramón Saúl Sanchez Rizo, Ana Olema Hernández, William Cabrera González, Michel Naranjo Riverón y Eduardo Arias León, junto a otros más «nuevos» que reclutan desde el espacio digital como Yamila Betancourt García y Alexander Otaola Casal, por citar apenas unos pocos, y que pretenden soliviantar a segmentos de la población, sembrar la inseguridad y el desasosiego y calentar las calles, aprovechando la compleja situación socio-económica del país. Esa orquestación es el ala comunicacional de la guerra contra Cuba, destinada a desacreditar al Estado socialista.

La actual crápula contrarrevolucionaria con sede en Miami incluye también a la Fundación Patriótica y el grupúsculo Partido Republicano de Cuba, y no podemos olvidar los laborantes desde el territorio nacional, que tienen el apoyo abierto de la embajada estadounidense en La Habana.

Mientras tanto, y como parte de la guerra total que se nos hace, vuelven una y otra vez con el cuento chino, una supuesta presencia militar de la hermana China en territorio cubano y en esa operación cuentan con el entusiasta compromiso de influyentes medios de la gran prensa.

Este año, los políticos anticubanos en el Congreso estadounidense lograron financiamientos por más de 50 millones de dólares para las acciones subversivas contra Cuba, que se reparten entre los llamados programas que promueven la democracia y las transmisiones radiotelevisivas para Cuba, y hay un monto adicional «no especificado» destinado al Fondo de Tecnología Abierta, que en su momento Cubadebate denunciaba que su destino es promover tecnologías que fomenten «la libertad en Internet» en Cuba.

Cuba sigue incomodando a Estados Unidos. Como ha ocurrido una y otra vez, el nuevo plan terrorista contra Cuba ha sido orquestado desde Estados Unidos, las pruebas aportadas este lunes por la rigurosa investigación del Ministerio del Interior y la Fiscalía, son contundentes. En este caso, el ciudadano Ardenys García Álvarez y sus cómplices en territorio cubano pagarán las consecuencias de sus actos, según establece la legislación cubana.

Mientras tanto, Washington sigue pagando a sus mercenarios, y la contrarrevolución sigue siendo una industria solvente para políticos anticubanos y vividores. ¿Nosotros? Pupila insomne…

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Juana Carrasco Martín
Periodista de Juventud Rebelde. Premio Nacional de Periodismo José Martí por la Obra de la Vida

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