La única novela escrita por el Maestro ha tenido una historia y una recepción poco frecuentes. Su autor la escribió por solicitud de su amiga cubana Adelaida Baralt, quien solía cumplir encargos para el quincenario El Latinoamericano, publicado en Nueva York en los años 80 del siglo XIX. No deja de sorprender al conocedor de su juicio habitualmente negativo sobre tal género literario, que Martí aceptase esa encomienda, la cual le obligaba, además, a escribir con rapidez para cumplir con la entrega sistemática cada mes para publicar la novela desde el 15 de mayo hasta el 15 de septiembre de 1885. Súmese a lo anterior que, durante esos cuatro meses, Martí no incumplió con la entrega de sus “Escenas Norteamericanas” para el diario bonaerense La Nación, cuya remuneración solía enviar a su familia en Cuba.
A diferencia de aquellas crónicas acerca de la vida estadounidense, cuyo bagaje informativo se sustentaba en su incansable revisión diaria de los periódicos de ese país, la novela, dado que era un relato ficcional, le obligaba a un esfuerzo creador salido de su sola capacidad para hilar una trama y diseñar a los protagonistas. Probablemente tuvo que vencer cierto pudor por asumir una escritura que solía desfavorecer y de la cual no nos ha llegado algún otro intento suyo anterior o posterior.
Lo cierto es, sin embargo, que Amistad funesta, como la tituló para El Latinoamericano, siguió atrayendo su atención creadora como lo revelan las notas y modificaciones que le fue añadiendo y su decisión de cambiarle el título por el de Lucía Jerez, la protagonista principal, cambios inteligente y respetuosamente aceptados por sus varios editores contemporáneos.
Un nuevo título acerca de esta pieza de la escritura martiana circula desde hace algunos meses bajo el sello editorial de Letras Cubanas: Silencios y recepciones: la novela de José Martí. Su autor, Mauricio Núñez Rodríguez, se ha convertido desde hace ya algunos años en el principal estudioso y divulgador en esta época de esta pieza única de la novelística martiana. Investigador en el Centro de Estudios Martianos desde hace años, el autor alcanzó el doctorado justamente con un primer examen de esta obra, a lo cual le siguieron una edición crítica de esta pieza y el empuje para una edición en Guatemala, otra en Costa Rica y una tercera bilingüe en español y francés.
Silencios y recepciones: la novela de José Martí es un valioso estudio acerca de cómo ha ido cambiando la recepción de esta pieza, considerada durante mucho tiempo por la crítica como una obra secundaria en la escritura martiana, de escaso valor e interés hasta que en los finales del siglo pasado y lo transcurrido del actual se haya ido afianzando su valoración positiva entre los estudiosos de las letras hispanoamericanas.
El autor ha organizado su estudio a través de una amplia “Introducción” que recorre el arduo camino de la novela hasta ir alcanzando la valoración positiva de que ya hoy disfruta mayoritariamente. Cuatro capítulos conforman el cuerpo del libro.
El primero se titula “Aproximaciones al sistema narrativo martiano” y en este se rastrea la capacidad narrativa martiana desde sus deslumbrantes adolescencia y juventud. El segundo, “Acordes inconclusos en la génesis de una novela”, analiza las condiciones de presión intelectual bajo las cuales Martí escribió la primera versión de la novela. El segundo acápite de este capítulo, nombrado “Peculiaridades ideotemáticas y estructurales” es uno de los platos fuertes analíticos del libro y demuestra la hondura y originalidad de la labor de Núñez Rodríguez. Cierra otro acápite que explica cómo se llegó a la edición crítica tras ser encontrada la edición príncipe en los números de El Latinoamericano.
En el capítulo 2, “Polifonías de una novela singular”, Núñez Rodríguez continúa manifestando la brillantez de su capacidad para el análisis literario, mediante lo que llama, en uno de sus acápites, la confluencia de voces narrativas, al considerar tanto las reflexiones del Maestro acerca de las novelas, como también fue un maestro en la presentación de voces diversas en su periodismo de madurez acerca de Estados Unidos. Ese acápite y el siguiente, “Voces narrativas que convergen”, entregan un sugerente y original acercamiento estilístico a la prosa martiana.
El capítulo 4 indica el tema desde su título: “La novela de José Martí ante la crítica”. Imprescindible esta parte de la obra para entender el proceso de análisis y valoraciones acerca de la novela martiana desde distintas épocas, generaciones y conceptos acerca de la novelística y lo literario en general. Los dos últimos acápites de este capítulo son también de lectura obligada para los interesados en el aporte literario de esta novela, tanto tiempo relegada por la crítica y hasta por su propio autor.
La amplísima Bibliografía que nos aporta el libro, por trece páginas, ayuda al estudioso para cualquier examen en torno a la novela martiana. En igual sentido, son valiosos los dos anexos que le continúan; uno, con cuatro fragmentos que parecen parte de otras posibles novelas; y otro que entrega la relación de las ediciones impresas de la novela martiana, tanto bajo el título primigenio de Amistad funesta, como del posteriormente adoptado por el autor en sus manuscritos: Lucía Jerez.
Silencios y recepciones: la novela de José Martí recibió el premio de ensayo Enrique José Varona en 2020 y el Premio de Investigación Cultural este año. Tomado de La Jiribilla
Imagen de portada: Pintura de José Delarra (acrílico sobre lienzo, 2003).