Elson Concepción y Ricardo Ronquillo
COLUMNISTAS

La UPEC en la tercera edad

Unos con mayor suerte de haber vivido y formado parte de la UPEC en estos 61 años y otros incorporados a ella en el transcurrir de su juventud a la tercena edad, pienso que todos —absolutamente todos—, picados por el «bichito del periodismo», tenemos el derecho —y el deber— de contar a otros, nuestras experiencias —incluso nuestras insatisfacciones— sobre el andar de esta querida y necesaria organización social y profesional.

Para la gran mayoría de sus más de 3 000 miembros hoy, está lejana la fecha fundacional del 15 de julio de 1963, pero no así el nombre de sus más sobresalientes exponentes: Honorio Muñoz, Ernesto Vera, Julio García, Tubal Páez, Antonio Moltó y nuestro actual presidente, Ricardo Ronquillo.

Y digo esto porque he notado que en el periodismo cubano luego no recordamos lo suficiente a personas merecedoras de estar presentes siempre, aunque su impronta venga de años pasados.

Todos ellos construyeron y desarrollaron hasta lo que es en la actualidad esta institución, cuyo mérito principal — en mi opinión— es la lucha por la unidad del sector periodístico, la batalla por la superación, tanto en las universidades como en cursos en la propia UPEC, o la creación de un Instituto Internacional de Periodismo, de gran valía y prestigio, dentro del país y en muchas naciones de América Latina y el Caribe.

Junto a ello, la UPEC ha sido un exponente de la solidaridad internacional y no son pocos los ejemplos al respecto, como los Seminarios Latinoamericanos de Periodistas, los cursos para ellos, o la acogida con amor y cariño, de los colegas exiliados en época de las dictaduras sudamericanas, a quienes se les brindó, además de cobija, trabajo y oportunidades para desarrollar su profesión.

Fue la UPEC una de las organizaciones que hicieron nacer la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP), en 1976, y su aporte, en la Organización Internacional de Periodistas (OIP) fue muy importante por representar en ella, a los colegas latinoamericanos y caribeños y a sus organizaciones profesionales.

Fueron décadas de una vida gremial a la altura del periodismo cubano y del apoyo que brindaba Cuba, en todas las esferas, a los colegas de América Latina y el Caribe.

El movimiento de corresponsales voluntarios constituyó una irrupción de la UPEC en el sector obrero, campesino, de las Fuerzas Armadas y otras instituciones, que, a través de la propia organización y en cursos organizados por ésta o por algunos medios provinciales y nacionales, aportaron decenas o quizás cientos de compañeros al desarrollo de la prensa.

Nuestras universidades se nutrieron de estudiantes de periodismo salidos de ese movimiento aglutinador de gran aporte, tanto en periodistas como en cuadros de dirección.

También hay batallas no siempre ganadas como la de lograr una mayor remuneración económica para quienes han ejercido el periodismo por más de 40, 50 o 60 años, y hoy jubilados, el dinero que reciben es totalmente insuficiente para su manutención.

Fui testigo, en el último Congreso el año pasado, del reclamo del Grupo de Asesores (jubilados) que la UPEC acoge en su seno y trata de darles hasta lo que no tiene, porque se pueda cambiar la situación actual y de alguna forma pagarles una jubilación acorde con las necesidades básicas de hoy.

Tampoco está ganada en su totalidad la batalla de décadas dentro de la UPEC y en todo el sector periodístico, de lograr un mayor acceso a las fuentes de noticias y de abolir la yerba mala de la apología y el triunfalismo, cuando lo que se requiere es análisis oportuno, ético y valiente, de quienes tenemos la responsabilidad de ejercer esta profesión.

Por todo ello y en las nuevas circunstancias, fortalecidos con la creación del Instituto de Comunicación Social, y de leyes y regulaciones que hacen del ejercicio profesional una actividad transparente, no solo partícipe del proceso transformador que se lleva a cabo en el país, sino de formar parte de esa vanguardia necesaria, que lleve al pueblo en cada jornada, no solo la noticia, sino también la investigación profunda, la crítica y, al menos, las explicaciones de los por qué, cuando no se cumple lo establecido en un sector determinado o cuando no se avanza lo suficiente en su consecución.

Hay que hacer de la legislación sobre la prensa y de los mecanismos creados para llevarla a la realidad, más que promesas de futuros éxitos, una verdad que cada día impacte para bien en la población cubana.

Valen estos 61 años, para felicitarnos los iniciadores y continuadores, y también a los que hoy llevan el peso diario en las redacciones y medios con los que cuenta Cuba.

Aunque muchos ya estemos en la llamada tercera edad, hagamos de la UPEC el laboratorio transformador de cada día, para mantener, a los de ayer y los de hoy, en el centro de los cambios del nuevo modelo de prensa cubana y como garantía de un periodismo apegado al pueblo y que sea parte importante y creativa, en el proyecto de país que estamos construyendo.

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Elson Concepción Pérez
Periodista cubano y analista de temas internacionales. Forma parte de la redacción del diario Granma.

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